- De Flores Espinoza a Wínckler, sin avances en investigación
•Sus padres mantienen la búsqueda frenética
•Ernesto iba a un curso en la Universidad Veracruzana y nunca regresó a casaPor Arantxa Arcos
Ernesto no regresó de su curso para ingresar a la Universidad Veracruzana (UV), han pasado casi siete años de salir de casa y sin pistas de su paradero.
En los días que sus padres buscaron pistas de él desaparecieron otros jóvenes; al menos seis no mayores de 22 años;
Isabel Córdoba Castillo, 20 años, el 4 de marzo de 2011. Miguel Ángel Martínez González, 17 años, el 11 de marzo. Mariano Arturo Ceceña Montalvo, de 17 años, el 17 de marzo. Kevin Omar Contreras Sánchez, de 16 años, el 28 marzo de 2011.
Juan Carlos Salazar Sánchez, de 16 años, el 28 de marzo. Josué Emiliano Escobar, de 22 años, el 29 de marzo. Todos en la capital del estado, Xalapa, cuando la Fiscalía llevaba el nombre de Procuraduría General de Justicia (PGJ), dirigida por Amadeo Flores Espinoza.
Para el caso de Ernesto, desaparecido el 14 de marzo del 2011, sus padres mantienen la búsqueda. A través de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) obtuvieron la recomendación número 25 del 2017, al sexto año de extravío.
Él salió de casa alrededor de las cuatro de la tarde, a un curso que le pagaron sus padres para ingresar a la Universidad Veracruzana (UV). Debió salir a las ocho de la noche y en menos de una hora llegar a casa, pero no ocurrió.
Durante las primeras horas de búsqueda, una amiga de Ernesto habló con la familia, les notificó que “un joven”, que conoció en la calle, se lo llevó.
“Acudimos a su casa, donde nos recibió una señora quien dijo ser mamá de él diciéndonos que con frecuencia su hijo se iba y que no le importaba, ya que siempre regresaba y que ya era mayor de edad, que por eso no iba a dar aviso a las autoridades de la desaparición de su hijo”, citó la madre de Ernesto.
La pista de la amiga de Ernesto se quedó en la investigación. Buscaron por calles transitadas al joven de 17 años, visitaron casas de sus amigos y no localizaron pistas en los ocho días. Al día 22 de marzo, interpusieron una denuncia en el Ministerio Público (MP).
De la PGJ a la Fiscalía General del Estado (FGE) han observado que no se han llevado a cabo las diligencias necesarias y pertinentes para dar con el paradero del joven buscado con las iniciales E.V.G.
“En el momento procesal oportuno me enteré sobre quien pudiera ser el probable responsable de la desaparición de mi hijo, se los hice del conocimiento y dicha autoridad fue completamente omisa en realizar las investigaciones competentes, ya son casi seis años de la desaparición y los Fiscales no han podido investigar de manera oportuna al respecto”, relató la madre.
Con el regreso del “desconocido” que se llevó a Ernesto, la familia regresó a la vivienda donde los atendió una señora. Ernesto no regresó con él.
“Fuimos a buscarlo y nos dijo que él no sabía nada de mi hijo E.V.G., acudimos a la Agencia del Ministerio Público, ya que no nos habían informado nada sobre el seguimiento de la investigación que supuestamente estaban realizando, donde solicitamos abrir la
investigación, la localización y presentación de ese joven y al revisar el expediente se detectó que se encontraba en reserva” dijo la madre.
En los primeros 18 meses de desaparición, el padre de Ernesto decidió que le tomaran muestras de ADN y solicitaron, ya con la denuncia interpuesta, rastreo de la sábana de llamadas.
“Es evidente que no se ha llevado a cabo el Acuerdo número 25 en el que se establece que se deben de llevar a cabo las diligencias mínimas para comenzar con la debida investigación; en este acto, agrego escrito donde contiene una pequeña narrativa de los hechos el cual ratifico en todas y cada una de sus partes ya que es mi deseo interponer formal queja en contra de todas las autoridades que han tenido a cargo la investigación”, continuó la madre del menor desaparecido.
Para el 4 de abril del 2013, el joven desconocido que presuntamente vio a Ernesto, fue citado en la agencia de investigación. El padre de Ernesto recibió la noticia vía telefónica por el agente del MP, que lo exhortó a llegar pronto para hacer las preguntas que considerara pertinentes.
“Acudimos y en la declaración que hizo argumentó que conoció a un hombre en una fiesta del que no recuerda su nombre ni el lugar y que lo invitó a trabajar, él aceptó y posteriormente se lo encontró en una plaza comercial de esta Ciudad de Xalapa llamada Plaza Crystal, acordando que en la noche se iban, declarando que ahí se encontraba mi hijo llevándoselo en una camioneta y que se dirigieron hacia un retén de Tamaulipas donde dijo que ya había varios muchachos entre ellos hombres y mujeres, llamado el lugar Arcabuz, Tamaulipas y que él se regresó y que no sabe nada de mi hijo”, se lee en la relatoría de hechos.
Los padres de Ernesto continúan desconcertados y buscándolo. Ernesto acudía al curso de estudios para estudiar Sistemas Computacionales y Gastronomía.
“Las autoridades han hecho caso omiso a la investigación en mención, ya que como vuelvo a mencionar, el expediente en la Agencia Quinta del Ministerio Público de este Distrito Judicial, lo tenían en reserva, sin haberme notificado” reiteró la madre del menor de edad.
Mientras esperan resultados de esta recomendación emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la fotografía de Ernesto es boletinada en Centros de Readaptación Social (CERESOS) y Centros Federales de Readaptación Social (CEFERESOS).