** Entonces, las calles de Veracruz estaban manchadas de sangre, cruces, cadáveres y balaceras en cada esquina
** Aquellos enfrentamientos entre las huestes de los Zetas y los Matazetas para adueñarse del territorio jarocho
** Su llegada al gabinete de AMLO, una esperanza para pacificar Veracruz
Ignacio Carvajal blog.expediente.mx Para El Piñero de la Cuenca
Veracruz.- Eran inicios del 2009. Fidel Herrera era el gobernador de Veracruz y Los Zetas cogobernaban. Las calles manchadas de sangre, cruces, cadáveres y balaceras en cada esquina. Pocas eran las cosas de la vida cotidiana que no controlaran o aspiraran a hacerlo, como la antesala a la tumba.
Por marzo de ese año, hubo un enfrentamiento en el puerto de Veracruz. Las huestes de Los Zetas y los matazetas, enviados por el Chapo Guzmán en su intento por apoderarse de territorios en El Golfo, se dieron con todo. Eran unos ocho muertos de lado de los Zetas, entre ellos, operadores de relevancia. Había sido una masacre.
Camino a la morgue, ubicada en el Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad Veracruzana, donde la encargada era Patricia Trujillo Mariel, nueva integrante de la Coordinación Operativa Institucional de la Guardia Nacional, el personal de Periciales fue alertado sobre un comando que intentaba robarse los cadáveres que trasladaban.
Los cuerpos llegaron al forense ubicado en la avenida Juan Pablo II, donde jugaba papel relevante Trujillo Mariel, la destacada académica con 12 doctorados y 22 libros que se suma a la labores contra la delincuencia organizada, en auxilio al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ese día, quizás, uno de los peores en la vida de la doctora Trujillo Mariel, quien en ese entonces era reconocida por sus aportes a la ciencia forense, las conferencias y foros forenses que anualmente realizaba en las instalaciones de la USBI de Mocambo.
El comando de los Zetas llegó esa noche hasta el forense y lanzó el reclamo a los encargados.
-Nos dan los cuerpos que acaba de traer Periciales o armamos un desmadre.
-No se puede -contestaron los responsables.
-Si el problema es reemplazar los cadáveres, ahorita les traemos otros -amenazaron los pistoleros mientras tenían rodeado el inmueble.
Los responsables del sitio se atrincheraron y llamaron a sus superiores. Trujillo Mariel tuvo que haber estado enterada del sainete.
A los pocos minutos, un fuerte comando del Ejército Mexicano salió de la base en La Boticaria al SEMEFO; los maleantes se marcharon a toda máquina.
Desde esa noche, hasta lo que duró el gobierno de Fidel Herrera, el SEMEFO estuvo custodiado por fuerzas federales para garantizar la seguridad del personal y de los familiares que llegaban a identificar cadáveres producto de la violencia, pues los Zetas no dejaban de amenazar con atentar contra sus instalaciones por el tema de los cadáveres.
“A nosotros nos tocó muchas veces que a donde se daban las balaceras, a veces llegaban camionetas de las que bajaban personas armadas que se llevaban los cuerpos”, contó un jubilado de la Fiscalía General del Estado bajo anonimato sobre los tiempos violentos en Veracruz.
Hubo momentos en ese entonces en donde se dijo que los Zetas si se llevaron varios cadáveres en distintas ocasiones. No había quien los frenara.
La otra orden que tenía la extinta Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río, era que cadáver que fuera abandonado en la vía pública, tenía que ser levantado de inmediato.
Ni si quiera se esperaba al MP o al personal de periciales, directo a la plancha del Forense, todo con la finalidad de evitar fotos en la prensa jarocha.
Si alguna patrulla llegaba antes que la prensa y que peritos, su deber era llevarse los restos.
Cabezas, pedazos de manos, torsos, dedos, piernas, toda clase de extremidades eran abandonadas con mensajes intimidatorios firmados por Los Zetas o Los Matazetas durante ese periodo violento entre 2007(balacera de Villarín) y agosto del 2009 (levantón y desaparición forzada de Francisco Serrano Aramoni, ex director de la Aduana de Veracruz). En ese entonces, el periodista Jorge Morales dio a conocer que durante el gobierno de Herrera Beltrán se maquillaron notablemente las estadísticas de incidencia delictivas enviadas al Secretariado Ejecutivo, del tal grado que el gran número de ejecuciones quedaron en el olvido.
Fue en ese contexto donde el SEMEFO de Boca del Río, que está dentro de las instalaciones donde mandaba Trujillo Mariel, se convirtió en la antesala de la muerte y al poco tiempo, había tanto aroma a carne putrefacta, por las docenas de cadáveres apilados sin reclamar, que los vecinos y colegios aledaños constantemente alzaban la voz contra el instituto para pedir que fuera cambiado de sitio.
Antes de que acabara el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, completamente corroído por la narcoviolencia, Patricia Trujillo puso tierra de por medio con su amado Veracruz.
Dejó atrás familia, tierra, y una carrera en la Universidad Veracruzana, pues tuvo que adelantar su jubilación para tomar un buen trabajo que le ofrecían en la Policía Federal, dónde encontró la oportunidad de consagrarse con todos sus conocimientos, hasta llegar a ser la directora de la Policía Científica.
Otras versiones indican que desde los mismos Pinos habría sonado el teléfono rojo para allanarle el camino al altiplano y alejarla de las presiones en el SEMEFO de Boca del Río que amenazaba en convertirse en un tártaro. Y lo fue. En 2011 no cambian los cuerpos apilados hasta en el patio por tantas masacres. Se echaban de 20 y 30 personas.
Trujillo Mariel ingresó a la PF en septiembre del 2009, atrás dejó Veracruz con sus palmeras, la sangre en las calles, las planchas del forense retacadas de cadáveres y extremidades desprendidas de sus cuerpos y las amenazas al Forense.
En noviembre del 2010 recibe un golpe fatal: su papá, Gil Trujillo Nieto, considerado uno de los padres de la ciencia forense en Latinoamérica, perdió la vida de causas naturales. Días antes había muerto su madre, y el galeno, de 84 años, lo resintió. Por ese tiempo el señor Gil Trujillo Nieto fue visitado por la delincuencia en su casa de Costa Verde, lo agredieron y le quitaron los objetos de valor. Supo la doctora el temor por la cercanía de la delincuencia, aunque fuera común.
En 2016 es nombrada directora de la Policía Científica y el destino la pone de nuevo en Veracruz. Las madres del colectivo Solecito de Veracruz lograron entablar conexión con ella por medio de Roberto Campa y Trujillo Mariel les manda a un grupo de expertos en forense para procesar la mega fosa de Colinas de Santa Fe. Si personal también laboró en buena media en la de Arbolillo en colaboración con las autoridades locales.
Lucía de los Ángeles Díaz, vocera de Solecito de Veracruz, dijo que estaba muy satisfecha con el arribo de Trujillo a la Guardia Nacional aunque reconoció el gran vacío que queda porque su trabajo era exitoso e impecable.
La llegada de Trujillo a ese cargo es la gran oportunidad de que Veracruz cuente con aliada de primer nivel que conoce el terreno y además ha vivido en carne propia los embates de la violencia.