Redacción El PIÑERO/LA VACA
México.-– El ruido del triunfo de México sobre Alemania no sólo cimbró al territorio nacional. También alcanzó a Argentina cuya énfasis trasladó la victoria a los terrenos sociales donde existe la discusión por la despenalización del aborto.
A continuación El Piñero de la Cuenca destaca un análisis de Pablo Marchetti del portal La Vaca.
A LA MAYORÍA de las selecciones que juegan el Mundial se las venía evaluando por lo que habían hecho en los amistosos previos. En ese sentido, la Argentina venía con un entredicho extrafutbolístico que incluyó un escándalo internacional y un conflicto diplomático y contractual que todavía no sabemos qué consecuencias tendrá.
El no partido de Argentina en Jerusalén siguió jugándose inclusive después de que comenzó el Mundial. En la conferencia de prensa que dio Jorge Sampaoli luego del empate contra Islandia, el técnico argentino tuvo que responder una pregunta que le hizo un periodista sobre el amistoso suspendido en Israel.
La AFA, el Gobierno Nacional, varios empresarios: mucha gente quedó involucrada en el conflicto por la suspensión del partido en Jerusalén. Pero tanto el cuerpo técnico de la Selección como los jugadores quedaron al margen. Algo bien distinto de lo que pasó en México.
La selección mexicana se hizo mundialmente famosa por un episodio que no tuvo mucho que ver con el fútbol. ¿O sí? ¿Es el fútbol uno de los grandes ámbitos prostituyentes? La oposición a la legalización del aborto por parte de varias botineras, ¿tendrá que ver con que un hijo es la garantía para atar el botín? No el botín de los pies: el botín con CBU.
Lo cierto es que ocho jugadores de la selección de México organizaron una orgía en una mansión. Duró dos días y contrataron a 30 prostitutas. Como es lógico en esta época, se filtraron imágenes. Allí se ve a los jugadores en una pileta enorme, con las chicas en tetas, todos tocándose. La envidia de todo panelista de programa de fútbol, de esos que hablan a los gritos y hacen campaña por los anti-derecho.
La doble moral fue implacable con los jugadores mexicanos porque:
1) Estaban de joda.
2) Como estaban de joda, se tomaban con total liviandad la participación en el Mundial y se encaminaban a un papelón.
Por lo que se ve en las imágenes, no hay nada que reprochar sobre el primer punto. En cuanto a lo segundo, los mexicanos demostraron que no, que nada que ver, que las cosas no siempre son lo que parecen.
El primer tiempo de México contra Alemania fue el mayor dominio de un equipo sobre otro que se vio hasta ahora durante el Mundial. Sobre todo si se tiene en cuenta quién era el rival. México literalmente anuló a Alemania. Y fue superior por funcionamiento, no por calidad individual. Es más, con algún delantero de más renombre, probablemente México se hubiera ido al entretiempo con algún gol más.
En el primer tiempo, México parecía Alemania. Y en el segundo, aguantó con dignidad. Lógico: de haber mantenido el ritmo del primer tiempo, los mexicanos serían robots. Porque el desgaste físico que hicieron fue increíble. Tanto que ahora se explica cómo es que ocho futbolistas contrataron a 30 prostitutas durante dos días.
Los periodistas que los acusaron de tener poco compromiso deberían pedirles disculpas. O mejor aún: deberían asumir que lo que sintieron al ver las imágenes de la pileta fue una profunda envidia. Y entrando en el terreno del análisis deportivo, podrían hacer una fe de erratas: donde decía “son irresponsables que tienen poco compromiso con la Selección” debió haber dicho: “Son hombres capaces de hacer lo que sea para consolidar un grupo humano unido, algo imprescindible para jugar un Mundial”.
Hagan su autocrítica, periodistas prostituyentes y anti derecho. Total, se sabe: cualquier excusa es válida a la hora de justificar un triunfo. Y se trata, después de todo, del mínimo reconocimiento que merecen estos hijos de putas que hoy le dieron una lección de fútbol al mismísimo Campeón del Mundo.