Luis Velázquez | Barandal
31 de julio de 2021
ESCALERAS: Mientras “son peras o manzanas” existe una verdad incontrovertible:
Si los 9 miembros de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, UV, eligen rector a Salvador Tapia Spinoso, secretario de Administración y Finanzas, significará que habrían aceptado el dedazo, las presiones y las sugerencias de la rectora Sara Ladrón de Guevara.
Si el humo blanco favorece a Darío Fabián Hernández González, director de Planeación de la secretaría de Finanzas y Planeación, amigo de la juventud (ya ida) de Kuitláhuac, significará que el dedazo del jefe del Poder Ejecutivo Estatal se habría impuesto.
PASAMANOS: Y si inclinan la balanza por José Roberto Ruiz Saldaña, el consejero del Instituto Nacional Electoral, INE, que votara por Félix Salgado Macedonio como candidato de MORENA a gobernador de Guerrera, que recién excluido, se entendería que las tribus guinda y marrón del altiplano se impusieron victoriosas, aun cuando está pendiente seguir la pista del iceberg de Ruiz Saldaña con MORENA nacional.
Nadie duda de que el trío de aspirantes a la rectoría de la UV tiene méritos, cualidades, atributos, virtudes.
Pero al mismo tiempo, la verdad al desnudo como es, ninguno del trío renunció en tiempo y forma al cargo público ostentado, además del tráfico de influencias y el conflicto de intereses atravesados.
CORREDORES: Y si la Junta de Gobierno avala a uno de los tres significará que tomaron la decisión para quedar bien y congraciarse con el padrino (s) o madrina (s) de ellos.
De entrada, el trío debió deslindarse desde mucho tiempo.
Pero los tres quisieron “seguir ordeñando la vaca” con el cargo público y el sueldazo (el consejero del INE gana más de 250 mil pesos mensuales) fuera a ser que soñando con la tierra prometida, el paraíso terrenal, “se quedaran como el perro de las dos tortas”.
BALCONES: El sistema político así es. Más, como en el caso, cuando la Rectoría de la UV significa la segunda fuerza política y social de Veracruz luego del gobernador.
Bastaría referir que en el siglo pasado el rector Roberto Bravo Garzón soñó con la candidatura priista a gobernador y nunca pudo.
Juan Maldonado Pereda, secretario particular del gobernador Rafael Murillo Vidal, fue rector de la UV unas horas pues Manuel Carbonell de la Hoz, subsecretario de Gobierno, lo tumbó con sus líderes estudiantiles.
PASILLOS: Desde la subsecretaría de Gobierno, Carbonell tejió apoyo estudiantil en la UV a través de sus dirigentes.
Desde la secretaría de Educación con Javier Duarte, Adolfo Mota soñaba con la Rectoría de la UV para desde ahí brincar a la candidatura priista a gobernador.
De la Rectoría de la UV, Víctor Arredondo Álvarez pasó a la secretaría de Educación.
Rector de la UV, el doctor Rafael Velasco Fernández pasó a subsecretario de Salud de Luis Echeverría Álvarez, soñando con la candidatura a gobernador.
De la subsecretaría de Gobierno, Rafael Hernández Villalpando pasó a rector de la UV y luego a presidente municipal de Xalapa.
Los vasos comunicantes entre el gobierno de Veracruz y/o las fuerzas políticas con la UV son una especie de buena vibra y mejor karma, pero también, el riesgo de un cortocircuito.
VENTANAS: Y por eso mismo, el riesgo de que los 9 Notables y Citables de la Junta de Gobierno de la UV sean tentados, seducidos, embrujados, favorecidos, intimidados, para elegir a uno del trío de aspirantes con madrina y padrino poderoso.
Nadie dudaría de que los dados están cargados o parecieran cargados y nada más aconsejable que transparentar la elección con argumentos convincentes.