- Partido noqueado
Luis Velázquez/ Carta Abierta
Veracruz.- DESTINATARIO: Este domingo, en Xalapa, junta cumbre (Consejo Político, le denominan) del CDE del PRI para definir, primero, el método de elección del CDE, y segundo, el registro de los aspirantes.
En la cancha, un montón de suspirantes. En la rebatinga, varios escenarios.
Uno. El PRI de Cuitláhuac García Jiménez, considerando que en su momento, con Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, hubo un PAN y un PRD rojo, rojo priista, rojo Fidel, rojo Duarte, Enrique Cambranis y Rogelio Franco Castán al frente.
REMITENTE: Dos. El PRI de Miguel Ángel Yunes Linares, pensando en las elecciones de los años 2021 (diputados locales y federales y presidentes municipales) y del año 2024 (la gubernatura).
Tres. El PRI de los recomendados por dedazo, claro, del CEN del PRI, donde también elegirán a la nueva dirigencia y, claro, de acuerdo como sean los vientos en el altiplano incidirán en Veracruz, pues los priistas de siempre fueron educados para la sumisión y la obediencia.
ENTREGA INMEDIATA: Y cuatro. El PRI, digamos, mirando la vida con optimismo, de los priistas, la militancia, la base, “la perrada” que siempre las elites utilizan para todo, incluso, los envían al campo de batalla sin fusil, sin recursos, vaya, ni para una torta.
El priismo ha mirado la tempestad y las cúpulas sin hincarse. Perdieron la gubernatura en dos ocasiones, perdieron la mayoría de presidencias municipales, perdieron las diputaciones locales y federales y perdieron las senaduría, y sin embargo, creen, están seguros, ciertos, de que aún conservan arrastre popular y social.
El politólogo Carlos Ronzón Verónica refiere que ninguna posibilidad tienen para ganar la gubernatura en el año 2024.
Mínimo, dice, mirando su bola de cristal, MORENA conservará el poder estatal durante dos sexenios, es decir, doce años.
ACUSE DE RECIBO: Bastaría referir que en la LXV Legislatura, la bancada priista estuvo en un tris de desaparecer cuando el cenecista nylon, Juan Carlos Molina Palacios, desertó y se declaró independiente para así, dijo, formar parte de la Junta de Coordinación Política donde suelen repartir el billete.
Entonces, una bendición superior permitió que la diputada del PVEM, Andrea Yunes Yunes, se uniera a Érika Ayala Ríos y el hectorizado Jorge Moreno Puga, y conservaran la bancada.
Y, bueno, con los aspirantes y suspirantes anotados en la lista para el CDE, ni a la esquina llegarían en los comicios futuros.
CARTA EXTRAVIADA: El panorama electoral del 2021 se antoja un pitorreo.
Por ejemplo, en el OPLE hay quince solicitudes de organizaciones políticas para volverse partidos políticos.
Y desde luego, el número significa una vacilada, “una tomadura de pelo”, y más, cuando la mitad de la población y la otra mitad sabe que por lo regular los partidos se han vuelto un negocio familiar y/o grupal.
Ha de esperarse, sin embargo, la rebatinga de firmas y votos y adhesiones, pero en la misma tesitura está el PRI, o peor, cuando su atolladero es la marca con tanto descrédito, entre ellos, el ex priista Javier Duarte declarado el gobernador más corrupto, no de Veracruz, sino del país.
Y de aquí, digamos, a que el nuevo PRI convenza a la población de que ya cambiaron está a mil años luz de distancia.