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Chile Soledad: el picante indígena que saborean en las ciudades

El Piñero

 

Por Paulo Hernández / Alberto Carmona

 

Temascal, Oaxaca.- Los campesinos desconocen el origen de su nombre, pero este chile verde y delgado de picor agresivo se cultiva en las tierras chinantecas de la Cuenca del Río Papaloapan en el estado de Oaxaca y es uno de los más producidos a nivel estatal.

 

Si bien, el mercado principal se localiza en los estados como Puebla, Estado de México o la Ciudad de México, son manos de indígenas chinantecas quienes son los responsables de que este producto y quienes en los meses de Noviembre a Febrero cortan chile por chile, hasta llenar los costales que serán trasladados por una lancha, atravesando los inmensos caudales de una de las presas más grandes de Oaxaca,  “La Presa Cerro de Oro” dónde tendrán que recorrer  una distancia de más de 8 kilómetros para llegar al puerto dónde ofrecerán su mercancía.

 

Un chile endémico

 

Es de color verde, no muy carnoso, con un picor intenso y de muchas semillas. Este chile ha formado parte de los sabores tradicionales de los hogares chinantecos y en donde es considerado un chile endémico, es decir, es un chile que solamente crece con las condiciones climáticas que ofrece la chinantla y la región del Alto Papaloapan. Muchos consideran que este chile es de mejor sabor que el chile Jalapeño o chile serrano y por eso su demanda es de gran importancia para ésta región.

 

Varias recetas

 

Reyna Ronquillo es Chinantenca, Cocinera Tradicional y tiene su restaurante de nombre “4 Hermanas” al lado del puerto de descarga y venta de chiles. Lleva más de 25 años sazonando con el chile soledad las mojarras fritas o en caldo que se pescan en las aguas de la Presa Cerro de Oro. Para ella ese chile tiene un fantástico sabor, opina que lo mejor es comerlo en salsas o asado con chile y limón. Para ella es el mejor acompañamiento para  las mojarras, especialmente cuando las marina previo a freírlas en una salsa llamada “chile-limón”; “quedan riquísimas” explica.  Este chile se consume verde y es el predilecto para para prepararse en el molcajete con jitomates y ajo. Acompañado de unas tortillas bajadas del comal sirve como desayuno clásico de ésta región indígena.

 

La Siembra y la cosecha

 

Si bien este chile nació en esta región de Oaxaca, su cultivo masivo no es de extensa tradición. Los campesinos tienen más de 20 años sembrándola  de forma masiva y remplazó a la siembra del chile tabaquero y jalapeño que se cultivaban en abundancia en años previos y que cesaron debido al desplome de su precio.

Se llama “Soledad”, pero los campesinos que lo siembran desconocen el origen de su nombre. Para sembrar una hectárea se le invierte una cantidad cercana a los 90 mil pesos la cual produce un total de 4 a 5 toneladas. Pero para poder cosechar, primero hay que preparar la tierra, abonarla, sembrar las plantas que estuvieron en almácigos y esperar hasta 3 meses para iniciar los primeros cortes. La temporada de siembra comienza en los meses de Agosto y Septiembre y la cosecha empieza desde los meses de Noviembre hasta los primeros días de Marzo. Tan solo en la población de Nuevo Protero Viejo perteneciente al municipio de San Lucas Ojitlán existen más de 30 productores de chile y su mayoría realizan un trabajo comunitario donde no hay patrones.  Tan solo para cosechar una hectárea de chilar, se requiere la colaboración de un aproximado de 60 personas es por ello que entre ejidatarios, vecinos y familiares se van turnando para la siembra y cosecha.

 

El corte y el trasiego por las aguas de la presa

 

Cuando las matas se encuentran cargadas de chiles, es momento de cortar y vender. Como se trata de un producto que se vende fresco y que recorre largas distancias para su mercado final, la operatividad de agiliza para garantizar su frescura. El corte se realiza muy temprano en la mañana, a las 6 de la mañana es cuando más de 50 personas se adentran en los chilares y cortan con sus manos chile por chile. Es una jornada corta pero en apenas 6 horas habrán recolectado h toneladas de este picante y las colocarán en costales de azúcar que serán trasladados en lancha hasta el puerto donde los compradores estarán esperando.

Cada bulto pesa un aproximado de 60 a 70 kilogramos que se coloca en lanchas especiales. Para ello, cada productor de chile cuenta con su flotilla,  algunas con un peso de carga de hasta tres toneladas mientras que algunos tienen que pagar el flete. Pareciera que el trasiego es riesgoso, pero los conductores aseguran que es cómo manejar cualquier otro vehículo en carretera. “Si han pasado accidentes, es porque algunos han manejado en estado de ebriedad”.

El recorrido sobre el campo acuático, donde se recorren cerca de 8 kilómetros en un tiempo aproximado de una hora. Una vez ancladas las lanchas en el puerto, los cargadores descargarán los costales de chile para ser pesados y colocados en el transporte que los llevará al mercado final de venta.

 

Se siembra hasta en las piedras

 

Emiliano es también productor de chile, pero a corta escala. No tuvo el privilegio de otros de tener tierras de fácil siembra, no le quedó otra más que conformarse con una ladera empedrada que le tocó luego de la repartición agraria. En su terreno es imposible meter yunta o tractor debido a la inmensidad de las piedras, pero aun así se las arregla para sembrar sus matas de chile, cilantro, tomatillo y maíz. Dice que no le queda otra y que necesita dinero para su familia. La siembra es difícil pero no imposible. Tampoco tiene la facilidad de comprar una lancha pero se las arregla para pagar el flete y sale a buscar mejores mercados de venta para encontrar mejores precios, es por ello que inclusive, acude a la ciudad más cercana que es Tuxtepec. El campo no es barato ya que hay que pagar gastos de fertilizantes y pesticidas. De alguna manera, tiene que resolver la economía de su familia; son más de 9 personas que dependen de él y entre ellos, sus hijos que acuden a la escuela.

 

En busca de un porvenir

 

Las tierras de la Chinantla son sumamente fértiles, el clima y la humedad facilitan los cultivos de hortalizas y granos. Los chinantecos se han caracterizado por ser excelentes campesinos que por años han cultivado maíz, tomatillos, ejotes, frijoles, hierba mora, yuca, cilantro, cebolla, jengibre, chile y demás ingredientes que alimentan a los mercados locales. Pero una de las dificultades que han enfrentado desde siempre es el bajo precio de venta de sus ingredientes así como el acoso intenso de sus tierras para proyectos energéticos y eco turísticos que han afectado gravemente el estilo de vida de la población. Tan solo, la creación de la presa Cerro de Oro fue una expropiación del Estado por parte de la CFE que inundó miles de hectáreas fértiles y que causó el desplazamiento de pueblos chinantecos y mazatecos que convergían en la región. Esto aunado, a los niveles altos de marginación y pobreza existentes en la región y el nulo apoyo al sector agrario.

Para los campesinos, esta actividad representa la oportunidad de salir adelante, de que sus hijos puedan ir a las escuelas, de que en algún día, tengan un mejor estilo de vida que ellos tuvieron.

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