Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- El tren comienza a bajar la velocidad a unos 20 kilómetros antes de llegar a la cabecera municipal de Loma Bonita, y allí comienza un capítulo de vergüenza para nuestro municipio y nuestro país: la cacería de “indocumentados”, un hecho deleznable que vulnera por completo los derechos humanos.
Justo en la jurisdicción de Estación Obispo, comunidad Lomabonitense, ocurre este escenario que ha generado tensión social, que exhibe salvajes redadas federales y episodios de dolor entre familias enteras de migrantes que son esperados al circular por esa zona a bordo del lomo metálico del tren carguero conocido como “La Bestia”.
Hace poco más de un mes a la redacción de El Piñero Periodismo y Debate comenzaron a llegar reportes de redadas por parte del Instituto Mexicano de Migración, en Obispo, donde se leían: llegan un montón de camionetas, se toman fotos y esperan el tren de las siete, lo paran y corretean a gente entre los cañales, los solares.
En los reportes se establece que los centroamericanos al ver el operativo federal, se avientan de la Bestia por donde pueden incluso hasta en los arroyos, poniendo en riesgo sus vidas.
Testigos de los hechos, consultados por este equipo reporteril, precisan que han llegado a encontrar a migrantes golpeados, unos por caídas, y otros mojados, empadados, por precipitarse a los arroyos.
Una mujer residente de Obispo, quien fue migrante, narró a El Piñero Periodismo y Debate, que al principio la redada era en Obispo, sin embargo “Aquí en el rancho la gente se le puso a los de migración y a los soldados que vienen custodiando el tren, porque ellos bajan a los muchachos y si traen dinero les quitan el dinero para que se puedan ir hasta en el último vagón del tren y si no traen dinero los bajan”.
Estableció que el pueblo encaró a las autoridades y les pidió que no llevaran a cabo este tipo de operativos en su localidad, pues rompían con tranquilidad, pues muchos centroamericanos en su escape, han vulnerado su intimidad, buscando refugio en sus hogares y evitar ser blanco de captura.
Los migrantes en su afán de salvarse se meten a parcelas y casas, refirió.
Comentó que por ello el operativo se mudó a un kilómetro de Obispo, en el crucero conocido como de Tierra Alta, donde al menos cuatro camionetas de migración y dos patrullas de la Guardia Nacional esperan al tren para activar la redada.
Nuestra informante, mientras come, nos dice que el operativo comenzó primero los fines de semana, posteriormente fue diario donde el tren cruza ese lugar tres veces, y todos son parados.
A pregunta expresa de si ha visto el maltrato a los migrantes ella responde sin titubear: “hoy me tocó ver a alguien que maltrataba a los muchachos, los sacaron de los vagones del tren y les dijeron groserías y los salieron correteando, los soldados estaban a media parcela junto con la Guardia Nacional (…) no sé si ellos tengan algún servicio para hacer eso pero los soldados y la GN son los que andan haciendo eso junto con la migración” .
En una de las tantas casas que conforman la comunidad, ella, junto a su familia, confiesa, ha ‘escondido’ a migrantes durante los últimas semanas.
Declara que ella, su madre y el pueblo ha ayudado a mucha gente, el pueblo les compra agua, porque ya saben cómo los maltratan y como van , sin comer y sin agua, dinero y los tienen hasta un día en su casa”.
Hace algunos días tuvo la oportunidad de ayudar a un muchacho que trae lastimado su omoplato y su dedo, ya que cayó del tren, la persona que lo auxilió lo encontró casi muerto, y lo trajeron al médico aquí en la cabecera municipal debido a un golpe en la cabeza.
Ante esa labor de solidaridad, la Guardia Nacional indicó que no deben interrumpir su trabajo, porque eso es un delito.
Ella reflexiona al final “fui 25 años migrante, jamás arreglé papeles ,todos los años venía a ver a mi madre y a mi padre y todos los años viajaba de mojada, cruzando el río con mis hijas ciudadanas americanas y tengo muchas experiencias que contar pero lamentablemente nunca había visto tanta crueldad ni Estados Unidos como aquí en México, nosotros los mexicanos somos los más crueles con otras personas”, relata.