Con base en las cifras de producción diaria proporcionadas por Petróleos Mexicanos, se calcula que se dejarán de producir 4 millones 50 mil barriles de gasolina por al menos 45 días de inoperatividad de la refinería en Salinas Cruz, Oaxaca: 3 millones 852 mil de Magna y 225 de Premium.
El especialista en materia petrolera, Fluvio Ruiz Alarcón consideró que parte del margen de la utilidad pérdida por la suspensión de actividades en la refinería de Salinas Cruz se recompensará en el precio de la gasolina al consumidor: “Dejas de producir por un lado y tienes que reparar, eso también te implica costo, y se lo compensas en el precio de la gasolina”, dijo el también ex consejero independiente de Pemex.
Ciudad de México,(SinEmbargo).– La suspensión de actividades en la refinería Antonio Dovalí Jaime, situada en Salina Cruz, Oaxaca, provocará un alza en los precios de la gasolina y el consecuente incremento en la importación para el abasto de este combustible, prevé el especialista en materia petrolera Fluvio Ruiz Alarcón.
El también ex consejero independiente de Petróleos Mexicanos (Pemex) advirtió que el alto porcentaje en la importaciones de petrolíferos, que se agudiza con el accidente ocurrido en la planta de Salinas Cruz, pone en evidencia que México está en una situación “muy frágil” e incluso “de riesgo” por la carecer de políticas de seguridad energética.
La refinería de Salinas Cruz producía en promedio 144 mil barriles diarios: 85 mil barriles diarios de gasolina magna, 5 mil de premium, 35 mil barriles diarios de diésel; 5 mil barriles diarios de diésel, ultra bajo de azufre (UBA), 4 mil barriles diarios de gas LP y 10 mil barriles diarios de turbosina, de acuerdo con información proporcionada por Petróleos Mexicanos, (Pemex) a petición expresa.
El incendio ocurrió el pasado 14 de junio luego de que, según explicó Pemex, las fuertes lluvias de la tormenta tropical “Calvin” provocaron inundaciones en varias áreas de la refinería, mismas que causaron “el desbordamiento de presas de residuos y el derramamiento de aceite”, lo que “alcanzó un punto de ignición, desatando un incendio”.
El siniestro obligó a detener las operaciones de la refinería por más de mes y medio. Pemex anunció que reanudará sus actividades hasta el próximo 30 de julio.
Con base en las cifras proporcionadas por ahora Empresa Productiva del Estado, se calcula que se dejarán de producir o se va a diferir 4 millones 50 mil barriles de gasolina por al menos 45 días de inoperatividad: 3 millones 852 mil de Magna y 225 de Premium.
Pemex importará alrededor de diez cargamentos adicionales del combustible, que ascienden a los 3.5 millones de barriles para tratar de garantizar el abasto de gasolina, confirmó el equipo de comunicación de la paraestatal.
“Al suspender la operación de una refinería, no se generan gastos de producción como el costo del crudo y los servicios. Las decisiones comerciales se irán ajustando de acuerdo con los avances en los trabajos de rehabilitación, la evolución de la demanda y las condiciones del mercado”, argumentó la paraestatal ante los cuestionamientos del impacto monetario que tendrá el accidente.
De acuerdo con la Base de Datos Institucional de Pemex, la refinería en Salinas Cruz procesó en mayo pasado 199 mil 185 barriles diarios de crudo: 58 mil 910 de crudo pesado y 140 mil 225 de crudo ligero. En el procesamiento del llamado “oro negro”, esta refinería es la segunda de mayor producción en el país, seguida de Tula que procesó en mayo 228 mil 126 barriles de petróleo: 47 mil 905 de crudo pesado y 180 mil 221 de crudo ligero.
El volumen total de las ventas de gasolina en mayo dentro del país ascendió a los 810 mil barriles diarios, de producción interna e importación. Tomando en cuenta la producción diaria de gasolina en Salinas Cruz, la refinaría Antonio Dovalí Jaime produce el equivalente al 11.11 por ciento del abasto interno.
Las pérdidas generadas por los días que no operará son los márgenes de utilidad en los más de 4 millones 50 mil barriles de gasolina de producción diferida.
“El costo de no producir es la pérdida del margen de utilidad, no la pérdida del valor de la producción”, que incluye gastos como el costo de crudo y servicios, afirmó Pemex.
CARGO AL PRECIO DE GASOLINA
El déficit en la utilidad por la falta de producción podría recuperarse con la comercialización de la gasolina que se va a importar, debido a la liberación de los precios, consideró Fluvio Ruiz Alarcón, también consultor de Pemex.
“Dejas de producir por un lado y tienes que reparar, eso también te implica un costo, y se lo compensas en el precio de la gasolina”, explicó el experto.
Aunque con la liberación de los precios los particulares pueden formalmente importar y comercializar la gasolina importada, en lo práctico, actualmente sólo Pemex comercializa porque “sólo ellos tiene la capacidad de importar y distribuir esos grandes volúmenes de gasolina”, detalló Ruiz Alarcón.
Además, el analista indicó que la baja de producción y el alza en la demanda de la importación presionará en el precio de la adquisición de la gasolina importada “porque tiene hay una mayor demanda, si lo ves del lado texano”, explicó.
LA FRAGILIDAD, PROBLEMA DE FONDO
Pero más allá de las pérdidas por el siniestro en la refinería en Salinas Cruz, hay un problema más grave que deja vulnerable al país en materia de combustibles: la dependencia de México en la importación de gasolina y la carente legislación en seguridad para el abasto, según advirtió el especialista.
De acuerdo con el más reciente reporte financiero difundido por Pemex, el volumen de ventas internas de gasolinas magna y premium de enero a mayo alcanzó un promedio de 779.2 mil barriles diarios, y una importación hasta por 503.4 barriles diarios, es decir, el 64.55 por ciento de la gasolina consumida es importada.
En los últimos cinco años la importación de gasolina pasó de 395.7 miles de barriles diarios importados en 2012, a 505.1 mil barriles diarios comprados en 2016, de acuerdo al reporte de volumen de las importaciones de productos petrolíferos de Pemex.
De enero a mayo de 2017, Pemex elaboró en 318 barriles diarios de gasolinas, magna y premiun, y exportó 49 mil barriles diarios, según la información presentada en sus indicadores petroleros.
La producción de México, de enero a mayo es 100 mil barriles diarios menos que en el 2012, cuando la elaboración de gasolinas alcanzó los 418.1 miles de barriles diarios, es decir, una caída de 23.92 por ciento al comparar los barriles diarios elaborados en lo que va del año con el promedio en 2012.
Para Ruiz Alarcón, la dependencia que tiene México para importar gasolina y que se agudiza con accidentes como el ocurrido en Antonio Dovalí Jaime, pone en evidencia la enorme “fragilidad” que tiene el país en este tema.
Los altos niveles de importaciones sobre la producción llevan a la urgencia de establecer políticas con una perspectiva de seguridad en los temas petrolíferos, particularmente en las gasolinas y diésel.
“A mi me parece que estamos en una situación muy frágil, cuando un país importa más del 60 por ciento, una proporciona similar en otros petrolíferos y el 40 por ciento de gas natural y gas LP, el país está en una posición muy frágil”, reiteró.
México carece de herramientas y políticas de seguridad energética enfocadas en lineamientos eficaces en cuanto a la contención de la demanda para no poner en riesgo el abasto de los combustibles, según explicó.
En la Reforma Energética se le dio un tratamiento al crudo y a los petrolíferos como si fuera una mercancía como cualquier otra, sin ninguna consideración de seguridad energética, olvidando que son elementos fundamentales para el funcionamiento en la economía, denunció.
Ruiz detalló que en las reformas se desentendieron de este tema al grado de que a partir de 2018 el crudo que le corresponde al estado mexicano, en los contratos de producción compartida, no necesariamente va a ser comercializado por Pemex, sino que habrá una licitación para ver quien comercializa el petróleo mexicano.
“El hecho de que vas a poner a competir a tu crudo mexicano con otro crudo mexicano y ambos crudos sean comercializados por entes privados –ese es un escenario posible–, donde a los comercializadores no les importa garantizar un precio; entonces, el hecho es que ni siquiera el crudo que le corresponde al Estado, por definición, sea comercializado por el organismo especializado que tiene el propio Estado, dice mucho de que no hay ninguna consideración de seguridad energética”, afirmó.
CAEN EXPORTACIONES PETROLERAS
Mientras las exportaciones petroleras cayeron 3.5 por ciento a tasa interanual el pasado mes, las importaciones subieron 23 por ciento.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en mayo las exportaciones petroleras de México bajaron 3.5 por ciento en comparación a las registradas en mayo de 2016, y 15.63 por ciento, frente a las de abril .
El valor de las exportaciones petroleras fue de 1,631 millones de dólares. Este monto se integró por 1,303 millones de dólares de ventas de petróleo crudo y por 327 millones de dólares de exportaciones de otros productos petroleros.
El Inegi, reportó que en cuanto al volumen de crudo exportado, éste se situó en el mes de referencia en 0.958 millones de barriles diarios, nivel inferior al de 1.017 millones de barriles diarios de abril y al de 1.204 millones de barriles diarios de mayo de 2016
La importaciones petroleras alcanzaron el saldo de 2 mil 945.4 millones de dólares, que representan un incremento 23 por ciento con respecto al mismo mes de 2016.
En ese mes, el precio promedio de la mezcla mexicana de crudo de exportación se ubicó en 43.88 dólares por barril, cifra mayor en 0.26 dólares respecto a la del mes previo y en 6.61 dólares en comparación con la de mayo de 2016.
Para el especialista, Fluvio Ruiz es urgente legislar en cuanto a la seguridad energética, pues equiparó a México como una casa ubicada una zona altamente inseguridad y que es cerrada sólo con un “candadito”.
Con información de http://www.sinembargo.mx/01-07-2017/3250658