Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: El PAN Veracruz ha lanzado sus candidatos a diputados federales y locales. En términos generales, las mismas caras. Lo peor, los caciques pueblerinos y aldeanos, llevados a lo más alto de la cima. Igual que en el PRI, por ejemplo. Ningún cambio, pues.
A espaldas de todos ellos, el millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros.
Más grave aún, un Veracruz, pródigo en recursos naturales, rico, habitado por una población jodida.
La tierra jarocha, igual que el resto del país, en la más terrible y espantosa desigualdad social.
Veracruz, estado migrante, exportador de mano obra.
Un millón de paisanos en el otro lado.
Veracruz, primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales.
4 millones de habitantes viviendo del changarro.
Medio millón haciendo sólo dos comidas al día.
Las elites políticas, que también suelen ser económicas y sociales, encumbradas.
El reparto del poder y sus mieles para unos cuantos.
Nada, entonces, para inflamar la esperanza social, con todo y que la esperanza es una virtud teologal, ligada a la fe, la llegada de un nuevo día, lejano, utópico, inaccesible, el día de la justicia social.
El colmo:
En Pánuco hay un cacique. Antes era priista. Ahora, panista. Se llama Ricardo García Guzmán, ex presidente municipal, ex diputado local y dos veces Contralor, con sus amigos Miguel Alemán Velasco y Javier Duarte. Ahora, yunista a morir.
Uno de sus hijos, Ricardo García Escalante, quien hace 55 días dejara la alcaldía de Pánuco, ungido como candidato a diputado federal.
Y el otro hijo, conocido como “El Porky de Xalapa” en el alemanismo, Rodrigo, diputado electo, candidato para la reelección.
De entrada, sólo ellos, y nadie más, dueños del poder.
Una familia, propietaria del día y de la noche, de los dineros públicos y privados, de los cargos públicos y del destino común.
Inverosímil, con todo y que, por ejemplo, en la cancha de la alianza MORENA, PT y PES, Partido Encuentro Social, hayan lanzado como candidatos a diputados federales a Ernesto D´Alessio, el hijo de Lupita D´Alessio, “La leona dormida”, y al cómico Jorge “El Coque” Muñiz.
Con todo, incluso, que el líder nacional del PES comparara a “El peje” con Caleb, el profeta que en nombre de Jehová condujo a su pueblo, los hebreros, a Canaán, la tierra prometida.
En todo caso, si AMLO es el Caleb de MORENA, entonces, Ricardo García Guzmán es el Caleb… de su familia.
PASAMANOS: Otros caciques más ultra contra súper poderosos del PAN amarrados con candidaturas al mejor estilo del más viejo y feroz priismo.
Tantoyuca: Joaquín “El chapito” Guzmán Avilés es secretario de Desarrollo Agropecuario.
Su hermana, Senadora de la República.
Su hermano, presidente municipal en funciones.
Otro hermano, ex alcalde.
Otros familiares, con cargos públicos en el norte de Veracruz.
Su hermano Jesús Guzmán Avilés, candidato panista a la diputación federal.
Los Guzmán Avilés no son originarios de Tantoyuca. Tantoyuca es de ellos. Les pertenece.
Y el PAN los convalida, a cambio, claro, de garantizar que la población electoral del municipio y de la región, hasta donde posible sea, vote a favor de Miguel Ángel Yunes Márquez para gobernador.
En el otro extremo de Veracruz, Las Choapas, con Renato Tronco Gómez.
Renato, candidato a diputado federal por el PAN, luego de militar en el PRI.
Un hermano, presidente municipal.
Otro hermano, Alejandro, candidato a diputado local.
Una sobrina, candidata a diputada local.
¿Cómo, entonces, de qué manera creer en “el gobierno del cambio”?
Ninguna razón social ni moral hay para que, digamos, se aliente la posibilidad de que el destino social de los 6 de cada 10 habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez será enaltecida con los nuevos hombres y mujeres alistados para el poder legislativo.
CASCAJO: Otro caso, Tito Delfín Cano, candidato a diputada federal por el distrito de Cosamaloapan.
Antes, iba por el distrito de Huatusco, pero de pronto, zas, se atravesó Dante Delgado Rannauro con su Movimiento Ciudadano y se quedó con la plaza y fue reubicado en Cosamaloapan.
Antes, diputado local.
Antes, director de Ganadería, donde chocara con el titular de la SEDARPA, Joaquín Guzmán Avilés.
Antes, presidente municipal.
Y de dos pueblos. Primero, Azueta, y luego, Tierra Blanca, vocación universal, pues.
Y en el inter, su esposa, alcaldesa de Azueta.
Trapecitas del poder, brincando de un lugar a otro, mesiánicos.
Mariana Dunyaska García Rojas.
En el momento, diputada local.
Ahora, ungida candidata a diputada federal.
Antes, diputada federal, adonde de nuevo pretende volver.
Nadie conoce la efectividad, digamos, de alguna iniciativa de ley para favorecer el desarrollo social.
Eso sí, despliegue mediático, legislando sólo para salir en los medios, su debilidad.
RODAPIÉ: Los nombres de entre otros candidatos panistas a la diputación local manifiestan la vieja cultura priista del amiguisimo y que suele darse cuando un amigo se encumbra en el poder los otros se sacan la lotería en automático y sin haber jugado.
Con todo y que se carezca de una biografía política, de un liderazgo social fuera de duda, experiencia probada y comprobada y dominio y conocimiento del tema.
En nombre de la amistad, al poder.
Por ejemplo:
María Elisa Manterola Sainz, diputada local, que irá por la reelección en su distrito, Martínez de la Torre.
Sergio Hernández Hernández, el He Man, amiguito de la diputada Cinthya Lobato Calderón, por la reelección.
Bingen Rementería Molina, diputado local, por la reelección gracias a su padre, el vasco Julen Rementería del Puerto, candidato al Senado de la República.
Juan Manuel de Unanue Abascal, diputado local por la reelección, gracias, claro, a que ellos mismos como legisladores validaron la ley Javier Duarte para reelegir durante tres periodos consecutivos a los llamados “Conscriptos de la patria”.
El reparto del poder, entre los cercanos, los primeros círculos del poder.
Ninguna duda de que son capaces en sus áreas, pero de igual manera, el dedazo de la cultura priista está vigente en su más alta dimensión.
POSTES: Un caso singular igual que los caciques Ricardo García Guzmán y Joaquín Guzmán Avilés heredando el poder a los hijos y a la familia
Leticia López Landero fue diputada federal y ahora es presidenta municipal de Córdoba.
Su hija, Olga Leticia Luz López, impuesta como candidata a diputada local por el distrito XIX.
Y el hermano, Tomás, ex diputado federal y local, expriista, expanista, exbugancista, ahora por el PVEM para la curul federal.
El poder, para la familia.
Nadie, claro, limita ni coarta la vocación política de los panistas.
Pero de ahí a que por el dedazo, los hijos y los hermanos y los tíos sean favorecidos con una candidatura con posibilidad de ganar en las urnas dada la operación política y la capacidad económica del caciquito en turno, sólo expresa el autoritarismo dictatorial en su expresión más elevada y pura.
En contraparte, miles y miles de panistas, militantes con muchos, demasiados, excesivos años, apostando a la esperanza de que los jefes encumbrados los miren.
El colmo: Pepe Mancha, presidente del CDE del PAN, impuso a su esposa, Monserrat Ortega Ruiz, como candidata pluri a la diputación local.
Y quizá por eso mismo, el diputado federal en funciones, Enrique Cambranis, quien volviera al PAN de color rojo con Javier Duarte y Fidel Herrera, amarado como candidato pluri al Congreso local… y en primer lugar, ni más ni menos.
Tal cual, el viaje se le antojó al secretario General del CDE del PRI, el mesiánico Carlos Valenzuela y quedó con la candidatura pluri a diputado federal.
BALAUSTRES: Con tales imposiciones en el PAN se reproduce el jurásico modelo priista de ejercer el poder y que ha llevado a la población cien por ciento al hartazgo, tanto que en menos de un año, el PRI en Veracruz perdió la gubernatura, la mayoría en el Congreso local y 172 presidencias municipales.
Claro, abonado por el saqueo y la desaparición forzada en que incurriera Javier Duarte y los suyos, desde su familia hasta parte del gabinete legal.
En 1929, Plutarco Elías Calles fundó el partido abuelito del PRI, PNR, y para tener contentos a los grupos y grupitos del país repartió el poder entre todos y todos fueron felices.
Es lo mismo que ahora aplicó el PAN en Veracruz y que, bueno, reprodujeron otros partidos, como el caso, por ejemplo, de Armando Méndez de la Luz, ex presidente municipal de Xalapa, ex secretario de Desarrollo Económico, ex diputado local, ex senador de la República, ex líder del Movimiento Ciudadano, quien impuso a su esposa de candidata a diputada plurinominal para así amarrar la curul, pues en la vez anterior sufrió espantosa derrota como candidata a la presidencia municipal de Xalapa.
Por eso, los políticos están el sótano de la confianza ciudadana, en menos cero, en el mismo nivel que los policías.