- El IVEC de Cuitláhuac García
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Claroscuros en Feria del Libro
Fue la segunda feria nacional del libro en Boca del Río. El IVEC organizó. Desde el punto de vista de las visitas, un éxito. Unas trescientas personas por día. Desde el punto de las ventas, un fracaso. Una librería vendió, por ejemplo, cinco libros al día. En otras, los encargados dormitaban.
Durante una semana, la Feria del Libro. En unas tardes/noches, un concierto de música clásica. Incluso, de un conjunto musical que tocó a Los Beatles.
En esos días, las casas editoriales tuvieron hasta trescientas visitas. Pero el 90, 95 por ciento de la gente sólo llegaba como si fuera a ver el circo. A mirar y mirar y mirar los stands.
Bueno, unas cuantas compraron un libro. Un libro, digamos, de cien pesos, y lo que equivale al salario mínimo de un día. El salario mínimo que sirve para que una familia de colonia popular coma durante un día completito, y todavía sobre para el desayuno del día siguiente.
Hubo libros, digamos, de importación. El más baratito, uno del poeta T. S. Elliot, costaba seiscientos pesos. Otros, hasta mil pesos.
Es decir, diez salarios mínimos.
Por fortuna, una editorial expuso sus mejores libros. Todos, de cocina. Uno de los más vendidos se llama ¿Cómo cocinar los mejores tamales? Todo un mundo de recetas en una ciudad, Boca del Río, que cocina el filete de pescado relleno de mariscos más grande y extenso del mundo y, claro, tamales de pescado, con pescado y sin pescado, claro, de los más a los menos baratos.
Una librería se ufanó. Vendió, dice, hasta cuarenta y cincuenta libros por día y lo que habla de unos 40 a 50 visitas. Pero todos con un valor menor a cien pesos.
DOS. Una feria donde la gente no pasa…
La mayor parte de los días de la segunda feria del libro registraron mal tiempo. Llovía. Viento. Norte. Lluvia y norte, norte y lluvia.
El sábado en la noche tuvieron, igual que las tiendas de la plaza comercial, venta nocturna de libros.
Pero la noche era para estar empiyamado con la pareja amada, y calcetines, mirando la televisión y un chocolatito con canilla o un polvorón en vez de exponerse a pescar una gripa torrencial.
Pero, bueno, y con mejor estrategia inició la Feria Nacional del Libro que al mismo tiempo se efectuó en la Ciudad de México y en donde el corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta, expuso su segundo libro, “Los buscadores”, escrito en coautoría con siete reporteros más, entre ellos, su maestra Marcela Turati.
También, claro, así comenzó la Feria del Libro en Guadalajara, la más exitosa del país.
Pero allá, como en el Zócalo, las editoriales se unen y la promocionan.
Además, y como en Guadalajara, las universidades públicas y privadas inducen a los estudiantes para visitar la feria, y, claro, comprar libros.
En la Feria de Libro en Boca del Río, el jefe de prensa del Instituto de Cultura, el comunicador Oved Contreras, andaba por ahí, todo barbón, barba blanca, diciendo a los conocidos:
“Hay que comprar, hay que comprar”, en tanto los encargados de las editoriales se miraban entre ellos, esperando un milagro del cielo para vender libros.
Quizá la feria estuvo mal organizada. Acaso le faltó feeling. Más promoción.
En ningún momento se trata como en el tiempo priista estelar de “los acarreados”. Pero, bueno, buscar otros caminos para el éxito comercial.
Un empresario, con un negocio en la avenida Independencia del puerto jarocho, dice que el primer requisito para poner un negocio es un seleccionar un lugar por donde pase gente, el segundo un lugar por donde la gente pase y el tercero un lugar por donde la gente camine.
En el Foro Boca, donde se efectuó la feria del libro, sólo pasan las gaviotas volando en el cielo sobre el Golfo de México.
TRES. “La política, tragadero de hombres”
El IVEC de la yunicidad ya se va. Le quedan seis semanas. Apenas, apenitas, el tiempo les alcanzó para la segunda feria del libro, es decir, los dos años del bienio azul.
Y en Veracruz, como en el resto del país, la política, decía Juan Maldonado Pereda, Q.E.P.D., “es un tragadero de hombres”.
El tiempo y el ajuste de cuentas y la vocación carnívora de los políticos obsesionados con destruir la obra pública de sus antecesores hará, mucho se cree, que la tercera feria del libro se efectúe, pero en el más allá, en el cielo o el infierno, según la creencia religiosa de cada quien.
Bastaría referir que un montón de instituciones y programas han desaparecido de un sexenio a otro y por ahora sólo se ha salvado el Instituto de la Superación Ciudadana que cada año premia a los estudiantes y ciudadanos en el puerto de Veracruz.
Fue fundado en el siglo pasado, hacia mediados, por el presidente municipal, Arturo Llorente González, y los alcaldes restantes lo respetaron dada la autoridad moral y política de don Arturo y el acierto de la dependencia con su alto significado social.
La Feria del Libro en Boca del Río es también un gran proyecto educativo y cultural y más en un país, en un Veracruz, donde el índice de promedio de lectura por persona cada año es de un libro y un libro de autoayuda y cómo hacerse millonario en un dos por tres viviendo en gerundio, es decir, planeando y planeando toda la vida.
Por eso, significaría una lástima que los nuevos titulares del IVEC tiraran por la borda la tercera feria del libro.
En tanto, la esposa de AMLO ha dicho que el hábito de la lectura ha de rescatarse en el país y que a ella le gustaría participar…