Luis Velázquez | Barandal
20 de abril de 2021
ESCALERAS: En las cantinas, por ahora, se habla de asesinatos y feminicidios. Pero pronto, antes de que el gallito cante tres veces y san Pedro niegue a Jesús, el tema cantinero cambiará por el béisbol y el basquetbol y en una de esas, de futbol.
Nunca como ahora desde el gobierno de Veracruz, la pasión deportiva. Todo, porque López Obrador es el jugador de béisbol de todos los tiempos.
Por eso, la restauración del parque beisbolero en la ciudad jarocha. Y el regreso del básquet, en Xalapa. Y pendiente, concretar la vuelta de los Tiburones Rojos.
PASAMANOS: La versión universal es los beisbolistas piensan con las manos. Y los basquetbolistas también con las manos. Y los futbolistas con los pies.
Pero en la 4T estarían pensando con el corazón para con el regreso del béisbol, sobre todo, quedar bien y congraciarse más con el Señor Presidente.
En el tiempo de Luis Echeverría y José López Portillo, el alpinismo cobró auge, adictos que eran.
Con Carlos Salinas, las caminatas en el amanecer. Con Jesús Reyes Heroles, secretario de Gobernación y de Educación y líder nacional del PRI, el ajedrez y el dominó. Con Antonio López de Santa Anna, las peleas de gallos.
CORREDORES: Con todo, lo más importante es la gran filosofía romana del pan y circo. Entonces, como ahora, hubo más circo que pan.
El circo del beis. El circo del básquet. El circo del futbol.
Además, el trío de deportes se parece (igual que otros) a la vida.
El secreto de la vida, por ejemplo, está en levantarse todos los días para seguir empujando la carreta y que algún objetivo superior se alcanzará.
En el beis, el básquet y el futbol, la pelea siempre es para ganar y, claro, imponerse a los demás.
BALCONES: Hay riesgos, como en toda pasión humana desbocada.
Entre los aztecas, por ejemplo, los triunfadores en el juego de pelota estaban autorizados para sacar el corazón a cuchilladas de los enemigos y adversarios.
Entre los chinos, en el tiempo de las dinastías, decapitaban a los jugadores derrotados.
Los ingleses tenían la costumbre de matar al capitán del equipo derrotado y luego jugaban futbol con su cabeza.
En América Latina, la famosa guerra por el futbol entre Honduras y San Salvador y que dejara una tarde más de dos mil muertos, según cuenta el escritor Fernando del Paso en una de sus crónicas sabrosas.
PASILLOS: Pero, bueno, tampoco la 4T puede vivir en gerundio, temiendo un desaguisado con el retorno del béisbol y el básquet.
Nunca, por fortuna, los fanáticos, las porras, se agarraron a trancazos a la mitad de un juego o hacia el final.
Acaso, simples dimes y diretes a tono con el trópico, los vientos intensos del Golfo de México, el fósforo bitacal de los mariscos y la bilirrubina.
Además, nunca hará más felices a los clientes de las cantinas, bares y antros que las tertulias alrededor del béisbol, cuyo regreso inminente está contemplado.
VENTANAS: El gran circo está por volver. Los aficionados, dichosos. Cuando menos quedan 3 años y medio para refocilarse con las pelotas de beis y básquet.
Luego, ya se verá, pues cada presidente de la república y gobernador tiene sus pasiones y debilidades y vaya a saberse si a los sucesores también gustarán tales deportes, o por el contrario, jugarán a las canicas, con todo y que Javier Duarte aseguraba que el deporte número uno en Veracruz es el chismerío, la intriga y la especulación.