Luis Velázquez
05 de julio de 2019
ESCALERAS: El gobierno de Veracruz está prestigiado por su “conocida inhabilidad para las lides de la política cotidiana”. (Éric Nepomuceno)
Por ejemplo algunos de los hechos y actitudes en los 7 meses del sexenio que camina:
Uno. La falta de experiencia, fogueo, mañas, inteligencia y estrategia para manejar el Primo-gate, también aclamado como el caso Eleazar Guerrero.
Millón de veces formar una fábrica de chocolate con la materia prima de Tabasco para estar a tono con los hijos mayores de AMLO.
Dos. El góber, como un escapista de la realidad cruda y atroz durante 7 meses en el asunto de la inseguridad creciente, fuera de control y de órbita. Los malos, dueños de la agenda pública.
PASAMANOS: Tres. La inhabilidad con premio Oscar para destituir al Fiscal, declarado su peor enemigo.
Cuatro. La impericia política y de los suyos llega a tanto que, por ejemplo, nunca puso controlar ni pastorear ya salido del corral al diputado José Magdaleno Rosales Torres, aquel de que “somos el hazmerreír nacional”.
CORREDORES: Cinco. Todavía peor en el manejo de la LXV Legislatura porque de un diputado sublevado como fue Magdaleno ahora son 7 más, a saber, Nahúm Alvarez Pellico, León David Jiménez Reyes, José Andrés Castellanos Velázquez, Amado Cruz Malpica, Cristina Alarcón, Omar Miranda y Érik Iván Aguilar López.
Y, bueno, cuando ya ni siquiera un padre puede controlar a un hijo, entonces, mejor pegarse un tiro.
Pero todavía peor: primero, un legislador, Maleno, se rebeló. Luego, 7 más. 8 en total. Y por eso mismo, resulta insólito que ningún diputado a modo de Cuitláhuac, ni tampoco el secretario General de Gobierno, máximo encargado de la política-política, lo detectara.
Ellos, todo indica, siguen viviendo “en un castillo de arena”.
BALCONES: Seis. 7 meses después, ningún interés por nombrar a los catorce magistrados del Tribunal Superior de Justicia, cuya tarea fundamental es procurar la justicia pronta, rápida y expedita para la población agraviada.
En realidad, el góber entró en pánico de exponerse a otro descrédito.
Y nada mejor en la vida que “dejar hacer y dejar pasar”.
PASILLOS: Ocho. En tales circunstancias, Cuitláhuac ha caído víctima de sus berrinches. No puede y las condiciones lo rebasan y carece de eficientes y eficaces operadores políticos, y entonces, se aísla.
Millón de veces comer mondongo en Tierra Blanca con AMLO y comer ceviche solo en una fondita del mercado de Coatzacoalcos y disfrutar un arroz a la tumbada en su paraíso alvaradeño.
Así, con berrinches, dice el sicólogo de al lado, suelen actuar y reaccionar los ninis. Los ninis ricos y los ninis pobres.
El escapista de palacio. Y al paso que va, de seguir así, el góber está cavando su propia sepultura política, pues la mayor parte de sus acciones multiplican el descrédito.
Lo peor es o sería que por miedo o temor a perder la chamba, su gabinete legal y ampliado y su único círculo del poder político nada le diga. El silencio como arma filosa para continuar en el cargo. Y Veracruz, claro, que se joda.
VENTANAS: Nueve. La inhabilitad política del góber para enfrentar a los toros sociales quedó expuesta, y de sobra, con el caso de Eleazar Guerrero y la abuela. Y más, cuando todo mundo tiene una abuela amada. La abuela es como la Virgencita de Guadalupe en los periódicos del siglo pasado. Es decir, intocable, pura y santa.
Diez. Sin pericia, se pone los guantes como “El borras”. Por ejemplo, los guantes contra el alcalde jarocho. Los guantes contra la nueva alcaldesa de Mixtla, a la que amenaza con desaparecer los poderes municipales. En automático, el mundo partido a la mitad. Incluso, políticos de MORENA, y ni se diga de la oposición, en contra del góber, tanto como tirar más gasolina al fuego social.
PUERTAS: Once. Más que la inhabilidad política, el desconocimiento social total y pleno. Caso, por ejemplo, cuando muy bragado fue a Soteapan, tomada la presa Yuribia y que desde su construcción en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes ha significado un polvorín.
De Soteapan, Cuitláhuac salió, como dice el vecino del rancho, “con el trasero entre las piernas”. Y es que si tuviera asesores que ultra contra súper conozcan Veracruz, otro gallo cantaría.
Doce. Inhabilitad política en su peor decibel, el anuncio (fallido) del premio de Periodismo, Regina Martínez. 5 reporteros de Xalapa se encabritaron, suficiente para dar marcha atrás. Caray, antes de…, igual que en la gira a Soteapan, ha de cabildearse para conocer la temperatura social. El topo de Carlos Marx, menospreciado y desdeñado en la era Cuitláhuac.
CERRADURAS: Trece. AMLO ofreció rueda de prensa mañanera en la ciudad de Veracruz. Entonces, dijo que las conferencias matutinas son la mejor estrategia para ejercer el poder y marcar la agenda de cada día. Lo dijo delante del gobernador. Pero la referencia, a Cuitláhuac le entró por un oído y salió por el otro, feliz, dichoso, realizado, con el vítore y la levantada de mano del presidente.
PATIO: Nadie por ahora, ni el brujo de Los Tuxtlas, ni la gitana preciosa de Rinconada, súper cromazo, podría descifrar el paso siguiente y el paso final para cambiar la percepción ciudadana sobre Cuitláhuac, el autista como diría la diputada Mónica Robles Barajas.
Hay, claro, una presión social que persiste y multiplica. Por lo pronto, ha florecido en tierra fértil como el desencanto. En todo caso, el voto final será en el año 2021 en las urnas cuando en Veracruz elijan a los 212 presidentes municipales, casi mil síndicos y regidores y los diputados locales y federales, la prueba electoral del ejercicio del poder.
Pero 7 meses después, Fidel Herrera Beltrán, Dante Delgado Rannauro, Fernando Gutiérrez Barrios, Rafael Hernández Ochoa y Fernando López Arias, son los gobernadores más populares en la historia local.