Luis Velázquez | Barandal
25 de mayo de 2021
ESCALERAS: La autoridad educativa vive ocupada del regreso a clases presenciales. Ayer, por ejemplo, en Veracruz, volvieron al salón los chicos de escuela primaria y secundaria. Así, en el imaginario colectivo, los ciudadanos de a pie quedarán convencidos de la vuelta a la normalidad en el tiempo del COVID, listos para votar el 6 de junio por los alcaldes y diputados locales.
Nadie se ocupa, sin embargo, de la calidad educativa. Veracruz, en el sótano nacional.
Menos, mucho menos, de los 650 mil personas de 14 años de edad en adelante analfabetas. Es decir, paisanos que no saben leer ni escribir. Quizá, escribir su nombre pero copiándolo igual, igualito que hacía Pancho Villa.
PASAMANOS: Los 650 mil analfabetas de Veracruz se fueron acumulando desde hace muchos sexenios.
Nunca, jamás, los gobernadores en turno se ocuparon.
Antes, en el siglo pasado, los teóricos del desastre aseguraban que a las tribus políticas convenía un pueblo analfabeta pues nadie tomaba conciencia de sus derechos humanos y civiles, y por tanto, todos vivían en la contemplación mística.
Ahora, con la 4T resulta peor. Primero, porque hacia el año 2018 levantaron demasiadas expectativas, la mayor parte, incumplidas.
Y segundo, porque los Morenos terminaron igual que los rojos, los azules y los amarillos, anexos y conexos. Les vale.
CORREDORES: Los niños arrastran gravísimos problemas en materias básicas y fundamentales.
Entre otras, gramática, matemáticas, geografía e historia.
Además, en pocos, excepcionales niños desarrollado el gusto y el apego a la lectura, tan indispensable en la formación cultural.
Por el contrario, la autoridad educativa alardea que Veracruz tiene ya, ya, ya una Orquesta Sinfónica de Salsa formada por el titular strippero quizá para congraciarse con el góber obradorista.
BALCONES: ¡Ah!, en materia educativa Veracruz tiene otra medalla singular. Es el primer lugar nacional en bailable regional.
De hecho y derecho, los chicos bailando con elegancia “La Bamba” que para bailarla “se necesita un poquito de gracia y otras cositas”.
Pero bailando “La bamba” y “El tilingo lingo” está muy lejos, demasiado lejos la calidad. Es decir, una gran formación educativa.
Bastaría referir que estamos en el sótano de la calidad pedagógica.
¡Vaya logro en la tierra de Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher, Rafael Delgado y Carlos A. Carrillo!
PASILLOS: La baja calidad educativa y el analfabetismo constituyen los peores jinetes del Apocalipsis.
Y lo peor entre lo peor es que a ningún funcionario de la SEV parece ocupar ni preocupar.
El titular, por ejemplo, está soñando con la candidatura de MORENA a gobernador en el año 2024 cuando, todo indica, la nominación tiene nombre. Se llama Rocío Nahle y es secretaria de Energía y fue Senadora de la República y diputada federal.
Y es uno de los grandes activos de MORENA en el sur de Veracruz, su feudo.
Además, si Adolfo Mota descarriló en su legítimo sueño para la silla embrujada del palacio principal de gobierno de Xalapa, más, mucho más, el profe Zenyazen.
VENTANAS: El día de ayer, las escuelas primarias y secundarias y bachilleratos regresaron a clases presenciales.
Ojalá que un buen karma blinde a los chicos cuando en el país han fallecido unos cuatrocientos menores por el COVID, cuarenta en Veracruz.
Es el tercer año del sexenio y que se ha ido como agua entre los dedos, sin que la secretaría de Educación lograra un hecho, una acción, una decisión trascendental en la calidad pedagógica.
De hecho y derecho, en la SEV unos simples administradores del presupuesto, ejerciendo el poder en el día con día, sin trascender. Y con delirios de grandeza. Más de lo mismo.