- Búsqueda frenética de hijos
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: En Europa hay un debate sobre la felicidad… Filósofos, sicólogos, terapeutas, sociólogos, antropólogos, etcétera, siguen buscando la histórica obsesión del hombre para ser felices… Por fortuna, parten de un principio, el siguiente: la felicidad total y absoluta nunca ha existido… Hay, cierto, ratitos felices en los días y las noches y en el transcurso de la vida, y que se van guardando para luego, en la nostalgia, y considerando que “recordar es vivir”, evocarlos… Quizá el tiempo más feliz de un ser humano es la infancia, pues apenas se entra a la adolescencia, el chico registra, entiende y comprende los días turbulentos y revolcados a su alrededor y la felicidad se evapora y diluye… Claro, si en la infancia los padres se divorcian, entonces, el niño conoce la desventura… Y lo peor, suele quedar marcado para siempre… Un amigo economista dice que su felicidad está en tener dos mudas de ropa, una color azul y otra color café, y dos pares de zapatos, unos negros y otros café… Pero, bueno, en la búsqueda frenética de la felicidad cada quien tiene sus satisfactores… “Yo vivo para escribir” diría Gabriel García Márquez… “Yo vivo para rezar ocho horas diarias” diría el Papa Juan Pablo II… “Yo vivo para odiar al mundo” dirá Donald Trump… Una persona ciega para ser feliz (Jorge Luis Borges, por ejemplo) sentiría que la felicidad está en mirar… Una persona tullida, en caminar… Una pobre, en tener dinerito para que sus hijos coman tres veces al día… Un preso, alcanzaría la felicidad saliendo de la cárcel… La felicidad, dice el chamán, está en dos cositas sencillas y simples: una, tener un trabajo que te guste para llegar contento todos los días, y dos, tener una persona que te quiera en igualdad de circunstancias que tú la quieres, pues el amor, como la amistad, es un camino de dos carriles, va y viene…
ROMPEOLAS: Las madres de familia que pertenecen al Solecito y que desde hace varios años buscan a sus hijos desaparecidos y secuestrados así nomás, de un día para otro, sin deberla ni temerla, perdieron la felicidad desde entonces… Todo, porque las elites políticas dejaron hacer y dejaron pasar a los carteles y cartelitos, y los malandros se adueñaron del día y de la noche y de la tranquilidad y la paz, y en muchos casos, a cambio del billete fácil… Y lo peor ahora, con la impunidad total y absoluta por más incienso que una parte de los medios tiren a la clase gobernante en turno… Para el Solecito, como para la mitad de la población de Veracruz y la otra mitad la palabra felicidad ha de borrarse del diccionario de la Real Academia Española… Y más cuando el Fiscal Luis Coronel Gamboa acuñó su frase maligna: “¿Cuál es la prisa si están desaparecidos?”… Y lo peor, sin que nadie llamara la atención a ese muchachito irreverente, insensible y despreciativo, nombrado por la yunicidad… Y es que en la plaza pública de Grecia, Sócrates y Séneca asentaban que la obligación primaria de un político, de un Estadista, es facilitar las circunstancias para que la población sea feliz… Más aún: ellos dejaron claro que la eficacia y la eficiencia de un gobernante está en el grado de felicidad del gobernado… Claro, después de predicar, Sócrates y Séneca se iban a los baños públicos con sus efebos, todos chamaquitos, pues igual que el padre Marcial Maciel, también eran pedófilos y pederastas, oh Lidya Cacho y “Los demonios del Edén”…
ASTILLEROS: Una canción de “Los Panchos” dice: “Mi felicidad eres tú”… Otra más, dice: “Sin ti estoy perdido”… La felicidad, entonces, consiste en estar cerca de la mujer amada y también la mujer deseada, pues el filósofo José López Portillo lo escribió en sus memorias: “Una, dijo, es la mujer con quien se vive y otra la mujer que se ama”… Por eso una canción, parece que cantada por Paquita la del barrio, dice que “estarás durmiendo con ella, pero pensando en mí”… El día cuando al poeta Manuel Acuña lo rechazó Rosario de la Peña, la musa de un montón de poetas en el siglo pasado, tomó cianuro y se quitó la vida… A cada rato, la prensa escrita publica noticias de personas suicidas por una decepción amorosa… Elena de Troya desató una guerra intestina disputando el amor de un par de guerreros y patriarcas… Cleopatra convulsionó a Roma por su amor con el emperador Marco Antonio… “Los hombres nacemos y morimos sobre los pechos de una mujer” escribió Carlos Fuentes Macías en una de sus novelas… El padre Adán sólo encontró la felicidad cuando luego de comer la manzana para parecerse a Dios se cobijó en los brazos de la madre Eva… Sansón fue infeliz cuando Dalila le cortó el pelo y perdió el poder que tenía tipo Superman…Pancho Villa sólo fue feliz casándose veintinueve veces y teniendo veintiocho hijos… La felicidad de Francisco I. Madero y Plutarco Elías Calles era plena cuando se comunicaban con sus antepasados a través de la cuija y los médiums… Hay políticos que únicamente alcanzan la felicidad cuando por encima de una pasión amorosa y/o profana acumulan más y más poder… Octavio Paz lo decía de la siguiente manera: “Sólo fui feliz cuando me miré por dentro” y supo lo que realmente deseaba en la vida…