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Carta Abierta: AMLO, traicionado

El Piñero


Luis Velázquez

DESTINATARIO: Desde luego, y en el caso de los dos nepotismos ilustres que van en el gobierno de la izquierda en Veracruz, nada, absolutamente nada se mueve sin la voluntad política, social, moral, económica y policiaca del gobernador.
El gobernador es el jefe máximo de la revolución de la izquierda, el gurú, el chamán, el tlatoani, el iluminado, el impoluto, el ángel de la pureza.
Incluso, hasta se copiaría al sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra respecto de AMLO, el presidente, y se diría que Cuitláhuac García Jiménez “tiene un parecido con Dios”, el dios político y terrenal, claro.
Por ejemplo:
Un hijo del diputado presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, José Manuel Pozos Castro, ex priista, ex panista y ex perredista, fue nombrado subsecretario de Finanzas y Planeación.
Y aun cuando el señor diputado decretara que “era el orgullo de su nepotismo”, el nepotismo solo pudo existir con el visto bueno del gobernador.

REMITENTE: Es el mismo caso de la secretaría de Trabajo y Previsión Social, Guadalupe Arguelles Lozano.
Ella, primero, encarceló al cacique de Chicontepec, acusado de que en tiempo pasado la secuestrara tanto a ella como a su esposo, fallido candidato a presidente municipal de Chicontepec.
Ahora, y en nombre del nepotismo y que significa, en su lenguaje, que su hija tiene méritos suficientes, nombró a Quetzalli, sin cédula profesional, Jefa del Departamento Jurídico y de Amparos de la secretaría de Trabajo, donde ella, caray, es jefa máxima.
Y la designación solo pudo darse con la aprobación del gobernador.
Así, mientras AMLO ha decretado una lucha a muerte en contra del nepotismo y el amiguismo y el cuatismo y el influyentismo y el tráfico de influencias, los grandes males del PRI y del PAN, y también del PRD, en Veracruz, el gobernador reproduce a imagen y semejanza los peores males políticos que tanto daño han causado y siguen causando en el país.
Significa, entonces, una alta traición del gobernador al presidente de la república.
¡Ah, pero el gusto duró poco, menos de lo que tarda un gallo en cantar!
De pronto, viralizado el video en las redes sociales, el mundo político y social y cibernético se le vino encima al gobernador y en nombre de la Cuarta Transformación del País, dio marcha atrás.
Y la hijita de la secretaria de Trabajo cayó.
Y cayó con “la ternurita” del gobernador.
Según el góber, la secretaria de Trabajo “buscaba apoyo en alguien de mucha confianza” y en el camino descubrió que su hijita era la única de confianza, además, de que la circunstancia denota y connota que carece de equipo, y en todo caso, de amigos, amigos capaces y aptos, inteligentes, deslumbrantes, incandescentes, confiables, fogueados, experimentados, pasión irrefrenable por servir a los jodidos.
Y la designó, mejor dicho, la impuso.
Y la impuso, porque dice el góber, “encontró que la hija tenía todas las cartas credenciales”.
Pero cuando “las benditas redes sociales” se expresaron con vientos huracanados, ni modo, la chica cayó.
Ahora, claro, con cargo al presupuesto bien podría ser enviada a posgrados en Alemania, por ejemplo, donde bien podría cursar una maestría y un doctorado, y luego, los dos años restantes viajar por el mundo.

ENTREGA INMEDIATA: La secretaria de Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Veracruz está dando trabajo a su parentela y empleomanía valiéndole un soberano cacahuate la Cartilla Moral de don Alfonso Reyes adoptada por AMLO.
Y valiéndole la Cuarta Transformación del País.
Y, por supuesto, con el visto bueno del gobernador.
Por ejemplo, el reportero Juan Pablo Armas, en el portal El Espejo del Poder publicó que la ex directora de la Casa de la Cultura de Chicontepec y hoy secretaria del Trabajo, Guadalupe Argüelles Lozano, ya tiene cobrando en la dependencia que preside a su hija, su yerno, dos hermanos, su cuñada y un sobrino.
En contravención a la línea marcada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la funcionaria veracruzana aprovechó su poder para poner a cobrar a su parentela.
Así, distribuyó los siguientes puestos:
Su hija, Quetzalli Cárdenas Argüelles es Jefa del Departamento Jurídico y de Amparos.
Su yerno, Jonathan Antonio Martínez Zamora, es analista administrativo en la Unidad de Transparencia, con sueldo mensual de 22 mil 412 pesos.
Su hermano Nahúm Argüelles Lozano es su asesor de cabecera.
El otro hermano, Juan Argüelles Lozano, es chofer de confianza
La esposa de éste es secretaria dentro de la oficina de la titular.
Y el sobrino  Adaír Aguirre Calte, es analista administrativo en el área de Servicios Generales.
Ella misma es esposa de Gonzalo Vicencio Flores, Secretario general del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)”.

ACUSE DE RECIBO: Una cosita es el cargo público para servir a la población.
Otra cosita son los famosos Códigos de Ética.
Otra cosita, mil años luz de distancia, los abusos y excesos del poder.
Otra, el nepotismo, el cuatismo y el amiguismo.
Otra, el cinismo y el desparpajo con que la secretaria de Trabajo anunciara el nombramiento de su hijita, con todo y video difundido en las redes sociales y en donde justifica a los burócratas de la dependencia la designación.
Y otra cosita es que el gobernador lo permita.
Ya lo permitió, claro, con el hijito del diputado presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, José Manuel Pozos Castro, ungido por dedazo autoritario y dictatorial subsecretario de Finanzas y Planeación.

CARTA EXTRAVIADA: Otra cosita, claro, lógico, obvio, a todas luces es la autoridad moral con que ha de ejercerse el poder y la tarea de gobernar.
Y otra cosita es que desde el punto de vista legal sea aceptable.
Y otra que desde el ángulo moral sea permitible.
Y otra, el valemadrismo, en que los funcionarios públicos, como en el caso, se crean dueños del gobierno de Veracruz.
Por eso mismo, el PAN y el PRI fueron lanzados del palacio de gobierno de Xalapa.
Y mientras, y por ejemplo, al PRI le costó 89 años ser repudiado por la población electoral dados tantos abusos del poder, Morena en Veracruz, ya tan pronto, ha caído.
Y lo peor, todo indica, que les vale.
Y les vale, cuando la secretaria de Trabajo ha metido en la nómina con cargos públicos a parte de su familia, caray, hasta el yerno y a un hermano y a la esposa de su hermano y a un sobrino.
Ahora sí, en la lógica de “La mesa que más aplauda”, Guadalupe Arguelles Lozano es la reina, la emperatriz, su Alteza Serenísima campeona del nepotismo.
Y el gobernador sería, es, su pajecito, avalando el nepotismo, primero, y luego, el infierno encima, el revire.
Tácito era el autor predilecto de Benito Juárez, uno de los héroes de AMLO.
Tácito escribió que “el poder no se comparte”.
El gobernador está compartiendo el poder con su secretaria de Trabajo, pero al mismo tiempo, arriesgando y exponiendo su libertad y su moral pública. Incluso, contraponiéndose a la filosofía moral y ética del presidente de la república.
Quizá la secretaria de Trabajo, igual que París, también “vale una misa”.
En el fondo, y con Morena en el mando, Veracruz, el país de los trapecistas políticos.
Igual que el lema de las tiendas Chedraui, en el poder público “la familia es primero”.
La población electoral terminó rechazando al PRI y al PAN y al PRD… por las mismas razones del nepotismo, entre otras.
Y es que cuando un político cae en el nepotismo está en la antesala, o quizá ya atrapado, de la corrupción.
Por fortuna, el góber fue más prudente que su secretaria de Trabajo.
Pero se trató de un descarrilamiento político, social y moral más, tipo Fiscal.
El hazmerreír dijera el diputado de Morena, José Magdaleno Rosales Torres.

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