Nuevos estudios respaldan la efectividad de las células de cordón umbilical para tratar el labio leporino en bebés
El labio y paladar hendido, conocido como labio leporino, es un defecto congénito común en bebés en el que hay orificios o hendiduras en el labio superior, en el techo de la boca o en ambas partes. Recientemente, un estudio reveló que podría haber un tratamiento efectivo para tratarlo: las células de cordón umbilical.
Conoce en qué consiste este nuevo tratamiento que podría mejorar esta condición sin necesidad de injertos óseos.
Cordón umbilical para labio leporino
A bebés que fueron diagnosticados con el labio y paladar hendido o labio leporino durante el embarazo, se les aplicó una nueva técnica quirúrgica con las células madre del tejido del cordón umbilical, con lo que se disminuyó la inflamación y tejido fibrótico, al tiempo de aumentar la densidad ósea, evitando un injerto óseo secundario, explicó la Dra. Luz Mabel Ávila Portillo, Asesora Científica de Cryo-Cell de México.
La también Directora Científica de STEM Medicina Regenerativa en Bogotá, participó en la investigación de esta nueva técnica – para atender esta malformación – con células troncales del cordón umbilical, cuyos resultados se publicaron en The Journal of Craniofacial Surgery, la revista más importante en cirugía craneofacial.
La especialista explicó que existe evidencia real de que el uso de estas células de cordón umbilical disminuye la inflamación y el tejido fibrótico y aumenta la densidad ósea, con lo que se evita un injerto óseo secundario.
Según la especialista, una bebé de Barranquilla, Colombia, con labio leporino y hendidura alveolar izquierda, cuyo diagnóstico fue realizado por el ginecólogo de la mamá mediante una ecografía a los 5 meses de gestación, tuvo la oportunidad de que se recolectara y criopreservara la sangre de su cordón umbilical (SCU) al momento del nacimiento.
Al cumplir 5 meses de edad, se le aplicó a la bebé el 90% de las células de la SCU en la cavidad gingivoperiostal y le practicaron una queiloplastía, para terminar con la inyección intradérmica del 10% restante en la herida alveolar y del labio.
Se le realizó un seguimiento postoperatorio con evaluación radiográfica y clínica a los 18 meses y, finalmente, a los cinco años de la intervención se le realizó una tomografía que comprobó la formación del hueso alveolar y un desarrollo favorable.
En conclusión, se redujo la inflamación y fibrosis, se logró mayor funcionalidad ósea, mayor regeneración de tejido, se logró una reconstrucción más funcional, se evitó una segunda cirugía y hubo cero rechazos, debido a que se trata de sus propias células.
La Dra. Ávila explicó que esta investigación resulta muy alentadora para pacientes que presentan esta malformación genética y que sean detectados durante el cuarto y sexto mes de gestación, mediante un simple ecosonograma.
Por ello, es importante que los ginecoobstetras estén alertas para diagnosticarlo oportunamente, con el fin de que los padres del bebé tengan la posibilidad de acceder a esta cirugía.
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La experta refirió que en Colombia han estado implementando este protocolo de atención desde hace 6 años; ya cuentan con 12 casos estudiados, de los cuales se han publicado dos.
Agregó que el siguiente paso será replicar en México la experiencia exitosa que han logrado en Colombia; por lo que ya se está trabajando para poner al alcance de la población esta técnica quirúrgica que ha demostrado buenos resultados contra el labio leporino en bebés.
Actualmente, quienes nacen con esta malformación, que puede presentarse de diferentes formas, son sometidos a cirugías reconstructivas, pero con la aplicación de células madre se puede potenciar la cirugía y optimizar los resultados sin ningún efecto adverso reportado a cinco años, como se ha comprobado con el caso publicado.
¿Por qué surge el labio leporino?
De acuerdo a Mayo Clinic, el labio leporino y la hendidura de paladar suceden cuando los tejidos de la cara y de la boca del bebé no se fusionan de manera adecuada.
Normalmente, los tejidos que conforman el labio y el paladar se fusionan entre sí durante el segundo y el tercer mes de embarazo, pero en los bebés con labio leporino, la fusión nunca ocurre o se hace de forma imparcial, dejando una abertura.
Investigadores creen que la mayoría de los casos de labio leporino y hendidura de paladar sufren este problema por una combinación de factores tanto genéticos como ambientales.
Los principales factores de riesgo para labio leporino en bebés son los antecedentes familiares, la exposición de la madre a ciertas sustancias como alcohol, tabaco o drogas durante el embarazo, así como tener diabetes y obesidad en esta etapa.
Los varones tienen mucho más riesgo de padecer labio leporino.
De no tratarse oportunamente, el bebé puede sufrir complicaciones a lo largo de su vida como dificultad para alimentarse, infecciones del oído y pérdida de la audición, problemas en los dientes, dificultades para hablar y problemas emocionales y de baja autoestima por las diferencias en el aspecto.
Con información de sumedico.lasillarota.com