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Caso Héctor Yunes; 2018 en el carril político

El Piñero

Luis Velázquez

 

Uno. Caso Héctor Yunes

 

Desde alguna zona oscura del poder político (¿o será fundado?) una vez más despotricaron en contra del senador Héctor Yunes Landa.

De nuevo… que recibió financiamiento de Javier Duarte para la campaña electoral a gobernador.

Todo indica, acaso, que “la mano que está meciendo la cuna” estaría saliendo del palacio de gobierno de Xalapa y/o de otro búnker, tipo, digamos, más o menos, “El palomar”.

Por eso, ahora cuando la Yunicidad tiene en la cárcel a cinco duartistas (Arturo Bermúdez, Mauricio Audirac, Francisco Valencia, Gina Domínguez, y a Flavino Ríos Alvarado en prisión domiciliaria), resulta extraño y raro que por un lado, bombarbeen al senador, y por el otro, hasta el día de hoy ninguna denuncia penal en su contra.

Y más, cuando el senador se ha vuelto un crítico sistemático del bienio azul.

Y más, cuando la Fiscalía asegura que tiene 67 denuncias penales en proceso en contra de igual número de duartistas.

Y cuando también cacarea que tiene trescientas carpetas de investigación en contra de funcionarios públicos y políticos del sexenio anterior.

Y cuando el presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso local, Juan Manuel de Unanue Abascal, dice que rastrea el desvío de 23 mil millones de pesos de los años 2007 al 2016.

Y cuando el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, presentó una nueva denuncia por el desvío de mil 966 millones de pesos de fondos federales procedentes de la Cuenta Pública del año 2015.

Etecé. Etecé.

Si el senador habría aceptado el dinero público de Duarte para su campaña, entonces, se le habría “puesto de pechito” a Miguel Ángel Yunes Linares para la denuncia penal y su aprehensión.

Nada ha ocurrido.

Mejor dicho, el bombardeo mediático en su contra apostando al descrédito, y en donde, todo indica, “hay un choque de trenes” entre los primos, uno senador y otro gobernador de Veracruz.

 

Dos. Cortocircuito con Javier Duarte

 

Nunca Héctor Yunes fue candidato de Duarte a la gubernatura. Tampoco el senador Pepe Yunes Zorrilla.

Duarte tenía sus preferidos, entre ellos, Alberto Silva, Érick Lagos, Adolfo Mota y Flavino Ríos. Bueno, hasta Tomás Ruiz González. En la cancha priista.

Y en el lado opositor, a Gerardo Buganza Salmerón.

Y según Héctor, a Cuitláhuac García, de MORENA.

Desde el inicio de aquel proceso electoral hasta la campaña, Duarte apostó a otro candidato, menos a Héctor.

Su cortocircuito empezó desde el año 2010, cuando Fidel Herrera Beltrán hizo creer tanto a Héctor como a Pepe Yunes que serían candidatos, teniendo ya definida su decisión en favor de Duarte.

Por eso, resulta inverosímil el financiamiento que en la jornada cívica del año anterior le habrían dado.

Y no obstante, ahora cuando de nuevo busca la candidatura a gobernador de seis años el año entrante…

Y cuando en el lado azul camina la posibilidad de que un hijo de Yunes Linares sea el candidato del PAN y PRD al trono imperial y faraónico…

Y cuando con Pepe Yunes significan por ahora los únicos priistas con agallas para la contienda en puerta, el rafagueo en su contra.

El bombardeo se da en medio del descrédito de la generación duartista y en el resto del país, en que hay diecisiete ex gobernadores en la picota, unos ya presos, otros prófugos y otros en proceso de.

Y cuando, además, el peñismo empuja el Sistema Nacional Anticorrupción, del que, hecho curioso y referente, Héctor Yunes encabeza la Comisión en el Senado de la República, que por sus razones políticas, cierto, será, pero también por su biografía pública.

 

Tres. Denuncia por daño moral

 

Desde hace ratito, el góber azul dijo que se ocuparía, ajá, de luchar cada día por el bienestar social, sin responder a los cañones verbales del senador.

Pero al mismo tiempo, en rara y extraña coincidencia, la crucifixión con las palabras, ahora, un video en que, se asegura, el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, revela que Duarte aportó dinero millonario a su campaña.

Si con Duarte hubo tiempo huracanado, ha mudado en tiempo nublado, y más, de cara a la elección de diputados locales y federales, senadores, presidente de la república y gobernador, y en donde las pasiones se revuelcan entre las elites políticas.

En el caso, se usan las redes sociales, donde con frecuencia el anónimo predomina.

Cierto.

Lo de menos es contestar de la misma forma.

La otra actitud es dejar que ladren y multiplicar el trabajo político y público.

Y/o si hay pasiones desaforadas…en tiempo político, entonces, habrían de revisarse los enemigos del senador para poner nombre a “la mano que mece la cuna”.

Y entonces, proceder según la ley, pues de aquí a las cinco elecciones de mediados del año entrante la batalla entre los políticos y los partidos políticos se multiplicará.

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