Luis Velázquez | Escenarios
05 de agosto de 2021
UNO. Mucha gente encabritada
Hay mucha gente molesta, más que con el COVID, con la gente que ha vuelto, por decreto personal, a la normalidad.
Gente en las playas. Cada fin de semana, tres autobuses de pasajeros con turistas provenientes de otras latitudes geográficas.
Gente en las plazas comerciales y hasta en el cine, valiéndole.
Gente en los bares, antros y restaurantes.
Gente en reuniones familiares y amicales.
Gente en la inauguración de “El cuenqueño”, la lanchita de dos pisos navegando en el río Papaloapan que para jalar turismo.
DOS. Todos en la normalidad…
Gente en el bailongo de “Los Ángeles Azules” en el WTC de Boca del Río.
Gente en el concierto de Cristhian Nodal, en el WTC boqueño.
Gente comprando útiles escolares para el regreso a clases presenciales a partir de finales de este mes de agosto.
Gente caminando en las calles y avenidas, tan quitada de la pena. Incluso, sin bozal. Y sin guardar la sana distancia.
Con todo, incluso, y que la Tercera Ola está más despiadada que nunca.
TRES. Van por la tercera vacuna…
En pueblo indígena de Oaxaca, Tequisistlán, el presidente municipal decretó Toque de Queda.
En el otro extremo del mundo, están aplicando, Israel por ejemplo, la tercera vacuna pues dos son insuficientes.
En muchos pueblos de Veracruz, la vuelta tan deseada a la normalidad en el más alto decibel.
Con todo, “la vida es así y así es la vida, y ni modo, aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer”.
Y si la gente es así, entonces, una hazaña titánica, inverosímil, imposible, cambiar de actitud a las personas.
Antes, mucho antes de que sigamos causando destrozos al hígado, el corazón y las neuronas molestos, irritados, con la gente, quienes habremos de cambiar somos nosotros.
Allá cada quién eligiendo su destino… Y suerte.
CUATRO. Politizado el COVID
Más cuando la 4T está actuando con la vuelta al salón de clases como si ningún riesgo existiera.
Más cuando el gobierno de Veracruz lanza “El cuenqueño” con invitados por todos lados como si todo estuviera en paz epidemiológica.
Más cuando el COVID está politizado y las tribus políticas de cada partido se conflictúan y se dicen “de todo y sin medida”.
Entonces, la única salida posible, cuerda, serena, reflexiva, cauta y prudente es que cada persona molesta “se amarre la lengua” y viva su vida con todas las precauciones necesarias.
La coyuntura es muy sencilla: es el contagio y el riesgo de la muerte… o es la vida, más allá de la edad biológica de cada quién.
CINCO. Exponerse como si nada…
En todos los tiempos históricos han existido pandemias. Y miles de muertos. Y en todos los casos, la gente siempre ha actuado así entre quienes apuestan a las medidas sanitarias y quienes arriesgan la vida andando en la calle, exponiéndose como si nada.
Y de veras, al fin la naturaleza humana, nada ni nadie los hará cambiar.
¡Dejémonos, entonces, de berrinches y malos ratos!
¡Allá cada quién tomando medidas!
Basta mirar cada fin de semanas las playas de Veracruz con tantos turistas como si fuera el paraíso terrenal para quedar convencido de su dicha y felicidad.
Y ni modo que lleguemos, como unos loquitos, a predicar la Sana Distancia y el Bozal entre ellos.
Bendito el Señor que en un pueblo indígena de Oaxaca el alcalde implantó el Toque de Queda por encima del gobernador priista, Alejandro Murat.