Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).– Los mecanismos de inversión en infraestructura que implementará el nuevo Gobierno de México son importantes y pueden constituirse como un motor para la economía del país, aseguró la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Los temas de infraestructura como los está planteando el Gobierno entrante son importantes, empezando por la conectividad en toda la República, por ejemplo, el proyecto del Tren Maya. Creo que hay un programa importante de infraestructura”, dijo Alicia Bárcena, presidenta ejecutiva de la Cepal, en la presentación del “Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2018”.
De acuerdo con la Cepal, la inversión en México en términos reales cayó 5 por ciento entre 2012 y 2017, y esto ha jugado en contra de mantener tasas altas de crecimiento. En infraestructura descendió 36.8 por ciento.
“En los años 60 México crecía a tasa de 5.8 por ciento, en los 70, 6.3 por ciento, donde la inversión pesaba mucho, sin embargo vino la crisis de la deuda en el 2009 y cayó. Ahorita no hay una política única para la inversión”, explicó Bárcena.
Un ferrocarril de mil 500 kilómetros y cuando menos 6 mil 259 millones de dólares enlazará los principales centros arqueológicos de la cultura maya en México en un proyecto del nuevo Gobierno que puede coronar años de decisiones para potenciar una de las mayores riquezas turísticas del país.
La iniciativa del próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propone que en un plazo de cuatro años un tren “moderno” integre los principales puntos de la región maya, que abarca los estados mexicanos de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
“No hay en otras partes del mundo, una región con tanta riqueza cultural como esta región de florecimiento de la gran cultura maya”, aseguró López Obrador la semana pasada al delinear el proyecto, y destacó la importancia de este tren, considerado ya como uno de los programas prioritarios de su Gobierno.
Como punto de partida estarán la ciudad maya de Palenque, en el estado de Chiapas, y el balneario caribeño de Cancún, en Quintana Roo, con dos rutas que abarcan 1.500 kilómetros a través de las costas este y oeste de la Península de Yucatán.
Además de las ruinas mayas de Chichén Itzá (Yucatán), Calakmul (Campeche) y Tulum (Quintana Roo), el tren tocará puntos turísticos como Campeche, Mérida, Izamal y Valladolid, que por décadas han servido como puerta de entrada al mundo maya.
Entre las probables estaciones ferroviarias que presentó López Obrador en su anuncio están las de Palenque, Candelaria, Escárcega, Calakmul, Bacalar, Tulum, Cancún, y por el otro lado, Campeche, Mérida y Valladolid (Chichén Itzá).
Ayer, Javier Jiménez Espriú, próximo Secretario de Comunicaciones y Transportes, mencionó que la administración de Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo de México, busca incrementar la inversión en infraestructura, pero ha puesto los ojos en el sector privado para lograrlo, el cual capitalizaría por lo menos 20 pesos de cada peso que invierta el Gobierno en esta materia.
Sobre el porcentaje que deben destinar las empresas a la inversión, Alicia Bárcena señaló que se debe analizar caso por caso.
Hugo Eduardo Beteta, director de la Sede Subregional de la Cepal en México, dijo que “los nuevos mecanismos en infraestructura del Gobierno de López Obrador van justo al corazón de lo que puede ser un modelo de inversiones que se constituya como un motor para México”.
LA CAÍDA EN INVERSIÓN EN MÉXICO
El informe de la Cepal expuso que la evolución del cociente de inversión (porcentaje del PIB) muestra tres o cuatro fases marcadas por cambios en el dinamismo de la acumulación de activos de capital fijo y en las pautas de sus componentes privados y públicos, que están muy ligadas a cambios en el dinamismo económico.
En la primera fase (1960-1981), el cociente de inversión subió persistentemente, pasando del 15.1 por ciento del PIB al 23 por ciento en 1981, que fue su registro histórico más alto.
Alicia Bárcena, presidenta ejecutiva de la Cepal, en la presentación del “Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2018”.Foto: Twitter @cepal_onu
En ese lapso la inversión pública en México experimentó un importante crecimiento, del 5 por ciento del PIB en 1960 al 10.8 por ciento en 1981. La privada, mayor en volumen absoluto, aumentó un poco menos: del 10.2 por ciento del PIB al 12.8 por ciento en 1981.
Así, en 1981 el sector público realizaba el 44.2 por cientode la inversión total, favorecido por la bonanza petrolera y un Estado con un ambicioso plan de industrialización. El descarrilamiento del proyecto abrió la segunda fase (1982-1987) caracterizada por la recesión y una caída del cociente de inversión total en nueve puntos, para ubicarse en el 13.9 por ciento del PIB.
Su componente público perdió 6.3 puntos, situándose en un 3.9 por ciento del PIB, y la privada bajó menos de tres puntos y llegó al equivalente del 10 por ciento del PIB. Para entonces ya aportaba el 72 por ciento de la inversión total.
CEPAL REDUCE CRECIMIENTO PARA MÉXICO
La Cepal redujo hoy de 2.2 a 1.5 por ciento la previsión de crecimiento para América Latina y el Caribe en este año. En el caso de México, la ajustó a la baja a 2.2 por ciento, desde un 2.3 por ciento que había previsto en abril, además de informar que la inflación llegará al 4 por ciento, en el límite de la meta del Banco de México, que es de +/-3 por ciento.
En el Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2018, el organismo señaló que la previsión de crecimiento para la región disminuyó en 0.7 puntos porcentuales frente a la estimación de abril pasado.
No obstante, se “mantiene una tendencia positiva, si bien muestra signos de ralentización” y hay mucha heterogeneidad entre países y regiones, indicó.
Se espera que América del Sur crezca 1.2 por ciento en 2018, mientras que América Central lo haría en un 3.4 por ciento y el Caribe un 1.7 por ciento.
Por países, República Dominicana y Panamá liderarán el crecimiento de la región con aumentos en su Producto Interno Bruto (PIB) de 5.4 por ciento y 5.2 por ciento, seguidos de Paraguay (4.4 por ciento), Bolivia (4.3 por ciento), Antigua y Barbuda (4.2 por ciento) y Chile y Honduras, que expenderán su economía en un 3.9 por ciento.
Brasil y México, las dos principales potencias económicas del subcontinente, crecerán 1.6 y 2.2 por ciento, respectivamente.
Por otro lado, el PIB de Venezuela caerá 12 por ciento y el de Dominica 6.4 por ciento. Argentina, otra gran potencia regional, sufrirá una retracción de 0.3 por ciento.
Este informe, de carácter anual, señaló que este moderado crecimiento regional se da en un “escenario global complejo”, caracterizado por conflictos comerciales entre Estados Unidos, China y otras naciones.
Además refiere riesgos geopolíticos crecientes, una caída de flujos de capitales hacia los mercados emergentes en los últimos meses, un alza en los niveles de riesgos soberanos, una depreciación de ciertas divisas frente al dólar y una expansión económica que “tiende a perder dinamismo”.
http://www.sinembargo.mx/23-08-2018/3461170