Luis Velázquez
Veracruz.-13 de octubre de 2017 ESCALERAS: A cada rato en la tele transmiten un anuncio, un aviso, de la Procuraduría General de la República, sobre los desaparecidos. La foto, los datos físicos y el lugar del secuestro. Y en la mayor parte de los casos, caray, Veracruz.
En unos casos, el epígrafe dice que desaparecieron en el sexenio anterior. Pocos, poquísimos, en el bienio azul que corre.
Peor tantito: por lo regular describen que desaparecieron en los años 2011 y 2012, es decir, hace 6 años, y 6 años en la vida de una persona levantada son muchos, demasiados, excesivos, donde lo menos que se piensa (y disculpe el Solecito y los Colectivos) es que tanto tiempo pasado que podrían, digamos, estar muertos.
Pero… tratándose de un delito de lesa humanidad, y que nunca, jamás, prescriben, el gobierno en turno está obligado a la búsqueda irrefrenable hasta que las partes queden en paz con su vida interior.
Así, resulta impresionante que la PGR publicite un número elevado de personas desaparecidas de norte a sur y de este a oeste del territorio jarocho, el paraíso que en otros sexenios ha sido, ya lejanos por desgracia, mudado ahora, como dice la escritora Marcela Turatti, “en una sucursal del infierno”.
Cierto, en la mayoría de los casos se trata de desaparecidos en el sexenio pasado. Pero como son pendientes, digamos, institucionales, todos están vigentes, de igual manera, como por ejemplo, sigue actuable el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa como también la justicia por los 73 migrantes de América Central asesinados con tiro de gracia en San Fernando, Tamaulipas.
Y es que cada vez cuando en la tele aparece el aviso de la PGR significa que la impunidad continúa reinando, en tanto hay decenas, cientos, miles quizá de padres de familia buscando a sus hijos.
PASAMANOS: En el desfile de desaparecidos hay mujeres y hombres.
El día martes 10 de septiembre, por ejemplo, hacia el mediodía, cuando suele transmitirse el programa de Raymundo Riva Palacio en Efekto TV, transmitieron tres anuncios sobre desaparecidos, solo en Xalapa, la capital, la sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la sede del arzobispado, la sede de la Universidad Veracruzana, la máxima casa de estudios que ya lleva lista negra de desaparecidos y asesinados.
Y aun cuando si hay un rastreo en el transcurso del día a los avisos de la PGR, Veracruz sigue figurando en uno de los primeros lugares, quizá a tono con otras entidades federativas, entre ellas, Tamaulipas, Chihuahua y Guerrero.
De entrada, se crea y recrea una mala imagen para Veracruz que en la percepción de televidente queda como un semillero inacabable de violencia.
Luego enseguida, el mensaje subliminal de que Veracruz es uno de los peores rincones del país para la seguridad en la vida.
Y la punta del iceberg llega a tanto que, por ejemplo, en Estados Unidos a cada rato boletinan a Veracruz como el centro del mal advirtiendo a los norteamericanos del veto turístico.
Y por añadidura, con todo y las inversiones millonarias anunciadas en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río con el nuevo ultra contra súper bulevard para esperar a los Reyes de España en dos años por los 500 años de la conquista, la imagen de un Veracruz con un tsunami de desaparecidas ahuyenta a la iniciativa privada, y/o cuando menos, le enchina la piel.
Es la hora, entonces, que desde la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía, en común acuerdo, pudieran, digamos, contrarrestar con hechos, acciones y resultados tanto la violencia como la impunidad.
CASCAJO: Está claro que los malandros disputan la jugosa plaza Veracruz.
Por eso mismo, parte de los medios chorrean sangre todos los días. Y como dice un voceador, si el periódico se sacude un poquito cae un cadáver y si vuelve a sacudirse caen varios cadáveres.
De hecho y derecho, el Peñismo va de salida y su prioridad número uno es ganar la elección presidencial del año entrante, aunque pierda algunas gubernaturas.
Y aun cuando en Veracruz, la prioridad también es heredar el poder público al primogénito, se entendería (“Pueblo chico, infierno grande”) que ganar la silla embrujada de palacio en las urnas en el 2018 pasa por disminuir a lo máximo el índice de inseguridad y de impunidad, pues constituye la más terrible y espantosa pesadilla de todos los tiempos.
Si cada familia se siente más segura y respira con tranquilidad, sin incertidumbre ni zozobra…
Y si más duartistas siguen durmiendo en el penal de Pacho Viejo…
Y si hay obra pública transparentada en la licitación de acuerdo con la ley…
Y si va mejorando la calidad de vida de los indígenas, campesinos y obreros, entonces, el rostro social de Veracruz habrá de cambiar, digamos, a la velocidad de un bienio, y el más bello día jarocho (el día de la paz interna derivada de la paz externa) se arraigará en el corazón de todos.
Han de combatirse los malandros, y al mismo tiempo, que en cada hogar, cada familia, lo huela y respire y lo sienta sin que nadie sueñe con que algún día la página roja de los medios desaparezca, pues, mundo al fin, la violencia forma parte de la cotidianeidad.