Luis Velázquez
28 de noviembre de 2017
ESCALERAS: El asesinato del presidente municipal de Ixhuatlán de Madero, Víctor Manuel Espinoza Tolentino, ha servido para muchas cosas.
Desde luego, para que en el carril priista exalten de nuevo (las gotas de agua perforan la roca) el fracaso de la yunicidad para frenar el tsunami de violencia.
Pero al mismo tiempo, y desde la cancha azul, para enlodar otra vez al pobrecito de Javier Duarte, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y en donde, como el mundo lo sabe, “se muerde uno y el otro” para acallar, por lo pronto, el secreto de Estado mejor guardado alrededor de las razones o pretextos para estar privado de su libertad.
24 horas después del quíntuple homicidio, pues asesinaron al presidente municipal, a su esposa y a tres auxiliares, la yunicidad expidió un boletín asegurando que atrás de una de las ejecuciones más siniestras de los últimos once meses está una banda de ladrones de láminas, despensas y cobijas robadas, ni más ni menos, que al gobierno de Veracruz y en donde están involucrados, oh sorpresas que da la vida, funcionarios de anteriores administraciones.
Es decir, y de entrada, de Javier Duarte, quizá también de Fidel Herrera Beltrán, y de revire, de Miguel Alemán Velasco, y en donde la historia se detiene, pues el anterior gobernador fue Patricio Chirinos Calero, donde Miguel Ángel Yunes Linares fue poderoso, poderosísimo secretario General de Gobierno, y a punto estuvo de quedarse con la sucesión.
Un día después, el domingo 26 de noviembre, un nuevo boletín arremetía diciendo que estaba ultra contra súper confirmado que el crimen del alcalde se debía a “una banda delictiva en la que están involucrados ex empleados y empleados de gobierno”.
El golpe policiaco y mediático fue demoledor ensuciando más a Duarte, a duartistas y amigos conexos y anexos. Dice el boletín:
“En las últimas horas, se han obtenido datos relevantes que confirman la tesis de que varios crímenes cometidos en las últimas semanas en la zona de Xalapa se relacionan con la venta de láminas, despensas, cobijas y otros bienes que fueron sustraídos de las bodegas del gobierno estatal durante el periodo de Javier Duarte, y eran vendidos a candidatos y presidentes municipales por debajo del costo comercial”.
¡Pobre Javier Duarte!
En la solapa dos de la nueva edición del libro “Stalin” por León Trotsky, hay una frase bíblica “como anillo al dedo” a las secuelas políticas y policiacas del homicidio del alcalde, su esposa y tres colaboradores. Dice:
“Trotsky demuestra que la historiografía soviética se ha convertido en un arsenal de falsificaicones construídas para defender… el régimen de Stalin”.
En el caso, para descuartizar por completo, mejor dicho, pozolear los restos de Duarte.
PASAMANOS: Tan es así que, por ejemplo, el sábado 25 de noviembre circuló un tuitazo de Miguel Ángel Yunes Márquez, presidente municipal de Boca del Río, inminente candidato del PAN y PRD (quizá también del Movimiento Ciudadano) a gobernador de seis años y que la letra dice:
“A nombre propio, y a nombre de miles de personas, exijo a @Javier Duarte seguridad para todas las familias veracruzanas”.
El tuit se volvió un éxito en las redes sociales, pues fue ligado all boletín del gobierno de Veracruz donde acusan a duartistas de pertenecer y comandar la banda de “Las láminas, las despensas y las cobijas”.
Es más, el tuitazo yunista fue paseado en las redes anunciando, incluso, la tercera guerra mundial y que según los expertos se dará…pero entre Estados Unidos y Corea del Norte.
Así, fue creciendo en el mundo cibernético.
Pero…
Pero oh paradoja, resulta que el tuit fue publicado por Yunes Márquez a las 9:34 de la noche del 28 de junio del año 2014 (cuarto año del sexenio duartista) y tuvo 72 Retweets y 35 “me gusta”, y desde luego, y dada la temporalidad se refería a otra cosita, se ignora si igual o peor de siniestra, sórdida y sombría que en los últimos días de han significado equis número de asesinatos, entre ellos, el del alcalde de Ixhuatlán y el otro, del presidente municipal electo de Hidalgotitlán, y quien fue delegado en Acayucan de Arturo Bermúdez Zurita como secretario de Seguridad Pública.
Y ni hablar, el chamán recuerda que en “pueblo chico, infierno grande”, y el cuerpo social de Veracruz, que tanta lava tiene guardada y fermentando estalló por completo.
De paso, queda así manifiesta la tensión social, política y electoral que se está viviendo en la disputa, cierto, por las diputaciones locales y federales y senadores a jugarse el primero de julio del año entrante (es decir, dentro de siete meses y días), pero más, mucho más aún por el trono imperial y faraónico de la gubernatura de seis años.
CASCAJO: Los boletines del gobierno de Veracruz tienen abierta la caja de Pandora y todos los males del mundo están brotando como huracán en contra del duartazgo.
Por ejemplo, en el comunicado dominical del 27 de noviembre revelan que en el mes de noviembre del 2016, el último mes del sexenio anterior, Flavino Ríos Alvarado gobernador interino de 40 días, “fue vaciada la bodega de la Secretaría de Protección Civil, y después incendiada en enero para desaparecer los documentos.
Esos bienes robados son los que se vendían”.
Incluso, tiran más gasolina al fuego incendiario en contra del gobierno interino de Flavino:
“Cuando menos tres eventos delictivos, que culminaron con el homicidio de varias personas en los municipios de Banderilla, Tlalnelhuayocan y Xalapa, están relacionados” con el robo cometido, todo indica, por la peligrosa banda (más que la banda de los Frutsis) de “Las láminas, las despensas y las cobijas”.
48 horas después del crimen del alcalde y su esposa de Ixhuatlán de Madero, resulta que la peligrosa banda está creciendo, pues además de los ladrones y los duartistas del gobierno estatal, las pesquisas de la secretaría de Seguridad Pública del señor Jaime Téllez descubrieron a otros presuntos cómplices, aliados y socios:
Uno. Excandidatos a un cargo de elección popular.
Dos. Presidentes municipales en funciones.
Y tres. El dirigente de un partido político estatal.
Los nombres de todos ellos se omiten, por lo pronto, para evitar, como dice el clásico, que puedan darse a la fuga, tal cual como se afirma de los duartistas Ramón Ferrari Pardiño, Juan Antonio Nemi Dib, Carlos Aguirre Morales y Leonel Bustos.
Anuncia el boletín:
“Todos serán llamados a declarar… sin importar su militancia política o que tengan fuero”.
RODAPIÉ: La yunicidad está poniendo el fierro al duartazgo encarnado ahora en la banda delictiva de las “Despensas, láminas y cobijas”.
De entrada, pareciera un cuento, más que de “Alí Babá y los cuarenta ladrones”, de Caperucita y la bruja malvada.
Desde luego, la historia demuestra que desde el interior de los penales los malandros florecen en su dimensión estelar y desde adentro controlan los negocios ilícitos de afuera.
Y, de ser así, la yunicidad enloda más a Duarte.
Pero también pudiera ocurrir que una cosita son las tropelías de Duarte y otra la de sus discípulos, aliados, socios, cómplices y prestanombres, y quienes, digamos, de pronto se encontraron y juntos florecieron, pero luego de terminado el sexenio, y más la forma, cada quien por su lado.
Otra hipótesis es que, cierto, el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, está privado de su libertad en el penal de Pacho Viejo, pero según las versiones, su estructura quedó intocable, y bueno, “pan comido” para seguir delinquiendo.
Pero cuando el boletín yunista plantea la presunción de que atrás de los ladrones físicos hay una banda formada con políticos de varios niveles (desde alcaldes y líderes partidistas hasta ex candidatos, más aparte ex funcionarios estatales y burócratas), entonces, caray, toda la podredumbre ventilada en los medios quedaría reducida a una simple práctica escolar de principiantes.
Y es que robar “las despensas, las láminas y las cobijas” resulta inverosímil, pero de igual manera, expresa la peor ambición y calaña de los hombres públicos, pues equivale tanto como por ejemplo robar a un muerto o a una anciana solitaria.
Y ni modo de “lavarse las manos” y decir que el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior…
Y la Comisión de Vigilancia del Congreso…
Y la Contraloría…
Y la secretaría de Finanzas y Planeación…
Y las secretarías de Protección Civil y Desarrollo Social…
Y la secretaría de Seguridad Pública…
Y los contralores internos de cada secretaría…
Y los directores administrativos de cada secretaría…
Y los auditores externos…, nada, absolutamente nada sabían por más que Flavino Ríos Alvarado, el gobernador de 40 días, haya jurado y perjurado que Javier Duarte “era mi amigo, pero a todos nos engañó”.