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Contra Peña, Meade, AMLO y parte del PAN: Anaya se arroja contra el mundo mientras pierde puntos

El Piñero

 

Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).– Si Ricardo Anaya Cortés estuviera en la escuela primaria, se sentaría mero adelante. Sería el mejor declamador. Sería el que platica con la maestra, siempre. Sería el que tiene menos amigos y que, cuando terminan las clases, se sale del salón por la ventana y se va corriendo a su casa.

En el peor momento de su campaña, cuando todas las encuestas indican que lleva un mes perdiendo puntos, el candidato panista se ha endurecido. Y su entorno, también, se ha endurecido contra él.

“[Anaya tiene] una historia de traiciones en el camino. Traicionó sus propias convicciones. Traicionado a todos”, dijo José Antonio Meade Kuribreña esta mañana, unas horas después del último debate presidencial que para muchos analistas podría definir el segundo lugar.

Andrés Manuel López Obrador no lo dice expresamente, pero es claro que el panista no es de su agrado. Anoche, cuando terminó el debate, a su izquierda tenía a Anaya. Prefirió darle toda la vuelta a la mesa por la derecha para evitarlo. Le dio la mano a Meade, a Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”. Saludó a los tres conductores y cuando tuvo que pasar junto al candidato del PAN, Movimiento Ciudadano y PRD, se fue de largo. Algo dijo, incomprensible. La cámara lo enfocaba de espaldas. No le dio la mano aunque hizo un gesto, quizás de cortesía, para despedirse de él.

“Voy a meter a la cárcel a Meade y a su jefe [el Presidente Enrique Peña Nieto]”, repitió esta mañana Anaya.

Antier, su compañero de partido, el Senador Ernesto Cordero Arroyo, lo denunció ante la Procuraduría. Y esa denuncia fue usada para turnar su caso, como indiciado por lavado de dinero, ante la SEIDO. El anuncio de que esa unidad contra la delincuencia organizada iba contra él se dio a unas horas del debate. Sólo la voluntad presidencial pudo orientar ese atino, lo que dice que el entorno de Anaya es peligroso en un país en donde el Jefe del Ejecutivo dicta la tarea al resto de los poderes.

 

La aparición de Ernesto Cordero es apenas un capítulo de otro de los pleitos que sostiene Anaya a muerte: el que libra dentro de su propio partido. Cordero, quien juega con el PRI y le ha servido al Gobierno federal, sigue siendo miembro del PAN, pero Damián Zepeda Vidrales, el amigo de Anaya y líder nacional del panismo, ha prometido echarlo.

Cordero es parte de un equipo que se ha desmoronado y que es una ala peligrosa para el futuro de Anaya. Margarita Zavala, ex candidata presidencial independiente, dejó el partido echándole en cara una lluvia de calificativos. Felipe Calderón abre Twitter para hacer lo mismo. Otro más pragmático, menos escrupuloso, el Senador Javier Lozano, de plano se volvió parte del PRI.

 

Pero Ricardo Anaya no parece con intención de aflojar. Hoy por la mañana, muy temprano, durante su entrevista con Ciro Gómez Leyva, se fue también contra el Senador Cordero. “Es una verdadera vergüenza lo que está haciendo”, dijo. Contra el Presidente Enrique Peña Nieto, contra Andrés Manuel López Obrador, contra José Antonio Meade Kuribreña, contra una ala de su partido.

Mientras cae en las encuestas, Anaya parece jugarse el todo por el todo: va contra el mundo.

 

Anaya Cortés reiteró lo que dijo anoche: que de ganar la Presidencia, José Antonio Meade y “su jefe”, en referencia al Presidente Peña Nieto, “enfrentarán la justicia”.

“A lo mejor, al final de la película, la gente termine creyendo que Meade y Peña Nieto son los bueno y yo era el malo. Si no logran engañar a la gente y yo gano, por su puesto que van a enfrentar la justicia porque eso es lo correcto”, aseguró el panista en entrevista con Gómez Leyva, y acusó que la guerra sucia que hay en su contra “trae todo el impulso del Estado mexicano”.

Lo mismo dijo anoche. Casi palabra por palabra.

Eso significa que es un guión estudiado, porque sí, porque Anaya es un hombre que dedica tiempo a estudiar sus participaciones.

Ayer, en cuatro de sus participaciones en el Tercer Debate Presidencial, Anaya dijo que Peña Nieto es corrupto. Y lo mismo dijo de Meade. Señaló que los meterá a la cárcel, si llega a ser Presidente. “No les tengo miedo”, dijo.

“Tú, José Antonio, y tu jefe, Enrique Peña Nieto, van a enfrentar la justicia cuando sea Presidente”, advirtió la noche de ayer mirando al candidato del PRI. La frente de Ricardo Anaya se coronaba de arrugas por el esfuerzo, por el enojo.

Meade tildó a Anaya de traicionero esta mañana. Tras ser cuestionado sobre la amenaza de Anaya de llevarlo a él y al Presidente Peña Nieto a la cárcel, aseguró que el panista ya está en “terrenos de la política ficción”. Y reiteró que es Anaya quien está siendo investigado:

“Ricardo está señalado, ya de tiempo atrás, ya con una denuncia. Son datos que no ha podido explicar”.

Y CONTRA AMLO

“Es evidente y cada vez más claro que Andrés Manuel López Obrador claudicó y decidió pactar con el gobierno. Cuando le preguntan si los va juzgar él dice que ‘no’. En eso coincide su acuerdo, en no tocarlos”, dijo esta mañana Anaya. Según Anaya, López Obrador tiene un pacto con el Presidente.

Durante el debate, Anaya estuvo a cinco golpes de empatar a Meade como el contendiente que más agredió a López Obrador. Uno y otra vez discutió con el tabasqueño, a quien enfatizó que no representaba “el cambio” por sus alianzas con el Senador Manuel Bartlett del Partido del Trabajo (PT) y con el Presidente.

“Te convertiste en lo que tanto cuestionabas. Perdonar la corrupción no es el cambio”, le dijo. Pero el otrora Jefe de Gobierno capitalino no se quedó callado y lo acusó de reunirse seis veces con el ocupante de Los Pinos. AMLO no reservó los golpes contra Anaya.

Al finalizar el encuentro entre los presidenciables, Andrés Manuel recogió sus cosas, se levantó de la mesa y comenzó a despedirse de sus contrincantes. Excepto de Ricardo Anaya.

En un video difundido en redes sociales se ve que López Obrador pasa junto a José Antonio Meade, quien le extiende la mano, cortés, y él se frena para corresponderle: se despide de mano de manera rápida, al igual que del candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón.

Al seguir su recorrido al contrario de las manecillas del reloj, se despide de los moderadores, Leonardo Curzio, Gabriela Warketin y Carlos Puig. Pero al momento en que se acerca adonde se encuentra Ricardo Anaya, el tabasqueño se sigue de largo y sólo hace un movimiento de mano. Algo parece decir, pero no es claro. Lo que sí es notorio es que lo deja de lado.

En un comunicado difundido la noche de ayer, en el que se declaró ganador a Anaya, el PAN se asegura que el candidato entró al debate como “candidato y salió como Presidente”.

“Sin dejar ninguna duda de que es la mejor opción para gobernar México, luego de responder a todas y cada una de las preguntas que los ciudadanos hicieron llegar al tercer y último debate entre candidatos a la Presidencia de la República, Ricardo Anaya detalló por qué sus propuestas son no solo viables, sino urgentes para nuestro país”, se lee en el documento.

Esta mañana, Anaya se reiteró victorioso y dijo estar contento porque los sondeos lo dan como ganador del último encuentro entre los candidatos presidenciables.

 

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