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CRÓNICA: La Sierra oaxaqueña y su romance permanente con el basquetbol

El Piñero

Por Yolanda Portugal Guzmán

Guelatao, Oaxaca.- La Sierra Juárez  es un  espectáculo natural que llena los ojos de energía para quienes tenemos la oportunidad de conocerla, es hogar de cientos  de habitantes que la recorren todos los días.

La Sierra está conformada por cerca de 200 kilómetros, hasta llegas a la región de Valles Centrales, en transporte público el viaje es  de entre 6 o 7 horas, donde los ojos se llenan de exuberantes paisajes,  la temperatura comienza a bajar conforme subes.

Cada pueblo serrano cuenta con sus particularidades, sus herencias, sus tradiciones, pero todos los pueblos serranos comparte un romance único con el basquetbol, el cual reúne a pueblos zapotecos, chinantecos y mixes, ubicados a la lo largo y ancho de Oaxaca.

La copa de Basquetbol Benito Juárez, reúne a cerca de 35 municipios, más de 1000 deportistas, todos con un solo objetivo ganar la copa y continuar con la tradición, que nació hace ya 42 años.

Pero la copa no se reduce a un simple torneo, es una justa de honor, de herencia, donde solo importa jugar.

Éste 2019 Guelatao, sede del torneo, estaba a la espera del presidente de la república, había tránsito para llegar, calles cerradas, decenas de autos, gente yendo y viniendo una explanada invadida de sillas, equipo de sonido, cámaras, una revolución, foráneos como yo no podríamos imaginar a cientos de metros del centro, en un cerro se estaban llevando acabo las finales de la copa, donde ni el presidente y los festejos de Juárez pueden interrumpir la finales, un gimnasio abarrotado, los más pequeños han comenzado su camino en la copa, y se está a la espera de las finales de los grandes.

 

Nadie puede imaginar que después de 5 minutos en un mototaxi, tras una curva se encuentra un majestuoso gimnasio, gente caminando hacia él, puestos de comida, artículos deportivos, porras de diferentes municipios.

Al entrar al gimnasio el ruido de las porras no deja procesar de manera clara lo que se está viendo, la duele brilla y suena, los balones rebotan y el narrador menciona los nombres de los equipos, que me es difícil pronunciar.

Volteas y hay cámaras, los medios de comunicación serranos hacen una cobertura, que pienso que muchos no conocemos; te das cuenta que es el evento que uno a estos pueblos, que si hay una meta en el años es ir y disfrutarlo.

Que los niños y adultos luchan por ir a representar a su pueblo, invierten en tenis, uniformes pans, que en la Sierra se respira basquetbol, no sé juega otra cosa, en la gran fiesta de hermandad, de competitividad entre los pueblos.

Como espectadora, fan o no del básquet, no hay cabida para otra cosa que disfrutar la alegría de este evento, saber que eres parte de algo que les da orgullo, identidad y que los une, en  la tierra de uno de los oaxaqueños más conocidos, una fiesta redonda.

La entrega de los trofeos y las copas son en la explanada, con Juárez de fondo, los equipos celebran y presumen las copas que se van a llevar a sus municipios.

Y luego comienza un éxodo a sus municipios, siempre con la esperanza de volver a la copa, mejores preparados.

 

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