Desde nuestra infancia la hemos evitado; porque “engorda”, aumenta el colesterol, aporta muchas calorías… Sin embargo, no quitarle la piel al pollo, a la hora de comerlo o cocinarlo, podría aportar a nuestra salud múltiples beneficios.
Así lo aseguran expertos de la Universidad de Harvard, quienes afirman que esta parte de las aves tiene una injusta “mala fama”.
La grasa que ésta contiene no es saturada (la que eleva los niveles de colesterol y aumenta las posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular).
Aunque no es todo…
La piel de pollo puede servir para:
- Cuidar el corazón
Su grasa insaturada es amigable para el corazón; baja la presión arterial y regula la producción de hormonas. Además, su aporte calórico no es tan alto: 213 calorías por 100 gramos.
- Evita el uso excesivo de aceite
La epidermis del pollo actúa como una barrera, la cual no permite el paso del aceite a la carne en grandes cantidades, además que ofrece omega 6 y omega 3; elementos esenciales para una salud cardio vascular.
- Reduce el apetito
Produce en el estómago una sensación de satisfacción, la cual inhibe el antojo por más comida y dulces por un tiempo más prolongado.
Aparte de todo al cocinar el pollo con la piel, ya no es necesario usar condimentos, ya que la grasa que éste contiene le da sabor a nuestro platillo. ¡Entonces a disfrutar sin remordimiento!
http://www.salud180.com/nutricion-y-ejercicio/comer-la-piel-del-pollo-es-excelente-para-tu-salud