Luis Velázquez
16 de noviembre de 2017
ESCALERAS: Si “la política es un tragadero de hombres” (Juan Maldonado Pereda, QEPD), entonces, el gobernador Yunes es un triturador.
Por ejemplo, en un año hizo talco a Javier Duarte y a los duartistas. Incluso, y de paso, al Fidelato.
Nada queda de ellos. La mayoría pasó de la gloria al infierno. Incluso, y con todo y la soberbia y la altivez con que ejercieron el poder, todos, sumidos y sumisos para evitar dormir en el penal de Pacho Viejo.
El politólogo Carlos Ronzón Verónica llamó a esa generación política “La Década Perdida de Veracruz”.
Doce años que se fueron a la oscuridad. Y lo peor, el montón de jóvenes a quienes “El tío” de Nopaltepec abriera la puerta, a tono con Rafael Hernández Ochoa y Luis Echeverría Álvarez, reducidos de hecho al silencio.
Todos, menores de treinta años de edad. En plena juventud. Con el acelerador a mil por hora, cuando cada quien desea tragarse el mundo en un dos por tres.
Nada peor en la vida como el desperdicio del talento y la inteligencia humana.
Y ellos, ni modo, achicados.
En 12 años fueron todo. La política parecía renacer en una pléyade de jóvenes ascendidos al poder y en muchos casos, sin experiencia ni fogueo en el campo de batalla.
“Se pelean por el biberón” les dijo una vez Ranulfo Márquez, el amigo entrañable del fogoso.
Pero… la mayor parte fue debut y despedida, aun cuando Jorge Uscanga Escobar, ex de todo, dice que en política nunca, jamás, hay hombre muerto y hasta los muertos resucitan.
Se cumplió así la sentencia histórica de que hay hombres (y también mujeres) con una vocación sexenal.
Duran, entonces, el tiempo de un sexenio. Y si mejor les va, dos sexenios. Pero luego, ingresan, como se dice en política, a la Renata, la famosa Reserva Nacional del Talento.
PASAMANOS: Fidel Herrera, por ejemplo, lanzó a los siguientes jóvenes al estrellato y la mayoría, resplandor de un momento, y luego, el ostracismo, con grandes excepciones, claro.
Javier Duarte. A los 29 años de edad, subsecretario de Finanzas y Planeación. Luego secretario. Después, diputado federal. De inmediato, gobernador. Ahora, en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, acusado de pillerías y trastupijes, y si está preso se debe, claro, a la tozudez de Miguel Ángel Yunes Linares que de hecho y derecho tensó a la Procuraduría General de la República, PGR, para aplicar la ley.
Américo Zúñiga Martínez. A los 26 años, secretario de Trabajo y Previsión Social. Luego, diputado local. Luego, presidente municipal de Xalapa, listo, se afirma, para asumir la presidencia del CDE del PRI.
Carolina Gudiño Corro. A los 24 años de edad, directora del Instituto de la Mujer (cargo inconcluso). Luego, diputada local (otro cargo que dejara inconcluso). Después, diputada federal (otro puesto inconcluso). Y presidenta municipal de Veracruz, que terminó porque tenía un presupuesto a ejercer. Fallida candidata (otra vez) a diputada federal. Ahora, desesperada, levanta la mano para que la tomen en cuenta.
Raúl Zarrabal Ferat. A los 26 años, regidor en Boca del Río. Después, diputado local. Luego, secretario de Comunicaciones. Después, sumido, sin respirar por un cargo público, temeroso de que la yunicidad lo detenga y envié al penal de Pacho Viejo.
CASCAJO: Érick Alejandro Lagos Hernández. A los 28 años, secretario particular del gobernador Fidel Herrera. Luego, diputado local. Y subsecretario General de Gobierno. Y presidente del CDE del PRI. Y secretario General de Gobierno. Y diputado federal. Y con el más bajo perfil para evitar un manotazo del góber azul.
Jorge Alejandro Carvallo Delfín. A los 29 años, a cargo de la agenda del gobierno de Veracruz en la Ciudad de México. Luego, secretario particular de Fidel Herrera. Diputado local, secretario de Desarrollo Social, presidente del CDE del PRI y diputado federal. En el sótano político y mediático, temeroso de ser apañado.
Alberto Silva Ramos. A los 30 años, en la oficina del gobierno de Veracruz en el Distrito Federal. Luego, a cargo de la tarea municipalista. Presidente municipal de Tuxpan, secretario de Desarrollo Social, vocero oficial, presidente del CDE del PRI, vocero otra vez y diputado federal. Enfrenta una solicitud de desafuero de la Fiscalía azul acusado del desvío de más de dos mil millones de pesos.
Raúl Díaz Diez. A los 25 años, regidor en el Ayuntamiento porteño. Luego, secretario de Acción Social en el CDE del PRI. Desde entonces, presidente del PRI jarocho. Sin mayor exposición mediática.
Carlos Enrique Levet Rivera. A los 25 años, subdirector jurídico del Instituto de Pensiones. En el duartazgo repitió. Ahora, académico en la Universidad Veracruzana.
RODAPIÉ: Marlon Ramírez. A los 28 años de edad, regidor. Luego, presidente del PRI jarocho. Otro cargo partidista. Subsecretario General de Gobierno. Regidor electo en la Comuna jarocha.
Édgar Spinoso Carrera. A los 29 años, Oficial Mayor de la secretaría de Educación con Fidel Herrera. Luego, otra vez en el mismo cargo con Javier Duarte. Diputado federal. Devolvió un avión y un helicóptero comprado, se afirma, con el erario, para así evitar la captura.
Antonio Ferrari Cazarín. A los 25 años, subsecretario de Economía con Fidel Herrera. Luego, secretario de Finanzas y Planeación. Director del COBAEV.
Karime Aguilera. A los 28 años, directora de Espacios Educativos de la secretaría de Educación. Perdida por completa.
Carlos Aceves. A los 27 años, director jurídico del DIF. Debut y despedida.
Luis Brito. A los 29 años, director en la Contraloría. Después, la revolución favoreció al hijo de Carlos Brito Gómez con una notaría. Retirado de la vida pública. Por ahora.
José Ruiz Carmona. A los 27 años, coordinador de la agenda fidelista en el puerto jarocho. Luego, diputado local. Después, titular del Sistema de Agua y Saneamiento. Allí, fue enlodado de mucha corrupción. Retirado a la vida privada.