Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Ley de la vida, pero nadie quiere envejecer, con todo y que la vejez, salvo las enfermedades, es el capítulo más fascinante de la vida… Quizá Dorian Grey es el símbolo de la juventud perpetua… Lo retrata a plenitud Francisco Scott Fitzgerald en la novela “El gran Gratbsy”… También, claro, la leyenda de los hombres-vampiro que siempre se conservan jóvenes debido, entre otras cositas, a la sangre que chupan… En la conseja popular se afirma que el secreto para mantenerse joven está en tener una pareja joven, pues, dice el geriatra, que la mujer transmite su energía y vitalidad al hombre viejo… Un amigo gordito, por cierto, de pronto empezó a bajar y bajar de peso… “¿Estás enfermo?” se le preguntó y susurró al oído: “Traigo una pieza”… Era, claro, una chica… Semanas después falleció en el motel luego de tomarse una pastillita azul y así, ni modo, murió en el intento… Yo “saco juventud de mi cartera” decía en sus buenos tiempos “El che” Siles… Un amigo fanfarrón dice que ha tenido cien mujeres en su vida, pero uno de sus primos hermanos dice que en realidad sólo se ha acostado con dos mujeres en la vida… La primera, con su madre cuando era bebé, y la segunda, su esposa, quien por cierto lo manda… Con todomantiene la ilusión y eso es suficiente… A los 80 años, Pablo Picasso fue padre de un niño procreado con una chica de veinte años… Y aun cuando sus amigos lo evidenciaban, él estaba convencido de la paternidad y era suficiente para ser feliz… En su obsesión de conservarse joven, Jorge Carvallo Delfín, ahora diputado federal, en el duartazgo se operó la nariz y luego se aplicó una liposucción para quitarse de un jalón la panza que colgaba de su cuerpo…
ROMPEOLAS: Una realidad está clara: nadie posee ni tiene el secreto de la juventud… Un político, por ejemplo, empezó con la primera aplicación del botox… Pasado unos meses, otra, y luego otra, porque cuando el efecto químico pasaba, entonces parecía una momia petrificada, con el cuero de la cara colgando por todos lados como las ramas, por ejemplo, de un árbol viejo… Después, un cirujano plástico lo convenció de unas inyecciones milagrosas que cuestan unos treinta mil pesos y se aplican cada semestre, y también le entró a la locura… Ahora, carga la cruz a cuestas… El guitarrista de rock vivo, Gary Lucas, dice que tiene sesenta y cuatro años, y como la canción de Los Beatles, está viejo, “pero lo importante es que mi guitarra me hace sentir joven”… El escritor y poeta, José Emilio Pacheco, decía que leer poesía ayuda a rejuvenecer… En el movimiento estudiantil del 68 en París, los jóvenes escribieron la siguiente leyenda en las paredes de la Universidad de Nanterre: “Entre más hago el amor más ganas tengo de hacer la revolución y entre más hago la revolución más ganas tengo de hacer el amor”… Nadie ha olvidado, por ejemplo, la chica aquella originaria de Poza Rica, Veracruz, que en el festival de Avándaro, en el estado de
México, en el 68, trepó al estrado y bailando al ritmo de rock se fue desnudando hasta quedar sin nada… “Somos jóvenes y tenemos derecho a vivir sin responsabilidades” exclama una joven en un cuento de Carlos Fuentes Macías en su libro “Cantar de ciegos”… Okey… Pero el geriatra lo dice con una sabiduría popular: la juventud es un tramo demasiado estrecho en la vida y la vejez es un camino muy largo y, además, extenuante y adverso… Por eso, advierte, lo más importante es vivir a plenitud cada etapa de la vida, pues la vida, dice, siempre es generosa…
ASTILLEROS: El geriatra tiene su decálogo para vivir la vejez a plenitud, sin andar con las locuras del botox y el Viagra… Entre ellos, apuesta veinte y las malas a los llamados placeres baratos, sencillos y fascinantes… 1) Levantarse temprano, antes de que el sol salga para mirar el alumbramiento de un nuevo día, y caminar todos los días unos treinta minutos, mínimo, y si el tiempo lo permite, una hora… 2) Tomar un bañito diario de sol a la orilla de la playa y como valor agregado, mirar y admirar el vuelo de las gaviotas sobre la bahía… 3) Platicar lo más que se pueda con los nietos, sobre todo, niños, pues están llenos de ocurrencias geniales… 4) El fin de semana ir con los nietos al cine (y mejor si son películas de caricaturas) y a comer palomitas… 5) Mirar películas mexicanas en blanco y negro, pues son las mejores… 6) Leer un libro a la semana, al mismo tiempo que se escucha música clásica, de preferencia, a Mozart, con sus melodías suaves y tranquilas que tranquilizan el corazón… 7) De vez en vez, tomar un cafecito con los amigos para, digamos, recordar los tiempos idos y reírse un buen rato, siempre y cuando, claro, cada quien pague su consumo… 8) Sembrar un árbol, aunque sea en el camellón de la avenida, y adoptar un perrito o un gatito para dedicar los mejores días a su cuidado… 9) Si tiene pareja recordar con ella los amigos de la infancia y la juventud y la madurez, digamos, como un ejercicio nemotécnico en abierta lucha contra el Alzheimer… Y si la pareja ya murió, entonces, hacer tales ejercicios en un cuaderno… Y 10) Para cada edad de la vida hay una pareja ideal y en la sexta, séptima década (“70 y más” diría la SEDESOL), nada más recomendable que alebrestar el corazón con una pareja de la misma edad…