Barandal
Luis Velázquez
02 de mayo de 2019
ESCALERAS: El góber está engordando. ¡Vaya pancita lucida a nivel nacional en los noticieros de Milenio TV! Su lema quizá sea el mismito de Rius en el siglo pasado cuando publicara uno de sus libros intitulado “¡La panza es primero!”
De las fotos en la campaña electoral del año 2018 a la fecha, unos diez kilitos de más. Quizá más. Doce. Trece. Sabrá su nutriólogo.
Acaso la panza se apreció más voluminosa porque al lado de AMLO, con guayabera de manga larga color blanca durante la conferencia mañanera en Minatitlán el miércoles 27, lució una guayabera también de manga larga color rosa. “El mundo color de rosa” que se ha creado y recreado con su filosofía política y social de que es un gobernador fifí, sabadaba y salsero.
PASAMANOS: Nunca Miguel Ángel Yunes Linares y Fidel Herrera Beltrán engordaron en su tiempo gubernamental.
Tampoco engordó Fernando Gutiérrez Barrios, un figurita que se cuidaba en exceso.
Menos engordó Dante Alfonso Delgado Rannauro.
Javier Duarte, claro, ya gordito, con tendencia a la gordura, engordó más. Un día, sin embargo, le entró el reproche de conciencia, quizá los problemas musculares, los dolores de espalda, el caso es que se puso a dieta.
CORREDORES: En aquel tiempo, se le ocurrió caminar, trotar, correr en la USBI de Xalapa y la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, presurosa le abría la puerta a las 6 de la mañana.
Incluso, y como parte del reality-show citaba a los funcionarios y fotógrafos y camarógrafos oficiales para que lo retrataran.
Es más, anunció al mundo que se pondría unos aparatitos en el estómago.
Hubo un secretario, parece, de Salud, que le aconsejó dieta fenomenal con unos juguitos milagrosos.
Luego, de pronto, ¡zas!, dejó que la panza adquiriera la forma caprichosa que deseara la masa humana y abandonó el ejercicio.
BALCONES: Cuando en las noticias de Milenio TV referían la conferencia de prensa mañanera de AMLO en Minatitlán y centraban la cámara en el góber jarocho, lo primero que llamó la atención es la panza.
Incluso, parecía embarazado. Y más, con la guayabera de manga larga. Y más, con la pose que tenía.
Es más, parece, dice el cronista que estuvo ahí y cerca, que las canas ya le están saliendo al góber, todo indica, en las sienes donde algunas caprichosas abriéndose paso se muestran.
Un gobernador fifí y sabadaba, jamás, jamás, jamás, puede darse el lujo de engordar. Perdería su feeling.
Con todo, gordo y cara de doble plato, ojos coléricos, Javier Duarte decía:
“Yo como gobernador me volví sexy”.
PASILLOS: AMLO conserva su peso. Alfonso Durazo también. Marcelo Ebrard Casaubón, el futuro candidato presidencial de MORENA en el año 2024, de igual manera.
También Porfirio Muñoz Ledo. Y Martí Batres, líderes senatoriales.
Parece, la secretaría de Energía, Rocío Nahle, futura candidata a gobernadora de Veracruz en el 2024, está engordando.
Pero al paso que va el góber jarocho pronto parecerá un Rotoplas. Quizá, una paila chicharronera de Banderilla.
VENTANAS: La salud pública de un alcalde, un gobernador, un presidente de la república es de interés social. Salud física. Pero también, claro, y más quizá, salud mental, pues nada más grave que de pronto le asalten problemas con el tinaco mental y pierda la dimensión y la perspectiva y el sentido histórico de las cosas y los hechos.
Además, el exceso de pesos significa graves complicaciones de salud física. La vida, por ejemplo, se engarrota. Y las neuronas dejan de funcionar, con todo y que la persona sea un solterón de 51 años de edad.
Más aún, con el gordo Javier Duarte y su vocecita tipluda tipo Francisco Franco fue suficiente.
PUERTAS: El góber actual ha de cuidarse. Y más, por lo siguiente:
En Minatitlán, AMLO repitió sus halagos y le dijo que es un político honesto y limpio… y lo que, claro, a ojo de buen cubero, está por verse, porque una cosita es asegurarlo por decreto presidencial y otra las tentaciones en el camino del poder sexenal que suelen darse, además, de la nefasta influencia de los amigos, compadres, aliados, socios, cómplices y hasta barbies.
Y si el góber está creciendo en incienso de AMLO, caray, también ha de mantenerse la fina estampa de un hombre fifí.
Por lo general, los grandes gentleman del mundo son delgados, algunos, fornidos.
CERRADURAS: Se ignora si la guayabera rosada del góber en Minatitlán esponjó su figura y su panza.
Acaso, la pose, pues cuando lo enfocaron las cámaras de Milenio TV bien pudieron agarrarlo en un momento tenso y cardiaco, en una pose incómoda, en un instante emocional y espiritual adverso.
Podrá decirse que por lo general, la televisión engorda a las personas y por eso los conductores están a dieta para proyectarse más delgados.
Quizá faltó que alguien maquillara al góber antes de las tomas en Minatitlán.
¡Vaya el lector a saber!
El caso es que, todo indica, la panza del góber está tomando la redondez caprichosa que el desorden alimenticio le genera.
PATIO: Y si un político, dice la Biblia, ha de amarrarse la lengua para evitar resbalones en el discurso…
Y si el César y la mujer del César han de ser y parecer…
Y si lo peor que pasa a un político delgado cuando llega al poder es engordar en el viaje sexenal.., entonces, los fans del góber desearían que mantuviera su figurita del año anterior cuando bailaba salsa en los antros de la ciudad de Veracruz.
De lo contrario, si continúa multiplicando la panza, hasta los chairos le podrían llamar “El gordo Cuitláhuac”, que cacique gordo de Zempoala era Xicomecóatl, el jefe totonaco en la conquista, el primero que pactó con Hernán Cortés, y que tenía un ejército de efebos para su placer sexual.