México.- El accidente cerebrovascular (ACV), ictus o derrame cerebral cada año afecta a cerca de 15 millones de personas en todo el mundo, y es la segunda causa de muerte en los adultos mayores de 60 años.
Esta enfermedad se presenta cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro, ya sea por un bloqueo en algún vaso sanguíneo del cerebro o debido a la ruptura de uno de ellos.
Puesto que la sangre es la responsable de transportar el oxígeno hacia el cerebro, sin esta no puede funcionar, y quienes no pierden la vida pueden quedar con graves secuelas por el daño que se produce en cualquiera de las áreas del cerebro afectado.
La buena noticia es que muchos de los casos se pueden prevenir y detectar a tiempo para reducir los riesgos de que termine en trágicas consecuencias.
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¿Cómo detectar a tiempo un derrame cerebral?
La detección temprana de los síntomas de un accidente cerebrovascular es muy importante, ya que el tiempo es determinante para evitar que los daños en el cerebro sean graves o mortales.
Los signos que permiten alertarlo a tiempo suelen incluir:
- Adormecimiento repentino o debilidad en alguna parte de nuestro rostro, pierna o brazo. Por lo general producido en una sola lateralidad del cuerpo.
- Dificultad para hablar, entender o concentrarse.
- Perdida de la coordinación motriz.
- Repentinos mareos y dificultad para caminar.
- Dolor de cabeza severo repentino sin ninguna causa.
- Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
Se estima que un 88% de los casos son de tipo isquémico, es decir, provocados por un coágulo de sangre o la obstrucción de una arteria que lleva sangre al cerebro.
El otro 12% se denomina hemorrágico y se producen cuando los vasos sanguíneos se rompen, derramando sangre en el cerebro o alrededor de él.
La prevención es quizá el mejor tratamiento para esta peligrosa condición. Por ello, desde hace mucho se viene aconsejando adoptar hábitos de vida más saludables y evitar aquellos que incrementan el riesgo.
¿Cómo se puede prevenir un derrame cerebral?
Aunque en algunos casos los accidentes cerebrovasculares no se pueden evitar y las señales aparecen de una forma acelerada, a nivel general es mucho lo que se puede hacer a modo de prevención.
1. Conocer el estado de la presión arterial
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de derrame cerebral.
Sufrir de presión arterial alta puede multiplicar por cuatro las probabilidades de desarrollar esta condición, ya que obliga al corazón y las arterias a hacer un esfuerzo mayor para poder transportar la sangre a todas las células del cerebro.
2. Realizar actividad física
El ejercicio es uno de los mejores hábitos para gozar de una buena salud cardiovascular. A través de este es posible fortalecer el corazón y mantener limpias las arterias para prevenir su obstrucción.
Una caminata diaria de una hora es más que suficiente para que el sistema trabaje en óptimas condiciones.
3. Dejar de fumar
Este hábito es uno de los principales factores de riesgo de ACV, en especial cuando se inicia desde una edad temprana.
4. Conocer los niveles de colesterol
El colesterol y el cigarrillo son causas potenciales de placa arteriosclerótica, lo que favorece la aparición de obstrucciones en las arterias que riegan el cerebro.
5. Bajar de peso
Sufrir de sobrepeso u obesidad eleva el riesgo de padecer problemas coronarios. Se recomienda bajar por lo menos 4 o 5 kg (10 libras) para disminuirlo.
6. Evitar el estrés
Sufrir de estrés crónico físico y mental puede incrementar hasta cuatro veces el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular a lo largo de la vida.
7. Evitar la ira o emociones fuertes
La ira y otras emociones que generan tensión están asociadas con el mayor riesgo de ictus por las alteraciones que provocan en el corazón y el sistema nervioso.
Tener un estado de ánimo tranquilo y positivo es la mejor forma de disminuir el riesgo y mantener a raya la presión arterial.
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8. Controlar la diabetes
Los problemas circulatorios relacionados con la diabetes tipo 2 pueden incrementar el riesgo de derrame y otros problemas cardiovasculares comunes como la hipertensión.
9. Comer ácidos grasos omega 3
El consumo de ácidos grasos omega 3 está recomendado para disminuir el riesgo de ataques al corazón y derrames.
Al tratarse de una grasa saludable, previene la formación de placa en las venas cerebrales y mantiene el flujo de la sangre en perfecto estado.
Además, contribuye a eliminar el colesterol malo (LDL) y controlar los triglicéridos.