México.- Pasaron más de 10 años, estuvieron cerca del descenso, fueron superados por su acérrimo rival en títulos y algunos cuestionaban su grandeza, pero ahora, el fútbol vuelve a sonreír en Guadalajara: Chivas es Campeón del Clausura 2017.
Llegaron como víctimas a la Final, pero cuando era más necesario, su mejor fútbol apareció. Desde el Volcán habían demostrado que su hambre era más poderosa, ahora en casa y con su gente, no fallaron y derrotaron 2-1 (4-3 global) a unos Tigres que pierde su poder en esta instancia.
Ante un Estadio Chivas pletórico, ambos equipos fueron cautos en los primeros minutos, se dedicaron a estudiarse, algo lógico, nadie quiere volverse loco y correr el riesgo de irse abajo en el marcador. Era más la tensión.
El primer susto lo dio Tigres, al minuto 13 los felinos lograron filtrarle un balón a Jürgen Damm, pero Rodolfo Cota salió justo a tiempo para arrebatarle el esférico de los pies.
Era turno del Rebaño para romper el guión, pero si hay que hacerlo, que sea memorable, al menos eso nos demostraron Oswaldo Alanís y Alan Pulido.
El defensa cruzó la media cancha con balón controlado, sin ningún tipo de presión y metió un pase de 35 metros hasta el área que Pulido convirtió en una joya. La conectó de primera, pero con la parte interna y una sutileza digna de una Final. Nahuel Guzmán nada pudo hacer.
Otra vez, como en la Ida, el momento era rojiblanco, tocaban con mayor seguridad ante unos Tigres que sufren demasiado las finales.
Aquino y Gignac fueron los únicos que quisieron cambiar la historia, pero no tuvieron la claridad de costumbre. El golpe del gol todavía rondaba sus cabezas, al menos hasta el final de la primera parte.
La parte complementaria los obligó a buscar el empate a toda costa, y casi lo consigue Ismael Sosa al 48′, pues terminó mano a mano en el área, pero su disparo se encontró con un gran Cota.
Chivas supo sufrir, por algunos lapsos, incluso desesperaron a su mayor amenaza, André-Pierre Gignac. El francés reclamaba todo, nunca tuvo un balón a modo y se notaba la frustración.
Pero la fiesta debía continuar y José Juan Vázquez estaba a punto de coronar su gran juego. Un disparo suyo desde el borde del área tuvo la fortuna de pegar en un defensor de Tigres y se coló hasta el fondo de la portería, Nahuel no lo podía creer, el bicampeonato se les escapaba.
Lo intentaron hasta el final, pero si algo demostró Chivas en esta Liguilla, es manejar el resultado, el Estadio Chivas vibraba. La fiesta era total.
El drama no podía faltar. No sería una Final épica si este ingrediente. Así que Ismael Sosa decidió sacar por fin una buena jugada de su repertorio y venció a Cota al 88′. Minutos que se harían eternos, pero el Rebaño sobrevivió, Matías Almeyda logró el sueño de millones de aficionados.
Chivas recupera su lugar con 12 títulos, los mismos que el América, la lucha por ser el más grande continúa…
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