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De espaldas a la realidad; candidatos, por un lado, pendientes sociales, por otro

El Piñero

 

 

Luis Velázquez /Barandal

09 de abril de 2018

 

ESCALERAS: “El tiro que mató” a Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994 “aún resuena” (Jan Martínez Ahrens) en Veracruz.

Por ejemplo: ningún político ha olvidado, y más porque con frecuencia lo recitan como si fuera “La chacha Micaela”, la frase célebre aquella con que inició su discurso:

“Veo un México con hambre y sed de justicia”…, y de seguridad y de empleos y de…

Y es que el politólogo Carlos Ronzón Verónica siente que el cuarteto de candidatos a gobernar Veracruz los próximos seis años la están pifiando con su discurso color de rosa, simple y llanamente, de espaldas a la realidad.

Además, de que todos prometen “el cielo y las estrellas”, y ninguno expone la estrategia con que bajarán las estrellas a la población electoral.

Por el contrario, dice, el epicentro de su discurso ha de girar alrededor de temas centrales, entre otros, los siguientes:

A: Los desaparecidos, víctimas de la violencia en el sexenio pasado y en el bienio presente.

B: Los migrantes, considerando que en Estados Unidos hay un millón de paisanos como migrantes sin papeles y cuyas remeses se han convertido en el sostén de la economía local.

 

PASAMANOS: C: Los desempleados, subempleados y con salarios de hambre. Salarios mezquinos les llamaba Carlos Marx en 1900.

D: Los pensionados, con jubilaciones miserables de apenas, apenitas, la mayoría, de 3 mil pesos mensuales.

E: Los analfabetas. 600 mil en Veracruz, un millón de personas con la educación primaria incompleta, otro millón con la secundaria a medias y 600 mil con el bachillerato inconcluso.

F: La diversidad sexual.

G: Las universidades, convertidas en “fábricas de desempleados”.

H: Los indígenas. Un millón en las ocho regiones étnicas. 70 pesos el jornal diario que inicia antes de que el sol sale y termina cuando la luna alumbra el surco.

I: Los jóvenes que en conjunto suman más de un millón con credencial de elector que votarían por primera y segunda ocasión.

J: Los ancianos. 800 mil personas de 60 años de edad en adelante, de los cuales unos 700 mil carecen de seguridad social.

K: Los discapacitados.

L: Los animalistas.

LL: Y por supuesto, la incertidumbre, la zozobra y la inseguridad por delante, y en donde los feminicidios están fuera de control. Y lo peor, con una política errática, pues con todo y los alardes oficiales, siguen cometiéndose.

 

CORREDORES: Tales, dice Ronzón, son los temas sociales que pegan en el corazón de la gente.

Y por eso mismo, el candidato que los asuma de frente cuajará en el ánimo electoral de la población.

A ninguno de los cuatro, sin embargo, les parece interesar.

Por ejemplo, los 40 días de la precampaña se la pasaron en medio de descalificaciones, además “tirándose incienso” cada uno como si fueran el Quetzalcóatl tan esperado (y temido) por Moctezuma II y su elite indígena hace 500 años.

Y lo peor:

En los días que se viven, todos en el limbo electoral, de vez en vez por ahí suelen emerger al carril mediático, pero tocando otros temas, los cuatro, en el autismo social, educativo, de salud y de seguridad.

Por eso, en la última elección 6 de cada 10 habitantes se abstuvieron de acudir a las urnas, pues ningún candidato a las 212 presidencias municipales convenció.

Con todo, y con la famosa compra del voto.

 

CASCAJO: Incluso, uno de los candidatos, Cuitláhuac García Jiménez, de AMLO y MORENA, llegó a la locura.

En aquellos días lanzó su proyecto social para la salud pública.

A través de un video que caminara en las redes sociales, el WhatsApp y el Twitter, “El Cui” (como él mismo se achicara deseando caer en gracia) planteó la siguiente tesis, programa, acción de gobierno en caso de ganar la silla embrujada del palacio de Xalapa:

Una. Reducir la burocracia en el sector Salud.

Dos. Reducir el precio de las consultas médicas, ni más ni menos, que a 176.72 pesos, máximo, cuando, caray, hay especialistas que cobran de 800 a mil pesos por una consulta de quince minutos.

Tres. Renovar la cédula de los médicos cada determinado tiempo, siempre y cuando demuestren que cubrieron una cuota de consultas gratuitas.

Cuatro. El compromiso ineludible de los médicos a participar en brigadas de a pie, los médicos caminando en las colonias populares, comunidades, rancherías y poblados indígenas, tal cual como el modelo cubano en la Venezuela de Nicolás Maduro.

Simple y llanamente, dice Ronzón, Cuitláhuac García proponía cubanizar la medicina en Veracruz.

 

POSTES: Entonces, los médicos se le fueron encima al candidato de AMLO a la gubernatura.

Y se lo acabaron con sus ideas, digamos, por decir lo menos, comunistoides de un socialismo caduco, fuera de tiempo y de época.

Y “Cui”, ni modo, echó marcha atrás diciendo que era sólo… sólo… sólo una propuesta.

La propuesta, sin embargo, sólo expresó la inmadurez profesional, social, de salud y política de García Jiménez, el chico maravilla de AMLO que cursó dos posgrados en Europa, sabrá el chamán la escuela “patito”, porque entre sus doctorados y estilo discursivo y plan de gobierno sexenal existen años luz.

Así andan los candidatos a gobernar un Veracruz donde de los 8 millones de habitantes seis están atrapados y sin salida en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.

Y en donde, además, hay una población cien por ciento marginada y excluida en todos los órdenes sociales.

Y ninguno de los cuatro “enfrentan el toro por los cuernos”.

¡Vaya ilusos mesiánicos!

 

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