Yemen se está enfrentando al peor brote de cólera de la historia, con la tasa de mortalidad llegando a las 1,310 personas desde el pasado abril, de acuerdo con la Organización Mundial para la Salud.
Se han registrado más de 200,000 casos de cólera en el país de la Península Arábica y hasta 300,000 personas podrían terminar infectadas para finales de agosto, declaró Margaret Chan, la directora general de la OMS en un comunicado el sábado pasado.
“En solo dos meses, el cólera se ha extendido a casi cada gobernación de éste país destruido por la guerra,” declaró el director ejecutivo de UNICEF. “Ya han muerto más de 1,300 personas – un cuarto de ellos niños – y se espera que la cifra de muertes aumente.”
El cólera es una infección bacteriana muy contagiosa que se esparce por medio de agua o comida contaminada, puede ser fatal si no es tratada durante horas.
Aunque la enfermedad puede ser tratada fácilmente, en Yemen, un país en conflicto, ha resultado particularmente difícil debido a la escasez de alimentos y provisiones médicas.
La ONU ha culpado a todas las partes rivales y sus apoyos internacionales por la expansión del cólera, lo que quiere decir que se trata de una catástrofe ocasionada por el hombre.
En 2015, Arabia Saudita y sus aliado iniciaron una campaña aérea que buscaba revertir las ganancias militares de la insurgencia chiita (los hutíes) y apoyar al gobierno de Yemen reconocido por la ONU. Durante estos dos años de conflicto han muerto más de 10,000, herido a otros 45,000 y desplazado al 11% de las 26 millones de habitantes del país.
El viernes, el grupo humanitario Oxfam pidió un cese al fuego debido al brote, sin embargo no parece que vaya a parar pronto y la UNICEF también ha pedido que todas las partes del conflicto permitan que las agencias de ayuda tengan un mejor acceso a aquellos que lo necesitan.
“Es crítico que los organismos de ayuda sean capaces de llegar a éstos niños lo antes posible para brindarles la asistencia que necesitan.”