Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: La caída de Jorge Wínckler Ortíz como Fiscal de 9 años es ya un asunto personal de Cuitláhuac García Jiménez, anexos, conexos y similares, aliados todos, a sus órdenes, señor.
Nunca antes en la historia local una carnicería desde la jefatura del Poder Ejecutivo local contra, digamos, otro Poder.
Ni siquiera, vaya, cuando Miguel Ángel Yunes Linares contra Luis Ángel Bravo Contreras, con quien bastó un apretón de tuercas, tipo Yunes, y punto.
Tampoco cuando Patricio Chirinos Calero para encarcelar en el penal de Pacho Viejo a su antecesor, Dante Delgado Rannauro, y a Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri.
Ni cuando Agustín Acosta Lagunes encarceló a José Luis Lobato Campos, QEPD, director del Instituto de Pensiones de Rafael Hernández Ochoa.
En los tres casos, un manotazo y un madrazo seco fueron suficientes.
Ahora, durante los veinte días del sexenio de la izquierda encarnada en MORENA en Veracruz, más los días y semanas anteriores, el paisaje político es descarnizado.
Y como refiere el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, exhibiendo el gobernador sus debilidades.
Debilidad una: Es el jefe máximo de la política en Veracruz y ni así ha podido tumbar al Fiscal para imponer un Fiscal carnal.
Debilidad dos: Tiene de su lado a la mayoría simple de la LXV Legislatura, más a diez diputados de oposición listos para tenderse a su paso, y tampoco ha podido.
Debilidad tres: AMLO tiene capital político de sobra y Cuitláhuac lo quiere imitar, pero a estas alturas, y ante su incapacidad para correr a Wínckler lo ha desgastado y con exceso.
Debilidad cuatro: Su talón de Aquiles más frágil que nunca porque adolece de operadores políticos efectivos y eficientes.
Debilidad cinco: Y en contraparte, el único que “ha tirado su espada en prenda” para defenderlo es el secretario General de Gobierno, pero sin un resultado concreto y específico, pues Wínckler sigue apoltronado en el edificio de la Fiscalía.
Y lo más indicativo, advirtiendo, o amenazando como quiera describirse, que seguirá en el cargo.
“Aquí seguiré y me defenderé con la ley en la mano”.
Muy bragado el Fiscal, muy envalentonado, muy machito para enfrentarse a un gobernador en un país donde de acuerdo con la cultura política si eres político o ciudadano común y te enfrentas al jefe de jefes, la vida diaria y hasta de la familia suele volverse sórdida y siniestra.
Incluso, alguien terminando en el panteón.
Debilidad seis: Tan improvisado y falto de sensibilidad y coraje y experiencia se ha expresado el gobernador que, primero, envió al Solecito a sitiar la Fiscalía durante dos días, y ni así. Wínckler sigue como el dinosaurio de Tito Monterroso.
Y debilidad siete: Lo peor entre lo peor. Cuitláhuac envió a su chaira, la diputada local, Adriana Linares Capitanachi, del distrito de Poza Rica, a defenderlo con pasión devoradora, irracional, pues:
“Los medios lo están presionando para dar resultados en materia de seguridad a sólo 17 días de asumir la administración pública. Debemos esperar a que las cosas tomen su cauce”.
¡Pobrecita diputada!
Día once de diciembre: 48 muertos.
Día doce: 51 muertos.
Día trece: 60 muertos.
Día catorce: 65 muertos.
Día quince: 73 muertos.
Día 16: 80 muertos.
Día 17: 83 muertos.
¿Y los muertos, diputada local, Adriana Linares, entre ellos, diecieséis feminicidios y dos infanticidios, la niña migrante en Rodríguez Clara e Isla, y la niña en Santa Ana Atzacan?
Cada ser humano habla y habla y habla, dice el viejito del pueblo en su cultura silvestre, porque la lengua no tiene huesos.
PASAMANOS: De acuerdo con el maestro en Ciencias Políticas, egresado de la Complutense, el Fiscal está dando la batalla.
Instigado quizá por Miguel Ángel Yunes Linares, dice Carlos Ronzón, Jorge Wínckler tiene la seguridad de una gran pelea ante Cuitláhuac.
Es más, diecinueve días después, más los días previos a la toma de posesión en que comenzó el rafagueo, Cuitláhuac ya cayó en una actitud torpe y burda, porque el pleito con Wínckler se ha viralizado y Wínckler ha quedado satanizado.
Es decir, como una víctima.
Por más y más que ahora hasta los empresarios de Xalapa se lanzan en su contra.
Por eso, y luego de que el góber enviara al Solecito y a su diputada Linares Capinachi a la plaza pública, el Veracruz de MORENA se está pareciendo a la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y a la Nicaragua de Daniel Ortega, donde las hordas y los chairos se lanzan contra el enemigo y el adversario.
Todavía peor si se considera que con su imaginación especulativa, la legisladora de MORENA, graduada como abogada en la Universidad Cristóbal Colón del puerto jarocho en el año 2004, advierte a la mitad de la población y a la otra mitad que el góber no tiene “una varita mágica para cambiar lo que se dejó pasar por años”, refiriéndose así a la violencia heredada, digamos, por Yunes Linares (con todo y su Fiscal) y Javier Duarte.
Y por eso mismo, en su lógica, censurable que “los medios presionen de esa manera”.
Caray, una vez más, los medios son culpables de tantos muertos en la era Cuitláhuac.
De entrada, nadie dudaría que con su defensa a ultranza la diputada ya se ganó un pedazo de cielo en el gabinete de Cuitláhuac cuando en el año 2021 termine su periodo como legisladora local, a menos, claro, que este soñando con la reelección, la reelección aprobada en el Congreso con una iniciativa de ley de Javier Duarte.
CORREDORES: Un primer escenario de la pelea Cuitláhuac y Wínckler es que de plano, y luego de tanto apretar el botón nuclear, el Fiscal sea removido y el góber gane.
Otro, dice el profe, que al góber le sea difícil tumbar a Wínckler porque lo ha victimizado demasiado.
Y más porque el Fiscal está litigando en parte de la prensa nacional creando y recreando la perspectiva histórica de que se trata de una burda maniobra de MORENA en Veracruz para adueñarse de todos los poderes, es decir, el legislativo y el judicial.
Otra secuencia de la misma película es que el góber reoriente un manejo estratégico de la prensa de la Ciudad de México para tumbar a Wínckler, aun cuando de ser así, el desgaste sería inevitable.
Y mientras “son peras o manzanas”, Cuitláhuac está quedando en la percerpción política y social como una reproducción de Javier Duarte, es decir, un político berrinchudo y caprichudo, al que le fue fácil llegar a la silla embrujada del palacio “trepado en las valencianas de AMLO”, y como ningún trabajo le costó, entonces, le ha faltado dimensionar los hechos.
Y lo peor, sin nadie alrededor que lo oriente y reoriente.
Y aun cuando pudieran existir, digamos, su padre, todo indica que los desoye.
Y los desoye porque es manifiesto y notorio que el góber adolece de una carrera política para ganar lo más importante en un político como es la experiencia.
Sin oficio político el primer gobernador de la izquierda en Veracruz, sin fogueo, sin saber el siguiente paso, sin conciencia social de lo que está haciendo, sólo copiando la filosofía política y social de AMLO (el Tren Coatepec, el Fiscal carnal, el pleito con el Tribunal Superior de Justicia), a la oficiosa diputada local de Poza Rica únicamente le faltó convocar la frase célebre de “¡Paren esta masacre!” para que los medios modifiquen, digamos, su actitud o postura ante Cuitláhuac, pobrecito que “lo están presionando”.