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Cuatro tristes tigres; a demostrar el puño

El Piñero

  • Diputados del PRI

Luis Velázquez/ Barandal

Veracruz. – ESCALERAS: En La LXV Legislatura de Veracruz, de cincuenta diputados apenas, apenitas, apenititas, cuatro serán del PRI.

Juan Carlos Molina Palacios, Érika Ayala, Jorge Moreno Puga y Andrea Yunes Yunes, quien nominado por el PVEM su ADN es priista.

Los cuatro, además, por la vía pluri, pues los candidatos rojos fueron derrotados en las urnas por MORENA y el PAN.

Nunca antes, el partido tricolor en el peor tiempo de su vida.

Aquel tiempo histórico del partido único, el triunfalismo en su máxima dimensión, ha quedado atrás.

Incluso, y como ha vislumbrado Porfirio Muñoz Ledo, exlíder nacional del PRI en el siglo pasado, ahora en la cancha de MORENA, con tendencia a la desaparición y que, claro, ya se verá, pues hasta los muertos resucitan.

Pero, bueno, el cuarteto de legisladores locales del PRI llegarán sin experiencia pues nunca antes se han sentado en una curul.

Y sin formación legislativa, aun cuando, digamos, tengan o pudieran tener sensibilidad social, digamos, como Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena y Judith González Sheridan, quienes entrando a la LXIV Legislatura por MORENA, lograron su reality show y terminaron, vaya, en la derecha con el PAN.

 

PASAMANOS: El cuarteto tampoco posee, digamos, un conocimiento profundo en la materia política, pues su incorporación en la vida pública data de apenas uno o dos sexenios, incluso, en el caso de Andrea Yunes, del bienio azul que está por terminar.

Jorge Moreno Puga, por ejemplo, ingresó a la política desde hace varios sexenios priistas, pero la mayor parte del tiempo ha pasado en la Renata, es decir, en la Reserva Nacional del Talento, y aun cuando habría operado atrás de las candilejas para el diputado federal, Héctor Yunes Landa, nunca será igual.

Del cuarteto, Molina Palacios tiene representatividad partidista como presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y aun cuando soñó con la candidatura al Senado y fue destapado para la presidencia del CDE del PRI por su “uña y carne” el líder de la CTM en Orizaba, quedó en la recta final.

En el Duartazgo fue muy activo y trascendió por los grandes mítines que hacía con más de veinte mil, treinta mil y hasta cuarenta mil campesinos, pero, bueno, aquellos tiempos quedaron en la nostalgia.

En el Congreso local, otras son las cualidades y capacidades para ser y estar.

Y más, cuando como en el caso de los cincuenta diputados locales solo cuatro rojos, ni siquiera, vaya, para levantar el dedo.

 

CORREDORES: Por ahí se estarán yendo.

Por ejemplo, si MORENA tiene 29 diputados locales… más los cuatro del PRI, bien podrían tener la mayoría absoluta deseada para varias iniciativas legislativas e inquietudes.

Y, claro, bien podrán cotizarse en el carril legislativo, pero también de los negocios.

Y si así conviniera a sus intereses, entonces, los cuatro priistas bien podrían irse con el PAN para lograr el contrapeso, pues tampoco les daría a los azules para la mayoría.

El olfato social, el cálculo político, la capacidad fría y zorruna, el termómetro político en la mano, la sensibilidad, la información actualizada, entre otras cositas, les permitirían jugar bien con las circunstancias.

Pero en el otro lado de la cancha hay buenos jugadores, expertos, y, bueno, ya se verá por donde corre la iguana.

 

RODAPIÉ: Del cuarteto, el bonachón por excelencia es el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, además de que deja lejos, demasiado lejos, a los tres compañeros de curul priista dada su capacidad económica.

Estaría, entonces, llamado a coordinar, digamos, a la bancada tricolor en el Congreso local y si bien los catorce Senadores del PRI caben en una combi manejada por Miguel Ángel Osorio Chong, los cuatro diputados locales del PRI cabrán en un volchito y todavía sobraría espacio para un jefe de prensa, un vocero, un director de comunicación social, y hasta de un fotógrafo en la parte trasera.

Pero…, resulta que Molinas Palacios tiene las pilas bajas o en cero con el legislador federal, Héctor Yunes Landa, jefe máximo de dos los cuatro diputados locales, a saber, Andrea Yunes Yunes, su hija, y Jorge Moreno, su cuaderno.

Así, antes, mucho antes de que llegue el 4 de noviembre, en que tomarán posesión, habrían, quizá, de suscribir el pacto de Acatempan, pues de lo contrario arderá Troya.

Más si con todos los vientos desfavorables, Yunes Landa sueña con la candidatura tricolor a gobernador en el año 2024.

 

BALAUSTRES: Molina y Yunes rompieron en el año 2016 cuando Héctor perdió la gubernatura y Juan Carlos le dijo frase bíblica:

“Ni modo, compadrito, perdimos, pero a ti te fue muy bien”.

Entonces, Molina reapareció en la cancha de Pepe Yunes Zorrilla de cara a la candidatura a jefe del Poder Ejecutivo Estatal el primero de julio y también perdieron.

En los días posteriores y conforme Héctor se miraba como diputado federal por la vía pluri y miraba a Juan Carlos como diputado local por la vía pluri, Yunes Landa también acuñaría frase bíblica:

“En un ratito me arreglo con Molina”.

Quizá ya lo estarán. Acaso, estarán tendiendo puentes, vasos comunicantes. El caso es que si llegan con rozones al 4 de noviembre o en días posteriores sería difícil una negociación.

A menos, claro, que ambos cumplan “al pie de la letra”, con la profecía de José López Portillo de que los políticos se volverían unos cínicos y/o con la prédica de la república amorosa de perdonarse los unos a los otros.

 

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