Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Fue atroz el Fidelato. Entre otras cositas, porque decenas, cientos quizá, de mujeres, fueron dañadas en su salud y en su físico. Soñando con el ideal femenino de una imagen mejor le entraron a la cirugía plástica. Pero con médicos “patito”. Una escuela light que en dos años otorga títulos y licencias. Y el daño fue igual o peor que como en el caso de Alejandra Guzmán.
La historia atroz empezó en la secretaría de Educación comandada por el doctor en Sicología, Víctor Arredondo Álvarez, el ex rector de la Universidad Veracruzana. Y la encargada de otorgar el RVOE (RVOE ES019/2007) fue la hijita del cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo. Ruth se llama.
Y de pronto, zas, apareció el llamado Instituto de Estudios Superiores en Medicina (con sede en Xalapa), también conocida como la “Universidad” de Conde (Centro de Estudios Universitarios del Conde… que así se apellida el director general y fundador, Marco Antonio Conde Pérez.
Y mientras a un cirujano plástico le lleva estudiar los seis años de la carrera de Medicina, más dos carreras de Cirugía Plástica que significan cuatro más, mínimo, más la certificación que equivale a otro examen, en la “Universidad” de Conde sólo bastaban dos años.
Claro, ahí inició el negociazo redondo. Cada estudiante debía pagar quinientos mil pesos de colegiatura… en dos años.
Y a partir de que en el Fidelato fue otorgado el RVOE, unos ochocientos jóvenes cursaron la maestría light de cirujanos plásticos.
Y el fraude de norte a sur y de este a oeste de Veracruz comenzó, en la impunidad total y absoluta, pues, y por ejemplo, la Asociación Nacional de Cirujanos, tan rigurosa que es, sólo tiene certificados en el estado de Veracruz a 32 cirujanos plásticos, en tanto la “Universidad” patito en un dos por tres validó a ochocientos.
Las mujeres soñando con “una fina estampa, caballero” como reza la canción de Chabuca Granda.
Es más, hubo mujeres de otras entidades federativas que llegaban hasta en caravana al puerto jarocho para cambiar su físico. Las bubis, las pompis, la liposucción, etcétera.
Según el expediente que la diputada local Maryjose Gamboa Torales está integrando, o mejor dicho, tiene integrado, les aplicaron hasta aceite de coche y acrílicos.
El fraude. La estafa. El engaño. La burla. Y lo peor, la frustración de decenas, cientos de mujeres.
Muchas, muchísimas que regidas por el principio universal de que “no hay mujer fea, sino pobre”, hicieron su alcancía y se operaron y quedaron peor.
Con graves, terribles y espantosos problemas de salud.
ROMPEOLAS: El RVOE fue otorgado por la SEV de Fidel Herrera Beltrán y revalidado por la SEV de Javier Duarte con Adolfo Mota Hernández, el diputado federal de Emilio Gamboa Patrón.
Y ahora, en la LXIV Legislatura fue aprobada una iniciativa de ley para revisar estas escuelas afiliadas al llamado Instituto de Estudios Superiores en Medicina y desde luego, proceder, simple y llanamente, aplicando la ley.
Pero al mismo tiempo, la guillotina se extenderá a clínicas de belleza, porque significan un peligro para la salud pública.
Incluso, el oficio de marras ya fue turnado a la Fiscalía de Veracruz y a las secretarías de Salud federal (José Narro Robles) y de Educación Pública (Aurelio Nuño Mayer), porque el feudo educativo se extendió a otras entidades.
Claro, y en el caso de Veracruz, la Fiscalía tiene demasiada, excesiva chamba acumulada.
Bastaría recordar que hay 67 denuncias penales interpuestas por el gabinete legal y ampliado en contra de sus antecesores, los duartistas.
Además, 700 carpetas de investigación que están pendientes.
Pero, bueno, la terquedad de la diputada Gamboa Torales hará que en base a la ley y a la justicia la cuchilla sea aplicada, sin caer, desde luego, en las tentaciones de la diputada “Miss Bolsita” que aceptó un milloncito de pesos por favorecer con una ley a los verificentros…, según la fama pública.
ASTILLEROS: Pero el fraude de las cirugías plásticas se extiende y multiplica.
Por ejemplo, a partir de que el asunto fue llevado a la sesión parlamentaria, los cirujanos profesionales de otras entidades federativas han volteado a Veracruz.
En Cancún, por ejemplo, hubo un congreso nacional y Maryjose Gamboa fue invitada para una conferencia magistral donde expusiera el caso y disertara sobre la iniciativa de ley para que ellos, en cada uno de sus estados, la reproduzcan, pues el fraude también se consumió en aquellos lares.
Más terrible aún: aquí mismo, en Veracruz, los urólogos se le han acercado, porque resulta que también hay urólogos “patitos” que operan de la próstata, considerando que de cada diez personas mayores de 60 años, unas ocho, unas nueves, están enfermas.
Por eso, si usted, mujer, fue, digamos, víctima de este fraude descomunal en puerta que está nadando en la superficie de la cloaca política, entonces, y si está de acuerdo, acérquese a la diputada.
Varias mujeres ya lo han hecho. Y el expediente sigue integrándose, aun cuando con los casos que ya tienen, basta y sobra para ir en contra de los timadores, pero también, en contra de quienes desde la secretaría de Educación autorizaron el RVOE. Incluido, claro, el góber fogoso.