Su función va más allá de la decoración, y sí, el de amamantar… los pezones pueden ser un indicador de que se tiene un problema serio de salud, y no necesariamente cáncer de mama.
Para empezar, si de estas cimas emana líquido (de color lechoso, verde azulado o transparente), podría ser resultado de un crecimiento benigno (quiste), cambios en la glándula tiroides (hipotiroidismo) e incluso, consumo excesivo de anís e hinojo, describe, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
1. Vello en los pezones
Si bien es normal que en esta área existan folículos pilosos, el peligro radica en que éstos crezcan de tamaño, produzcan picazón y se escamen, ya que es señal de infección.
2. Dolores durante la lactancia
Tiene dos causas: que el bebé no se está prendando correctamente, lo que puede lesionar el pezón, o bien, es posible que una bacteria o levadura este causando infección, así lo sugiere un estudio realizado en Australia.
3. Pezones invertidos
Alrededor del 15% de las mujeres presentan esta condición desde el nacimiento; el tejido en la zona se retrae, por lo que el pezón se hace hacia dentro. Si este problema aparece espontáneamente, después de la pubertad es posible que se deba a una mastitis, fístula o dilatación de los conductos.
4. Pérdida de sensibilidad
Zona erótica por excelencia, los pezones pueden estimular los mimos centros de placer en el cerebro, como el de la vagina y clítoris. Pero el uso de piercing en ellos puede conducir a un daño en los nervios que los compone.
Ante cualquier cambio en nuestros senos es esencial que acudamos a un médico, ¡Ello podría salvarnos la vida!
Con información de www.salud180.com