- Arrasará con la yunicidad
Barandal
Luis Velázquez
VERACRUZ.- ESCALERAS: El equipo político del gobernador Yunes está agotado. En un día domingo perdieron todo. De ñapa, también perdieron la esperanza. Y el sueño sexenal.
En la mañana de aquel domingo, primero de julio, amanecieron hinchados de fe. Antes de la medianoche, ya sabían de su derrota.
Y de la incertidumbre y zozobra por venir.
Por eso, quizá, impusieron a chaleco a su Fiscal Anticorrupción, cuya primera tarea será dictaminar sobre las Cuentas Públicas de la yunicidad, fiscal carnal.
En tanto, la diputada panista, Cinthya Lobato Calderón, se les fue a MORENA.
Tanto perdieron el control que con una rudeza innecesaria clausuraron un bar propiedad de un cuñado de la hija del maestro José Luis Lobato Campos, QEPD.
Y enfrentan el peor de los mundos con las advertencias del gobernador electo de aplicar la guillotina a Jorge Wínckler, He Man Sergio Hernández Hernández, Gabriel Deantes Ramos, Vicente Benítez, Renato Tronco Gómez y Ricardo García Guzmán.
Y de llevar a juicio político al Fiscal.
Y lo peor entre lo peor, a partir del primero de diciembre cuando todos ellos queden desempleados, quizá correrán a los Ayuntamientos de Veracruz, Boca del Río, Córdoba y Tantoyuca para un espacio laboral.
Las cinco derrotas del primero de julio los desgastaron en exceso.
PASAMANOS: De pronto, se enfrascaron en una pelea para imponer a Marcos Even como Fiscal Anticorrupción y cuya designación antier significara un zipizape legislativo.
Por fortuna, tuvieron espacio y tiempo y fuerza política, claro, para ampliar la concesión de la caseta de Plan del Río, manejada por una empresa de sus amigos, los Ruiz Ortiz, que vencería en el año 2023, y la aumentaron a treinta años más.
Y de concesionar el servicio del agua potable en Boca del Río a otra empresa de los Ruiz Ortiz.
Y de tumbar a Soriana como concesionara de las despensas alimenticias al gobierno de Veracruz y nombrar a las tiendas Chedraui.
Y de encarcelar a 34 (treinta y cuatro) duartistas entre políticos, jefes policiacos y policías acusados de desvíos de recursos oficiales y desaparición forzada.
Pero… ya se sabrá el destino de las más de quinientas denuncias penales de la Contraloría y el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, contra 355 duartistas señalados de “meter las uñas” al erario, pues en los próximos cuatro meses será imposible, técnicamente imposible, procedan con todas.
Ni siquiera, vaya, emitiendo cuatro órdenes de aprehensión por día, pues, incluso, en caso de ser así, expresaría la más desorbitada de las pasiones humanas.
CORREDORES: El agotamiento político de la yunicidad también se alimenta del fantasma de la especulación y que según Javier Duarte es el deporte favorito en Veracruz.
Por ejemplo:
En la campaña preelectoral y electoral los agravios de los dos Migueles (el padre contra AMLO y el primogénito contra AMLO (le llamó “Viejo guango”) y Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador electo) fueron excesivos.
Por eso, en un periplo en el puerto de Veracruz, el reinado del alcalde Fernando Yunes Márquez, Andrés Manuel López Obrador anunció a la nación que otorgaría la amnistía a los carteles y cartelitos arrepentidos, pero nunca a tres políticos:
Uno, Carlos Salinas. Dos, Vicente Fox Quesada. Y tres, Miguel Ángel Yunes Linares.
Y si AMLO cumple con su república amorosa y su nueva Constitución Moral, su misericordia jamás llegará al trío de políticos citados.
Y de que el tabasqueño sabe vengarse, caray, bastaría recordar si por un lado se ha declarado fan de Benito Juárez, Francisco Ignacio Madero y Lázaro Cárdenas, también su ídolo es Tomás Garrido Canabal, el gobernador de Tabasco en el siglo pasado y secretario de Agricultura con Plutarco Elías Calles, bragado y peleador callejero, rencoroso y vengativo como buen hijo del trópico.
BALAUSTRES: La parábola aquella se hace más vigente que nunca.
Un capitán pidió al dueño del barco si le daba trabajo para un hermano, aunque fuera, le dijo, de marinero.
Y el capitán insistió tanto que el dueño de la embarcación le formuló la siguiente pregunta:
“Si el barco se está hundiendo, ¿a quién salvarías primero: a mí o a tu hermano?”.
Así, y toda vez que Cuitláhuac le debe la gubernatura a AMLO, por aquí “El peje” ordene purificar la administración pública en Veracruz y aplicar la ley y hacer justicia, del cielo jarocho lloverá lodo encima de la yunicidad y los suyos igual que en los últimos casi veinte meses los vientos huracanados han caído sobre Javier Duarte, Karime Macías y su parte de su gabinete legal y ampliado.
Por un lado, el agotamiento del equipo político azul. Y por el otro, el desgaste nacido de la incertidumbre y la zozobra, pues, dice el proverbio popular, “el que a hierro mata… a hierro muere”.
Por ejemplo, con una simple llamada telefónica del gobernador electo al Fiscal Jorge Wínckler será suficiente para que entregue la oficina, antes, mucho antes de ser enviado a juicio político en la LXV Legislatura, pues su telefonema será como un gancho al hígado o un derechazo a la quijada en una pelea de box.
El sexenio por venir será un cuento de Edgar Allan Poe.