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Cuitláhuac, en riesgo; combatirá a carteles en Veracruz

El Piñero

Luis Vázquez Escenarios
08 de mayo de 2019


UNO. Cuitláhuac, en riesgo

El gobernador ha anunciado al mundo que aunque la cueste la vida combatirá a los carteles, unos 7, 8, con el último que llegó, Cartel del Siglo.
Porfis, señor Cuitláhuac, no arriesgue su vida.
Deje usted que los policías municipales y estatales y la Fuerza Civil y la Guardia Nacional y las guardias comunitarias y los vecinos organizados para defender su barrio… lo hagan.
Deje usted que los sicarios y pistoleros de los carteles se maten entre sí.
Deje usted que hasta los Policías Ministeriales de la Fiscalía los combatan.
Usted, señor, es ya un monumento histórico, un tótem, un tlatoani, un gurú, desde, digamos, quizá desde antes, cuando el presidente de la república lo vitoreara en la Escuela Naval de Antón Lizardo y al día siguiente lo glorificara levantándole la mano ante la prensa nacional.
Pero además, declarándolo un político “honesto, limpio y transparente, incapaz de una perversidad”.
No, señor, su vida es demasiado valiosa para morir en un duelo con los carteles, y además, para eso hay policías. Y para eso mismo tiene usted a su secretario de Seguridad Pública, el policía con la pistola al cincho.

DOS. AMLO quedaría sin Cuitláhuac

Todavía más, señor:
Si usted arriesga su vida para restablecer la tranquilidad y la paz pública, claro, y si el desenlace fuera fatídico, entonces, su foto sería agregada al altar de AMLO, al lado de Lázaro Cárdenas, Francisco I. Madero, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y José María Morelos.
Pero a los 51 años de edad que tiene usted… todavía le resta larga y extensa e intensa vida pública.
Además, lo peor, dejaría usted al presidente de la república sin usted, su héroe patrio de cara al Golfo de México.
Además, vaya usted a saber si AMLO tiene algún proyecto superior para usted, digamos, como lo tuvo Carlos Salinas con Fernando Gutiérrez Barrios y se lo llevó de secretario de Gobernación y Maximino Ávila Camacho con Miguel Alemán Valdés y lo nombró coordinador de su campaña presidencial y luego enseguida secretario de Gobernación y Miguel Alemán Valdés con Adolfo Ruiz Cortines y se lo llevó al palacio de Bucareli.
No, señor, cautela, mesura, prudencia, inteligencia, neuronas, aplicadas al ejercicio del poder.
No, por favor, gobernador, si ya decidió arriesgar la vida luchando contra los carteles en el frente de batalla, a la mitad del campo o en la retaguardia, marcha atrás.

TRES. “Los carteles se van porque se van”

Usted, gobernador, lo dijo así: “Aunque me juegue la vida… los carteles se van porque se van”.
No, no, no, no y no, señor.
Claro, si usted dijo lo anterior porque, digamos, estaría pensando en utilizar el misil inventando en Alemania cuando usted estudiara un posgrado y lo presentó para su tesis profesional, entonces, caray, quizá, desde la azotea del palacio de gobierno de Xalapa dispararía el misil en contra de los carteles escondidos y agazapados, digamos, en sus cuevas, en sus búnkers, en sus casas de seguridad.
Si así fuera, ni hablar, sería una guerra de usted a control remoto y su vida estaría segura, garantizada, y que es lo más importante.
Ojalá que la prudencia aletee en sus neuronas para modificar su decisión, pues con Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu ya tuvimos bastante.
Tania Libertad y Armando Manzanero le cantarían gustosos a su prudencia.

 

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