Luis Velázquez | Barandal
30 de abril de 2021
ESCALERAS: Muchos cadáveres ha dejado, parece haber dejado, el diputado local, Bingen Rementería, en el camino.
Entre la militancia panista, y a quienes luego de su fallida aventura como aspirante a la candidatura a presidente municipal de Veracruz, dejó solos.
Por ejemplo: entonces, convocó a muchos panistas trabajando en el Ayuntamiento del alcalde Fernando Yunes Márquez para sumarse a su causa partidista.
Y muchos escucharon “el cántico de las sirenas” y como al flautista de Hamelín lo siguieron.
Pero también los descarriló. Y sin ninguna cortesía los dejó hundirse.
PASAMANOS: De acuerdo con las versiones, derrotado en su legítima aspiración de la candidatura edilicia, agarró camino al CEN del PAN y de espaldas, incluso, al líder estatal, Joaquín Guzmán Avilés, su padre, el senador Julen Rementería, cabildeó con Marko Cortés hasta lograr la candidatura a diputado local por la vía pluri, atrás de la reelección.
Y la que consiguiera.
Pero al mismo tiempo, los panistas que se le sumaron quedaron a la deriva.
Uno, sin empleo. Dos, sin esperanzas. Tres, molestos, irritados con la estafa. Y cuatro, indignados con el desdén.
Con todo y su aventura fracasada, a Bingen le fue bien. Muy bien. Perdió la nominación, pero quedó con la reelección.
CORREDORES: Además, la fama pública de que es un empresario exitoso.
Desde el restaurante en el bulevar de Boca del Río hasta el gigantesco terreno frente al hotel Fiesta Americana, donde construirá un edificio de oficinas.
Un feudo empresarial extendido, incluso, hasta Campeche, donde tiene hoteles.
Según las versiones de las tribus panistas, también estaría incursionando en el redituable negocio de los moteles, pues incluso, la calentura sexual derrota al COVID.
BALCONES: Tanta irritación azul hay en contra de Bingen que unas tribus apuestan “veinte y las malas” a que si el día de hoy contendiera en la justa partidista para la candidatura a la alcaldía perdería de calle.
Más, porque de hecho y derecho, y de ser así, entonces, aplicó el principio universal de los políticos. Primero yo, después yo y al último yo.
Ninguna diferencia entre priistas, perredistas, panistas y morenistas y anexos y conexos.
Son políticos y todos están o parecen estar cortados “por la misma tijera”.
El ejercicio del poder con sentido patrimonialista.
PASILLOS: Este año terminará su tiempo constitucional como diputado local. Desde el CEN del PAN fue palomeado para la reelección, al mismo tiempo que su padre fue elegido coordinador de la bancada panista en el Congreso de la Unión.
Por eso, habría de evaluarse el resultado legislativo y social de su gestoría en la curul, a partir, cierto, de las iniciativas de ley presentadas, pero más aún, si fueron aprobadas o enviadas a comisión.
Y si fueron palomeadas, el beneficio social para la población.
Además, un diputado también es gestor social y mucho se duda que una colonia popular, una comunidad del distrito, un pueblo, un municipio, hayan engrandecido su desarrollo gracias a su cabildeo.
VENTANAS: Podrá el diputado reelegirse. Seguirá en el poder. Será uno de los pocos, privilegiados, excepcionales habitantes de Veracruz encaramado en la cresta del poder. Los vientos serán favorables a sus intereses.
Pero de ahí a que sea una buena persona, el título más honroso de un ser humano, mucho se duda.
Y es que engañar y estafar a los militantes de su partido constituye el peor agravio de una persona a otras, mejor dicho, de un político con poder a los ciudadanos de a pie.
Ni modo, una vez más queda confirmado que las personas son “carne de cañón” para los políticos.