Portugal.-El abuso y acoso sexual en el transporte público es una práctica común, que muchas veces pasa desapercibida tanto por las víctimas como por los testigos. La cercanía de los cuerpos y los vehículos abarrotados son el pretexto perfecto para toquetear “accidentalmente” y para aproximarse lascivamente a las mujeres.
En un video que dura casi dos minutos, se puede observar a un hombre agrediendo sexualmente a una joven que parece estar inconsciente. Ambos se encuentran dentro de un autobús nocturno, absolutamente lleno de personas.
Lo sorprendente de esto es ver cómo nadie interviene cuando el agresor mete su mano dentro de los pantalones de la joven y abusa de ella. Lejos de provocar algún enojo, el grupo de jóvenes que están ahí animan al agresor mientras cantan; las mujeres sólo se ríen y dicen “¡qué asco!”.
La agresión llega su fin cuando la víctima parece recuperar la conciencia y se levanta, apartándose del hombre, desorientada y sin entender lo que acaba de ocurrir. Se observa cómo la joven toma sus cosas para bajarse y mientras sale, los hombres que fueron testigos del abuso vuelven cantar, como celebrando lo que había pasado.
La agresión sexual fue captada en video y se hizo viral en redes sociales tras ser publicado por Correio da Manhã, el periódico más leído de Portugal.
Según el diario portugués, el hecho tendría pocos días de haber sucedido cuando la ciudad de Oporto celebró la Queima das Fitas, la tradicional semana de fiestas universitarias en la que participan hasta 350 mil alumnos del norte de Portugal.
Pero el video no sólo logró la indignación y duras críticas al medio por hacer viral una violación, también ocasionó una investigación formal por parte de la Policía de Seguridad Pública (PSP), la principal fuerza policial de Portugal.
En un comunicado, el PSP confirmó que el video era real y que habían conseguido localizar a la víctima. Se trata de una universitaria que había ido a una fiesta a divertirse y tomó el camión para regresar a casa.
El problema surgió cuando se informó que la policía había asesorado a la víctima informándole sobre sus derechos, pero la joven se rehusó a denunciar la agresión sexual, tal vez por miedo.
Según la legislación portuguesa, la víctima puede denunciar una agresión hasta seis meses después del momento en el que tuvo lugar. El delito, en caso de denunciarse, sería considerado como abuso sexual que tendría una pena de hasta 10 años de prisión.
Este caso ha dado la vuelta al mundo y nos demuestra cómo la humanidad enfrenta una perdida de valores, donde mujeres y hombres pueden sufrir abusos que los dejarán marcados para siempre.
Por: Vicente Rendón/ Culturacolectiva http://culturacolectiva.com/video-abuso-sexual-portugal/