La alarmante disminución de oxígeno disuelto en cuerpos de agua globales está generando preocupaciones entre científicos y ecologistas, quienes advierten sobre sus devastadoras consecuencias para los ecosistemas acuáticos y la humanidad misma.
Un estudio reciente publicado en Nature Ecology & Evolution detalla cómo la pérdida de oxígeno, esencial para la vida acuática, se ha convertido en un riesgo crítico para el sistema de soporte vital de la Tierra. Similar al oxígeno atmosférico para los animales terrestres, el oxígeno disuelto en el agua es indispensable para mantener la salud de los ecosistemas acuáticos tanto de agua dulce como marina.
Investigadores liderados por el ecólogo Kevin Rose del Instituto Politécnico Rensselaer, proponen incluir la desoxigenación acuática en la lista de ‘límites planetarios’, junto con desafíos ambientales como el cambio climático y la acidificación de los océanos. Argumentan que esta crisis es fundamental para la integridad de los sistemas ecológicos y sociales globales.
La disminución del oxígeno en el agua se atribuye a varios factores. El aumento de la temperatura del agua debido a las emisiones de gases de efecto invernadero reduce la capacidad de retener oxígeno, mientras que la contaminación por nutrientes y desechos industriales estimula el crecimiento de algas y bacterias que consumen aún más oxígeno. En consecuencias extremas, la falta de oxígeno puede llevar al colapso de ecosistemas enteros, afectando directamente a la población que depende de ellos para alimentos y sustento.
La desoxigenación se ve exacerbada por el calentamiento rápido de las aguas superficiales y la disminución de la salinidad en los océanos, producto del derretimiento de los casquetes polares. Este fenómeno altera la circulación del agua, agravando aún más el problema.
Ante esta crisis ambiental inminente, los expertos hacen un llamado urgente a una acción global coordinada. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, controlar la contaminación por nutrientes y fortalecer la investigación y monitoreo de la desoxigenación son medidas cruciales para mitigar esta amenaza creciente.
En resumen, la pérdida de oxígeno en los océanos y lagos no solo representa una crisis ambiental, sino también un desafío existencial para la humanidad. La necesidad de proteger estos ecosistemas vitales no puede ser ignorada si queremos asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Datos obtenidos de Robotitus