Redacción El Piñero | Corresponsalía
A sus 68 años, Estela Hernández Medina disfruta su actividad laboral como maestra albañil al que decidió dedicarse desde muy joven. Este 3 Mayo ella y todo el sector de la construcción se toman el día para celebrarlo.
Desde los 25 años Hernández Medina empezó en el ramo, colando ladrillos, y conforme avanzó su aprendizaje y desempeño, se convirtió en el máximo título de la albañilería, ser “maestra”.
«Al principio si fue duro, porque los ayudantes albañiles no querían recibir órdenes de una mujer», pero poco a poco ganó el título y respeto como maestra albañil, narra Estela en entrevista con El Piñero Periodismo y Debate este viernes 3 de Mayo Día de la Santa Cruz.
Aunque su camino en esta actividad bastante pesada, tampoco ha sido fácil, «como trabajadora de la construcción se está al merced de muchos riesgos, el principal son cuando se debe subir a los andamios, hay que tener mucho cuidado», comenta.
Estela señala que para sobrevivir en este oficio hay que prepararse, aguantar y “entrarle” a trabajar de todo. Ella construye drenaje, tuberías, pega loza, hace fontanería, de todo, dice.
Entre sus obras cuenta decenas de construcciones importantes, entre casas y negocios en los que se ha llevado hasta ocho meses de trabajo.
Incluso a realizado trabajos en otras ciudades como Tijuana, donde el valor del trabajo es superior y muy bien pagado para un albañil.
Estela se convirtió así en una de las poquísimas mujeres que se desarrollan en este noble oficio en Loma Bonita y la región, y con esto rompe todo estereotipo social, como que dicha actividad está destinada solo a los hombres. Estela rompe esa creencia, y se valora como un destacado ejemplo de fortaleza física y orgullo del género femenino.