Chignahuapan, Puebla, viernes 30 de agosto– Las cárceles de Chignahuapan y Zacatlán han dejado de operar tras una serie de recomendaciones de Derechos Humanos relacionadas con hacinamiento, infraestructura y seguridad. Este cambio responde a un esfuerzo federal para garantizar condiciones dignas para las personas privadas de su libertad (PPL) en el estado de Puebla.
Nelly Mayo Vega, directora del Cerezo Municipal de Chignahuapan, confirmó que las 43 PPL del penal fueron trasladadas a diferentes centros de readaptación social (CERESOS) estatales. Durante el proceso, se brindó apoyo y asesoría a los familiares de los internos para facilitar la transición.
En Zacatlán, el cierre del penal, ubicado detrás del palacio municipal, se debió a su deterioro significativo, especialmente en la techumbre, que representaba un riesgo para los 130 reclusos. El presidente Municipal Pepe Márquez informó que el espacio será restaurado de manera gradual.