PIÑATAZO
Loma Bonita, Oaxaca.– José Manuel Abed Álvarez, el constructor «consagrado» del cacicazgo perredista, volvió aparecer en el terreno público de Loma Bonita, ahora como parte de los empresarios Lomabonitenses que estarán al frente de las obras del Parque Industrial.
Sin embargo, las preguntas obligadas son: qué hace ahí el ciudadano José Manuel Abed, quien tal vez hizo sus estudios en arquitectura, pero según el Registro Nacional de Profesionistas (https://www.cedulaprofesi onal.sep.gob.mx/cedula/presidencia/indexAvanzada.action)
no cuenta con cédula profesional y pese a ello, fue el agraciado, afortunado, y encargado de las obras más anunciadas pomposamente por el perredismo que lleva ya cuatro trienios gobernando éste rincón de Oaxaca. Y, el caciquismo, va por la quinta administración. Y va en serio.
No obstante, todas y cada una de las obras a cargo del ciudadano Abed, de rigen norteño, quizá de Tamaulipas, se han convertido en un estandarte de cómo se hacen las cosas mal, y cómo, precisamente, la obra pública es sólo una pantalla para hacer como que sí están trabajando y como que, dizque se invierten completamente los montos asignados para cada una de las edificaciones de marras, por cierto, mal construidas.
Abed Álvarez fue el constructor y encargado de la remodelación del drenaje en el centro de la ciudad, el cual no pudo evitar una desastrosa inundación, también el responsable del teatro del pueblo, el cual no se ha terminado y cuyos planos han sido modificados con el paso del tiempo, siendo el cambio más significativo, por ejemplo, el techo, el cual pasó a ser de cemento hidráulico, de concreto, pues, reducido a unas simples láminas de zinc, cuyo fin? Dicen, para abaratar costos, con qué motivo? Dicen, las malas lenguas, para ganar más dinero.
Otro fraude más y en complicidad con las autoridades municipales, resultó el corredor turístico, el cual a menos de un año de su inauguración, ya presenta daños en su infraestructura, los cuales, como ya se dijo en este medio de comunicación, fueron atribuidas a los temblores acontecidos en septiembre, con lo que pretenden obtener recursos públicos con fines aviesos, porque, todo lo sabemos, el terremoto en Loma Bonita no causó daño algunos en inmuebles de tal envergadura, toda vez que es una mentira canallesca, hacer creer que tal obra fue dañada por el fenómeno telúrico. No se vale.
Ahora, tras dejar un camino de obras inconclusas y otro mal realizadas en la era perredista, José Manuel Abed se filtra como «la humedad», como el hongo, como las plagas en las obras del parque agroindustrial de Loma Bonita, un logro ajeno al perredismo, y dónde genera, más dudas que certeza.
El parque agroindustrial, es por primera vez en años, una oportunidad real para que Loma Bonita resurja como municipio económicamente activo, para que la gente de nuestro pueblo, que ha esperado durante mucho tiempo obras de gran envergadura, pueda acceder a un empleo, sin embargo, contar con personajes así, con antecedentes controvertidos, el arranque del parque industrial, podría tener… un mal comienzo. Al tiempo.
El gobernador, lamentablemente no es omnipresente para supervisar cada decisión que se toma en la función pública del Estado, no obstante, la gente, que es el puente de comunicación entre el proyecto y él, deben cuidar, vigilar celosamente a quiénes participan en esta gran obra, ya que puede que tengamos una réplica de lo que pasó con el corredor turístico, donde un terremoto de «oportunismo y corrupción», arrebata todos los días las esperanzas de ser un lugar de trabajo para los lomabonitenses.