Jaime GUERRERO | El Piñero
En el corazón de la costa oaxaqueña, Huatulco ha emergido como uno de los destinos turísticos más sostenibles de México.
Entre sus selvas, playas vírgenes y comunidades orgullosas de su herencia cultural, destaca un elemento que ha contribuido de manera constante al desarrollo social y económico de la región: el campo de golf.
Este espacio no solo representa una oferta recreativa de alto nivel, sino también un entorno que promueve el bienestar individual. Como práctica deportiva, el golf aporta beneficios directos a la salud física y mental.
Su dinámica exige concentración, caminata, respiración al aire libre y conexión con el entorno, lo cual favorece el equilibrio emocional y la actividad cardiovascular.
Sin embargo, su impacto va más allá del juego.
El campo de golf en Huatulco se ha consolidado como un motor de oportunidades laborales, al generar empleos directos para decenas de familias locales —desde jardineros y caddies hasta personal administrativo— y empleos indirectos en hoteles, restaurantes, transporte y comercios que se benefician del flujo de visitantes.
Muchas de estas oportunidades han permitido a jóvenes y adultos adquirir habilidades, fortalecer su arraigo y mejorar su calidad de vida, sin verse forzados a migrar.
Además, este espacio ha sido diseñado bajo principios de sostenibilidad, incorporando especies vegetales nativas, sistemas de riego eficientes y programas de conservación ambiental, lo que lo convierte en un modelo de aprovechamiento responsable del territorio.
El campo también funge como un punto de encuentro multicultural. Visitantes nacionales e internacionales experimentan la hospitalidad oaxaqueña, su gastronomía, tradiciones y talento humano.
A menudo, estos intercambios se traducen en acciones solidarias, como apoyo a proyectos comunitarios, donaciones a escuelas, colaboraciones con centros de salud o patrocinios a iniciativas culturales y deportivas.
En resumen, el campo de golf en Huatulco no es únicamente un espacio para el deporte y el turismo responsable; es un símbolo de cómo el desarrollo bien planificado puede integrarse con respeto al entorno y con beneficios tangibles para las comunidades locales.
Con independencia de quién lo opere o administre, el campo de golf es un bien de Huatulco y de México que debe protegerse y mantenerse.
Su permanencia garantiza no solo una fuente de salud y recreación, sino también un vínculo entre el desarrollo turístico, la sustentabilidad ambiental y el progreso social.