Dados cargados en U.V.; Candidatos apadrinados miden fuerzas por Rectoría

Luis Velázquez | Barandal
19 de julio de 2021

ESCALERAS: Los días y las noches huracanados caminan en la Universidad Veracruzana, UV. La Junta de Gobierno integrada por 9 notables y citables investigadores (5 de la UV y 4 foráneos) integran el Sínodo académico para que el humo blanco trepe a la superficie.
Pero la mayoría de los aspirantes y suspirantes sienten y presienten que encima hay un dueto de fantasmas. De entrada, parecieran inderrotables.
Uno, Salvador Tapia Spinoso, espinoso que es, afiladita la cuchilla, pues es candidato único de la rectora Sara Ladrón de Guevara.
Y dos, Darío Fabián Hernández González, el favorito del góber de la 4T, su amigo desde el tiempo juvenil, ya ido, cuando gustaban de tomarse fotos grupales a la orilla de una montaña.

PASAMANOS: Y, bueno, si vivimos (todavía, claro, con todo y la purificación moral y la honestidad valiente y la 4T) en el Veracruz “de un solo hombre” y en la UV de una sola mujer, entonces, el aparato gubernamental y académico estarán pateando la pelota con todo y con todo para que el humo blanco de la Junta de Gobierno caiga sobre ellos.
En todo caso, hasta un arreglito político y concertador pudiera darse.
Uno, para Rector. Y el otro, para secretario Académico, en la inteligencia que en 4 años el segundo de abordo pudiera ocupar la silla embrujada de las Lomas del Estadio.

CORREDORES: En el camino, mucho, demasiado incienso ha tirado la rectora al paso del góber fifí, sabadaba, catrinero, salsero y machetero.
Incluso, y luego de “las tomaduras de pelo” de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, la rectora declaró al góber el mejor de todos los tiempos, considerando, por ejemplo, que en la silla del palacio de Xalapa se han sentado 79 jefes del Poder Ejecutivo Estatal.
Y de ser así, entonces, significaría que el góber pudiera asestar el jab definitivo para que su candidato, Darío Fabián Hernández González, director de Planeación de la secretaría de Finanzas y Planeación, hechura de Kuitláhuac, sea canonizado.

BALCONES: Algunos suspirantes y aspirantes a la Rectoría (trece en total) están seguros de su biografía, gestoría y relaciones académicas y más, mucho más, del conocimiento pedagógico del mundo.
Pero con todo y su creencia ciega a la democracia académica, la UV significa, digamos, la segunda institución política y social y académica, claro, con más fuerza política en Veracruz, luego de la gubernatura.
Tanto que en el camino rectoral, ene número de veces los fans y feligreses de la Rectora la miraron como inminente candidata de MORENA a la gubernatura de Veracruz en el año 2024.
Una locura sería pensar que de ser así, la Rectora negociara la rectoría de la UV para el favorito del góber a cambio de que el góber le ofrezca y garantice cabildear con AMLO su nominación al palacio público más importante de la capital.

PASILLOS: Más allá de la independencia, autonomía y libertad de los 9 notables de la Junta de Gobierno de la UV existe una verdad incontrovertible, hija del sistema político:
Nadie puede llegar a la Rectoría de la UV con el visto malo en contra, primero, quizá, quizá, quizá, del Rector en funciones, y segundo, del gobernador.
Desde luego, se dan casos. Pero en el grueso de los hechos anteriores, se necesita la bendición superior, pues de lo contrario, unos simples enmascarados tomando la USBI de Xalapa bastan y sobran para tumbar al candidato idóneo.

VENTANAS: Sabría cada aspirante si cavilaron en la realidad estrujante anterior. Sabrá cada uno si confían a ciegas en la madurez de la Junta de Gobierno para hacer a un lado las sugerencias, recomendaciones, incluso, presiones, de la rectora y/o del gobernador.
Pero muchos de ellos sienten que en la Rectora y el góber tienen un muro peor que el muro de Berlín.
El reloj académico puede volver negro, totalmente negro, el humo blanco.

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