Luis Velázquez | Escenarios
15 de mayo de 2021
UNO. El hombre despedazado
Aquella mañana cuando un amigo le habló por teléfono para ver si tomaban cafecito al mediodía le preguntó cómo había amanecido, la respuesta fue una pregunta: “¡Caray, hermano, ¿cómo quieres que esté si anoche mi amante me dejó y se fue con un hombre de su edad?” le dijo.
Y el hombre aquel se puso a llorar desconsolado. Y el amigo colgó el teléfono y salió corriendo a la casa donde su amigo vive solitario, viudo que es.
DOS. “Se fue con un hombre de su edad”
Diez años duró en su relación amatoria. La esposa falleció de muerte natural cinco años después de iniciado el romance fuera de casa y entonces, el amigo invitó a su pareja extracurricular a vivir juntos.
Pero ella se negó con el siguiente argumento: “Mi lugar está aquí, en mi departamento”.
De cualquier manera, ellos continuaron la relación cinco años más hasta que de pronto, la vida es así y así es la vida, un joven de su edad “le movió el piso” y en buena lid, sin pleitos rancheros, se separaron.
TRES. Heridas abiertas
La vida, se dijo, es un desafío. Y como en la guerra, hay batallas que se ganan y se pierden. Y unos mueren y otros viven.
Y con todo, la carreta ha de seguirse empujando, por más y más que luego de un romance frustrado, el abandono de una pareja, se crea que será harto difícil sobrevivir a los vientos huracanados.
Julio Cortázar, el cronopio argentino, dice en su novela “Rayuela” que “pasado un ratito la persona se acostumbra a todo”.
Pero mientras las heridas del corazón y las neuronas están abiertas, la vida se vuelve un infierno.
CUATRO. La peor desolación
¿Cómo, de qué manera, sobrevivir al abandono imprevisto de una pareja que se ama y desea? se preguntaba Héctor Fuentes Valdés.
Pero, además, ¿cómo sobrevivir cuando han caminado juntos durante diez años y convivido y soñado y reconciliado?
¿Cómo, de qué forma si cada lunes, por ejemplo, solían desayunar, unas veces, en el restaurante, y otras, en el departamento?
Se trata de la peor desolación del mundo. Mejor dicho, la soledad más terrible como, por ejemplo, está descrita en el filme “Los puentes de Madison” con Mery Streep y Clint Eastwood, y quienes durante 4 días viven las horas más intensas de su vida y luego han de dejarse porque cada uno tiene su vida familiar, pareja e hijos.
CINCO. Trance esotérico
Una canción cuenta la historia de una pareja prohibida donde ambos aprenden a desearse y amarse, pero un día el idilio se rompe y entonces los dos se preguntan las razones por las cuales nunca aprendieron a estar el uno sin el otro.
Espantosa, aquella madrugada en París de Roberto Cantoral cuando su amada amante lo deja por otro y entonces escribe la canción de “El reloj” en un trance esotérico inigualable.
SEIS. ¡Ay, los celos!
En París, también, y en la iglesia de Notre Dame, la amante de José Vasconcelos Calderón se pega un tiro en la sien, incapaz de aguantar los celos del maestro de América y fallido candidato presidencial opositor al favorito de Plutarco Elías Calles.
Entonces, Vascon/celos queda más solo que nunca. Y con los fantasmas persiguiéndolo porque ella se quita la vida por culpa de sus celos.
El amigo aquel sigue en la soledad fermentada y hay días cuando los amigos creen que también pudiera pegarse un tiro en la boca con la escopeta que utiliza para cazar palomas los fines de semana.