Luis Velázquez
20 de noviembre de 2017
ESCALERAS: El PRI siempre se ha proclamado un partido político democrático. Pero desde un tiempecito, en Veracruz son todo lo contrario. Mejor dicho, desde el momento en que se rigen por la ley suprema del “dedazo” han cometido pecados mortales. Más ahora.
Por ejemplo, demasiados días y noches han pasado desde que el presidente del CDE del PRI es interino. Y por añadidura, elegido en contra de los estatutos. De hecho y derecho, el santo “dedo” del gobernador en turno.
Y lo peor, las elites y la militancia tricolor sumidas y sumisas, obedientes y disciplinadas.
Por eso, el 4 de junio en la elección de los 212 presidentes municipales, el tricolor solo ganó tres Ayuntamientos yendo como partido solito, aun cuando en alianza con otros partiditos ganara 37 más.
Pero solitos, sólo tres, a saber, Comapa (María del Carmen Montejo Croda), Tepatlaxco (Luz del Carmen Hernández Fernández) y Jilotepec (Sergio Fernández Lara).
Salvo debate en contra, el tricolor tocó el fondo del sótano, sin contar, claro, la doble derrota del año anterior con la gubernatura y el Congreso.
Y es que además del brutal saqueo a las arcas oficiales, Javier Duarte acabó con los grupos políticos, cuando, caray, años ha de que la oposición soñaba con neutralizar por completo al ex partidazo.
Peor tantito, tanto hartazgo sembró Duarte en la población electoral que ahora la mayor parte de las elites rojas, quizá todas, son vomitables en el corazón y el estómago social.
PASAMANOS: Si los estatutos hablan de que los presidentes del CDE han de elegirse vía democrática he aquí la lista de los dirigentes elegidos por dedazo que ha tenido el tricolor en el territorio jarocho:
Héctor Yunes Landa inició el tiempo de los interinos con Javier Duarte.
Luego siguieron y en orden anárquico los siguientes:
Ranulfo Márquez Hernández. Interino.
Jorge Carvallo Delfín (“El hijo más ruin que he tenido” dice su padre), interino.
Érick Lagos Hernández, interino.
Alberto Silva Ramos, interino.
Alfredo Ferrari Saavedra, interino.
Regina Vázquez Saut, expriista por cierto, interina.
Elizabeth Morales, interina.
Érika Ayala, lideresa de la CNOP, interina.
Corintia Cruz Oregón, interina.
Renato Alarcón Mota, interino.
La antidemocracia en su máxima expresión.
Por eso, el tricolor atraviesa el peor momento de su historia.
La semana anterior, un grupo de diez amas de casa tomaron café y de pronto una preguntó por el partido que votarán el año entrante cuando la elección de diputados locales y federales, senadores, gobernador y presidente de la república:
“Por todos, menos por el PRI” dijeron como si de acuerdo estuvieran.
CASCAJO: El estado de ánimo contra las cúpulas priistas se expresa de la siguiente manera:
El senador Héctor Yunes Landa rindió un informe legislativo en un salón del restaurante Baalbeck, por cierto, ya cerrado.
De pronto, entraron los diputados federales, Érick Lagos, Alberto Silva y Tarek Abdalá, y una señora de entre el montón, gritó:
“¡Aguas! ¡Cuidado con las carteras!”.
Érick Lagos, quien iba adelante del trío, escondió la cabeza en la barbilla.
La elección de alcaldes el 4 de junio dejó mucho, excesivo, demasiado enojo en contra de Renato Alarcón como presidente del CDE.
Por lo siguiente:
La militancia con muchos años de servicio y lealtad fue excluida de las candidaturas edilicias.
Renato Alarcón, en alianza con la delega del CEN del PRI, Lorena Martínez, ungida ahora y en premio como lideresa del Movimiento Territorial, gracias, todo indica, a MAO, repartió las nominaciones de forma excluyente. Incluso, como cuotas de poder.
Tan es así que, por ejemplo, Renato y Lorena rechazaron once candidatos de la CNC y entonces, el dirigente Juan Carlos Molina Palacios se los llevó al PANAL y ganaron.
Y oh paradoja, la versión es que ahora todos ellos suspiran con su nuevo corazón azul.
El resultado fue escalofriante. De 212 alcaldías, el tricolor sólo ganó cuarenta y en alianza con otros partidos y perdió, como se recuerda, los Ayuntamientos más jugosos en presupuesto y en reserva electoral.
RODAPIÉ: De ñapa, las figuras más fregones del tricolor están en el limbo, en la Renata y/o en el sótano, esperando, como Penélope, tiempos mejores.
Es el caso, por ejemplo, y entre otros, de Carlos Brito Gómez, Felipe Amadeo Flores Espinoza, Gonzalo Morgado Huesca, Francisco Mora Domínguez y Ranulfo Márquez Hernández.
También, Ricardo Landa, Martha Montoya, Edmundo Martínez Zaleta, Jorge Salinas Moreno, Harry Jackson, Luis Sardiña, Arturo Nájera, Domingo Yorio, Raúl Ramos Vicarte y Jorge Uscanga Escobar, refugiado, por cierto, como coordinador general de Atención Ciudadana de la secretaría de Educación Pública de Aurelio Nuño Mayer.
Y aun cuando a unos, entre ellos, el tren ya pasó varias veces, y con todo y sus peros y ser otros “cartuchos quemados”, Jorge Uscanga dice que en política no hay hombre muerto.
Otros políticos, sin embargo, están aterrorizadas de que la Fiscalía de Miguel Ángel Yunes Linares les abra un expediente y terminen durmiendo en el penal de Pacho Viejo.
Y otras cúpulas, con todo y su sello duartiano, trabajan para el proyecto político familiar de la yunicidad.
El tricolor, entonces, muerto en vida.
Por eso quizá, a la mitad de la semana anterior, el dinosaurio Manuel Ramos Gurrión, ex presidente del CDE, exsenador, ex director del Instituto de Pensiones, fue al médico del ISSSTE en el puerto jarocho a checarse, porque desea asestar la penúltima batalla política de su vida intentando resucitar al tricolor desde la llamada “Corriente Crítica Democratizadora” del tótem Ricardo Olivares Pineda.
“Somos los únicos locos que estamos dando la pelea porque no tenemos ‘cola’ que nos pisen” dice el maestro jubilado de la Universidad Veracruzana.