Redacción El piñero
Ante el incremento de la violencia en Culiacán, Sinaloa, donde una jornada dejó 14 homicidios en menos de 24 horas, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) envió 100 nuevos elementos de las Fuerzas Especiales para fortalecer la seguridad en la región. El refuerzo llegó la noche del miércoles 13 de noviembre, sumándose a los esfuerzos por contener el conflicto entre grupos del crimen organizado.
Un estado bajo vigilancia militar
Actualmente, Sinaloa cuenta con 10 mil 919 efectivos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, apoyados por ocho aeronaves, según la Sedena. Estas fuerzas tienen como objetivo realizar operativos de vigilancia y neutralización de actividades delictivas en el estado, que sigue siendo un punto crítico por la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa.
Resultados operativos recientes
En operativos recientes, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana reportó:
La detención de ocho personas con armamento y equipo táctico.
El aseguramiento de 29 armas de fuego, cuatro vehículos y más de seis kilos de metanfetamina, junto con una sustancia similar a la cocaína.
La destrucción de 32 plantíos de marihuana, lo que representa un golpe a la infraestructura operativa de los grupos criminales.
Violencia persistente
Pese a los esfuerzos, los hechos violentos no cesan. Solo en Culiacán se reportaron:
13 homicidios en la capital y uno más en Mazatlán.
Dos personas heridas de bala y tres privadas de su libertad.
13 robos violentos de vehículos, un indicador del nivel de inseguridad que afecta a los ciudadanos.
El reto de pacificar Sinaloa
El envío de las Fuerzas Especiales subraya la gravedad del problema de seguridad en Sinaloa. Aunque las autoridades han logrado detenciones y aseguramientos, la violencia sigue dejando un saldo devastador, especialmente en la capital.
El gobierno federal y estatal enfrentan el reto de implementar estrategias integrales que no solo neutralicen a los grupos criminales, sino que también generen condiciones de paz para una población cada vez más afectada por el clima de inseguridad. Mientras tanto, los habitantes de Culiacán viven en medio de un escenario de tensión e incertidumbre que no parece disminuir.