Luis Velázquez / Barandal
27 de julio de 2019
ESCALERAS: Un montón de egresados del bachillerato en Veracruz han agarrado camino para estudiar la carrera profesional en universidades de otros estados.
Por lo general, casas de estudios particulares. Siempre, buscando las acreditadas en el ranking nacional.
Digamos, desde el Tecnológico de Monterrey y sus campus más prestigiados hasta la UNAM y el Politécnico.
En contraparte, la Universidad Veracruzana, UV, tiene más de 60, 70 facultades, y apenas, apenitas, figura, parece, en el lugar número veinte.
Y sin embargo, muchos, muchísimos egresados de bachilleratos partieron al encuentro de su destino en otras regiones.
PASAMANOS: La UV es una de las más antiguas del país. Pero sin raíces ni atractivos ni prestigio suficiente para retener a la población estudiantil.
Cierto, cada vez la capacidad para absorber a un mayor número de jóvenes se va achicando. En el ciclo escolar por iniciar en el mes de agosto más de treinta mil muchachos quedaron fuera, en ningún momento porque reprobaran el examen de admisión, sino por falta de salones de clases, pero más aún, capacidad económica para crear nuevas plazas académicas.
Pero al mismo tiempo, los padres de familia y los alumnos esperarían de la rectora “un apretón de tuercas” para mejorar la calidad educativa y hacer más, mucho más atractiva a la U.V.
CORREDORES: Otras universidades se prestigian. Crecen y se multiplican. Ganan reconocimientos nacionales y extranjeros. Los alumnos y maestros se proyectan.
Y la UV pareciera vivir en la inercia pura. Por lo regular, en gerundio, planeando el futuro inmediato y mediato.
De entrada, hay facultades donde el cuerpo académico ha dejado toda su emoción social y académica en el salón de clases, pero desde hace muchos años, en unos casos, más de veinte, debieron jubilarse.
Y sin embargo, como el dinosaurio de Tito Monterroso, ahí siguen, repitiendo la misma clase con el mismo libro histórico impartida hace más de cincuenta años.
El conocimiento y la tecnología han pasado de noche en sus vidas.
BALCONES: Muchos padres de familia mirarán con beneplácito que sus hijos partan a otras entidades federativas para cursar la carrera profesional.
Dirán que si asisten a una universidad, digamos, prestigiada, en sus vidas se abrirán más y mejores puertas, y ojalá.
Pero en forma paralela significa un gasto familiar extra. Y si es cierta la verdad histórica de todo por los hijos, también hay una recesión inocultable.
Y entonces, la utopía de Víctor Hugo, el autor de “Los miserables” del legítimo derecho de un niño pobre a ser educado en igualdad de circunstancias de un niño hijo de ricos se estrella en la realidad adversa.
PASILLOS: La premisa es sencilla:
Si otras universidades públicas y privadas han alcanzado tanto mérito en el país y en el extranjero, ¿cuáles son las razones por las cuales la UV va atrás, y como decía don Alfonso Reyes, llegando con cincuenta años de atraso a la civilización?
A, las casas de estudios superiores son manejadas por seres humanos. B, los rectores han sabido conducir con inteligencia y probidad a la comunidad universitaria para lograr el mejor resultado.
C, las herramientas de estudio son las mismas en todos lados. D, cada rectorado deja la huella de su productividad y alto rendimiento.
VENTANAS: El general de un ejército en el campo de batalla, el capitán de la nave aérea y del buque en altamar son la máxima autoridad en juego, de igual manera como el rector en una universidad.
Habría, entonces, de preguntarse la parte del camino donde la U.V. se jodió y dónde han estado los pilotos de las naves para tantos bachilleres explorando posibilidades en otras universidades.