PIÑATAZO
Este día Oaxaca, tal vez, vivió una de las jornadas electorales con menor participación desde que se tiene memoria, ni el efecto AMLO en positivo o negativo pudo hacer que los oaxaqueños salieran a votar por alguno de los candidatos punteros, Salomón Jara o Alejandro Avilés.
Ambos candidatos elegidos dentro de la polémica y sin ser lo más populares, iniciaron de manera opaca el pasado 3 de abril las campañas políticas para buscar la gubernatura del estado, con más penas que glorias.
Las campañas y las pocas propuestas fueron opacadas por el pasado de ambos candidatos, la población que se involucró en el proceso recordó las investigaciones federales en la que ambos candidatos han estado involucrados, que pese a que no se iniciaron procesos judiciales manchan su carrera política.
Se puede sumar a lo desangelado de los candidatos las campañas paupérrimas y ausentes que no llegaron a convencer a la gran mayoría de los oaxaqueños, quienes hoy en un castigo que no tiene mayor resonancia a partidos políticos grandes, les dijeron que ya no creen en ellos, que sus propuestas/promesas de campañas ya no tienen ninguna validez.
Sin embargo, habrá que preguntarse ¿a dónde fue el dinero destinado a la campaña? Si había oaxaqueños que ni se enteraron que había elecciones.
Así que los millones solo se fueron en anuncios en redes sociales, en comprar votos de distintas maneras, o en infinitas posibilidades que la historia política nos ha dicho.
Todas las encuestas de salida dan como triunfador con una amplia ventaja al candidato de MORENA Salomón Jara, quien ha dicho que es tiempo de la Primavera Oaxaqueña, lo cierto es que gobernará para una mayoría que no lo eligió, a partir del 1 de diciembre será el encargado de guiar el futuro de uno de los estados más pobres del país y con mayor carencia, tendrá que ir contra el presente del estado.
A la par, el PRI y demás oposición tendrá que analizar qué pasó y reconstruirse en base a hechos y no solo en las críticas del pasado próximo.